La salud forma parte de ese repertorio de atributos vitales que consideramos fundamentales. Está en el top 3 de los deseos universales: pedimos “salud, dinero y amor” en el mundo occidental. En Cuba, se cambia el dinero por la suerte, pero la salud está en un primer lugar de los deseos de las personas.
No nos solemos acordar de la salud hasta que nos falta, o sucede una pandemia como la que se ha desatado en el siglo XXI, en plena era tecnológica. Es por ello que la Fundación Pfizer, como parte de su compromiso social, ha puesto en marcha la iniciativa "Salud… en evolución", en la que apuesta por los contenidos audiovisuales para acercar la innovación en el campo de la salud a la sociedad, como veremos más adelante. Y se trata de un compromiso en el que no está sola. Viene de lejos.
La salud es responsabilidad de todos
Ese carácter fundamental de la salud se ratificó de manera oficial en el año 2000 bajo el amparo de la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. En septiembre de 2000 los líderes mundiales se comprometían a luchar contra la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación medioambiental y la discriminación de la mujer.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 también se hacen eco de su importancia. De hecho, el ODS número 3 habla directamente de "garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades" como objetivo prioritario.
No obstante, la salud es un atributo bastante desconocido para la mayor parte de las personas. Tradicionalmente, hemos delegado en nuestro médico la tarea de evaluar nuestro estado de salud, o de restablecerlo en el caso de que la enfermedad se hubiera abierto paso entre nuestra biología. Antes de los médicos, los chamanes, magos, curanderos o brujos han desempeñado un papel similar, enfrentándose con más o menos éxito a la enfermedad.
El conocimiento de nuestro cuerpo y nuestra salud ha ido evolucionando al tiempo que los avances científicos han ido aportando luz en este campo. Hace poco más de un siglo, apenas sí sabíamos por qué sentíamos ciertos dolores. Y un mero arañazo podía ser el causante de una infección que pusiera en riesgo nuestra vida incluso. Los antibióticos son un descubrimiento del siglo XX.
Una operación de apendicitis es rutinaria hoy en día, pero en el pasado a la apendicitis se la denominaba “cólico miserere” (miserere significa “ten piedad”) porque los afectados por esta dolencia morían rápidamente tras la aparición de los síntomas y las personas a su alrededor solo podían pedir piedad ante la situación. Hablamos de los siglos XVII y XVIII.
En el momento actual, los conocimientos sobre Medicina y otras disciplinas asociadas como la Farmacología son sumamente amplios. Sin embargo, a la población de a pie solo le llega en muchos casos datos sesgados. O nos quedamos con informaciones parciales e incompletas que pueden suponer incluso un riesgo para la salud.
Es el caso de la resistencia a los antibióticos, por ejemplo, que está ocasionada por un abuso en la automedicación. Medicamentos como estos, que hace solo unas décadas fueron uno de los factores decisivos para, por ejemplo, ganar la Segunda Guerra Mundial o aumentar la esperanza de vida de las personas, ahora se toman como si fueran aspirinas.
Olvidamos su relevancia como uno de los elementos de transformación más importantes en la historia de la humanidad y su verdadera función. Y los tomamos tanto para combatir infecciones provocadas por bacterias como para enfermedades causadas por virus, cuando para estas últimas no tienen efectividad alguna.
El conocimiento es poder... mantenerse sano
“La ambición sin conocimiento es como un barco en dique seco”. Parafraseando esta cita del personaje de ficción Señor Miyagi, podemos inferir que manejar un concepto como el de la salud sin partir de una base de conocimiento proporcional a su importancia en nuestras vidas es un error. Esta actitud puede hacer que, en la práctica, no adoptemos una posición constructiva frente a él.
El ejemplo de los antibióticos es de extrema importancia, y ya se está trabajando para que se haga un uso adecuado de ellos. La relación con las vacunas es otro ejemplo que ilustra esta necesidad de “luz” para iluminar las zonas de sombra que tenemos como individuos y como sociedad frente a la salud.
Además, ahora más que nunca la salud interseca con otras disciplinas como la tecnología en áreas como la inteligencia artificial o la supercomputación. La IA se está mostrando sumamente efectiva para el reconocimiento de imágenes en los diagnósticos donde se emplean técnicas de exploración, como las ecografías, escáneres, radiografías o TACs .
Y el conocimiento sobre estos avances resulta clave en los tiempos que vivimos, en los que los medios de comunicación hablan de vacunas, virus, inmunidad, vectores de contagio o tratamientos de diferente naturaleza.
“Salud… en evolución”, la respuesta de la Fundación Pfizer
Pfizer es una compañía líder en la investigación biomédica, desarrollo y comercialización de fármacos. Pero la compañía ha entendido que la salud no es solo una cuestión relacionada con los medicamentos.
Su conocimiento es también esencial para llevar una vida saludable, por lo que a través de la Fundación Pfizer, que ya cuenta con 21 años de presencia, ha lanzado el proyecto "Salud… en evolución" para dar a conocer los avances científicos y tecnológicos en el campo de la salud de forma tan accesible como apetecible. Y qué mejor manera para ello que el lenguaje audiovisual.
Con un lenguaje fácil de entender, pero sin dejar de lado el rigor, se explican, de la mano del periodista y divulgador Luis Quevedo y a lo largo de diez capítulos, temas como la medicina personalizada, los ensayos clínicos o las fábricas modulares. Sin olvidar otros de máxima actualidad como el 5G.
De este modo, se acercan a los ciudadanos aquellas cuestiones que les permiten ampliar su visión sobre aspectos relacionados con la salud de relevancia suficiente como para tomar decisiones óptimas; por ejemplo, de cara a seguir un tratamiento. También para integrar de un modo natural en nuestra relación con el médico tratamientos personalizados en los que la tecnología es una ayuda para llegar a un diagnóstico. O para entender mejor los procedimientos que intervienen en el desarrollo de una vacuna.
Estos contenidos están disponibles tanto en la página web de la Fundación Pfizer como en su canal de YouTube. El lenguaje es ameno, y los vídeos están repletos de información, datos y referencias cronológicas e históricas, así como menciones a empresas destacadas de nuestro país como Pixelabs, Spotlab o Naru Intelligence.
Vacunas, antibióticos, diagnósticos, tratamientos personalizados y cintas de vídeo
Los temas que se tratan en el canal de "Salud... en evolución" están elegidos por su relevancia e impacto, como el caso de la resistencia a los antibióticos, o por su actualidad, como las vacunas. La relación de la inteligencia artifical o la gamificación con la salud son también protagonistas de algunas entregas y permiten relacionar el campo de la tecnología con el de la salud de un modo natural y lógico.
La relación entre el 5G y la salud es parte de otra de las entregas de esta serie divulgativa. Permite identificar un aspecto vital muy importante, que también es una constante en esta serie: el conocimiento brinda la oportunidad de tomar decisiones mejores, impide que cometamos errores y nos libera del miedo ante lo desconocido.
Además, es divertido y ameno gracias al tono empleado en cada entrega. Está diseñado para ser comprendido por cualquier persona desde los 16 años y, en muchos casos, nos ayudará a encontrar la forma de explicar estos temas a los más pequeños. La Fundación Pfizer, en definitiva, quiere poner el conocimiento de la salud a tiro de "play".
Imágenes | Proyecto "Salud… en evolución", iStock/ipopba, iStock/JackF
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