Qué ventajas ofrece el procesador Intel Core i9-10900KF de 10ª generación si buscas un PC para jugar

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Una de las actividades más exigentes que se pueden afrontar con un PC es la de gaming. Los amantes de la calidad y las altas tasas de frames a resoluciones de hasta 4K eligen los componentes de sus equipos acudiendo a expertos como PcComponentes. Y lo hacen con una precisión casi quirúrgica en busca del mejor rendimiento posible, aunque sea a costa de invertir lo que sea preciso para conseguirlo.

Se puede pensar que la tarjeta gráfica es el componente fundamental en un equipo de gaming, pero la realidad es que es solo parte de la ecuación. De poco sirve tener una GPU de más de 1.000 euros si el procesador es el cuello de botella. Si bien es cierto que gran parte del procesamiento en un juego corre a cargo de la GPU, la CPU tiene que procesar aspectos relacionados con la lógica del juego, las interacciones con los jugadores y los elementos que intervienen en la acción.

En resoluciones como 1080p, que es la que tienen muchos monitores para gaming con frecuencias de hasta 240 Hz, el procesador es el que marca las diferencias a igualdad de GPU y es el que permite apurar al máximo las tasas de frames durante los juegos.

Cada megahercio cuenta

En los últimos años, los procesadores han ido experimentando un incremento notable en el número de núcleos en una carrera desenfrenada por conseguir decenas de cores. Es una carrera en la que es fácil descuidar un componente fundamental de la arquitectura de un procesador: el máximo aprovechamiento del rendimiento con un único núcleo. Puede parecer que tener muchos cores hace que no sea importante el rendimiento de cada uno de ellos por separado, pero la realidad es que, en las aplicaciones del día a día, ese rendimiento importa, y mucho.

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Los benchmarks sintéticos favorecen las arquitecturas con una mayor cantidad de núcleos, pero en la vida real, las aplicaciones dependen mucho de cómo se comporten los cores de forma independiente. Y un caso particular de esta dependencia es el de los juegos, donde la presencia de muchos hilos de ejecución importa menos que la variable IPC (Instrucciones por Ciclo de Reloj).

Desde luego, para una arquitectura óptima en el rendimiento de single core, si además tenemos muchos núcleos, mejor. Y esa es la filosofía de Intel, que ha conseguido llevar la arquitectura Skylake a un nivel de excelencia excepcional prestando especial atención al IPC para cada núcleo y llevando la tecnología de fabricación de 14 nm a un punto de optimización capaz de rivalizar en apartados como la densidad de transistores con nodos de menos nanómetros.

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El resultado de este trabajo tiene su máxima expresión en el procesador de décima generación Intel® Core™ i9-10900KF, que es posible encontrar en tiendas especializadas como PcComponentes. Cuenta con una velocidad de reloj máxima para el funcionamiento single core de 5,3 GHz y una velocidad boost para todos los cores de nada menos que 4,9 GHz.

Jugando... con la potencia

Intel, para conseguir estas velocidades de reloj, ha desarrollado tecnologías de fabricación capaces de manejar corrientes y voltajes sumamente elevados durante espacios de tiempo progresivamente más prolongados. Con cada optimización de la tecnología de fabricación de 14 nm, Intel ha introducido mejoras que hacen posible que las frecuencias de reloj se muevan dentro de márgenes tan amplios.

En sus procesadores existen elementos capaces de monitorizar el estado de la temperatura, corrientes y voltajes adaptando estos parámetros en tiempo real para maximizar el aprovechamiento de la arquitectura de cada core. Es por ello, que no sea de extrañar que un procesador como el Intel Core i9-10900KF consiga superar en rendimiento gaming a otros que pueden dar la impresión de ser mejores por el mero hecho de tener más núcleos.

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La realidad es que con el Intel Core i9-10900KF se consigue alcanzar velocidades de reloj extremadamente elevadas aprovechando el margen termodinámico del equipo hasta la centésima de vatio. Con una ventilación dimensionada correctamente para este procesador, los 10 cores pueden funcionar a frecuencias de hasta 5,3 GHz para cada núcleo por separado o de hasta 4,9 GHz para los 10 a la vez durante periodos de tiempo suficientemente prolongados como para exhibir un rendimiento por encima de la competencia de su categoría.

Tecnologías como la Intel® Thermal Velocity Boost o Turbo Boost Max Technology 3.0 son las que permiten, entre otras cosas, maximizar las velocidades de reloj cuando es posible y de forma inmediata. Así, las reducen de forma gradual y ajustada al mejor nivel de rendimiento como sea posible en cada momento de acuerdo con los niveles de disipación del chip y la temperatura del procesador y los componentes que manejan las corrientes y voltajes del sistema.

Sin gráficos integrados, aunque tiene su lógica

El Intel Core i9-10900KF, a diferencia del Intel Core i9-10900K, no tiene gráficos integrados. Esta ausencia no debería ser importante para quienes busquen un procesador para gaming. Al fin y al cabo, un gamer  dispondrá  de GPUs dedicadas mucho más potentes que las integradas.

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De este modo, desactivando la GPU integrada, se deja margen para que los cores expriman algo más el margen termodinámico del chip, al no tener que disipar los vatios (pocos en cualquier caso) que dependen de la electrónica de los gráficos integrados. Y cuando hablamos de obtener el máximo rendimiento en juegos, hablamos de que cada frame por segundo cuenta.

Los resultados hablan

La diferencia de rendimiento en juegos de los procesadores Intel frente a sus competidores es de hasta dos cifras en algunos títulos, incluso con procesadores como el Intel Core i7-10700K.

Aunque usemos el Intel Core i7-10700K como ejemplo, no estamos tan lejos del  Intel Core i9-10900KF: se trata también de un procesador Comet Lake-S de décima generación, pero con 8 cores y 16 hilos, y con algo menos de velocidad máxima “turbo”, pero que aun así mejora el rendimiento de la competencia en 24 de los 30 títulos empleados para la prueba publicada por Intel. Y en algunos la diferencia era de dos dígitos.

Intel Real World Performance Benchmarks Intel Core I7 10700k Vs Amd Ryzen 9 3900xt Desktop Cpu 1

Son resultados que ilustran el buen trabajo que hacen estos procesadores para escritorio de décima generación y que, en el Intel Core i9-10900KF, deberían ser mejores al trabajar con frecuencias de reloj más elevadas.

Lo que completa el círculo para el Intel Core i9-10900KF son sus dos cores adicionales, frente a los ocho del Intel Core i7-10700K. Una tecnología que puede llegar hasta los 7,7 GHz, como se puede ver en este vídeo de Elmor Labs.

El número de núcleos importa... cuando no juegas

Los juegos son un tipo de aplicaciones que no dependen tanto del número de núcleos como de “la calidad” de los mismos. Los desarrolladores de videojuegos empiezan a usar más cores, pero en general no aprovecharán más de cuatro. Lo cierto es que para construir un equipo para gaming no hacen falta decenas de cores, pero hoy en día un ordenador se usa para más actividades que jugar.

Incluso jugando, hay tareas relacionadas con el gaming que se benefician de tener más cantidad de núcleos, como la retransmisión en plataformas como Twitch o la edición de vídeos para canales de YouTube, por ejemplo. La captura de "gameplay" es otra situación habitual y, aunque existen capturadoras que lo hacen todo en hardware, labores como la edición de los vídeos o su conversión se benefician de la presencia de procesadores más potentes.

El Core i9-10900KF, desde esta perspectiva, es una propuesta óptima al combinar los mejores núcleos del momento para gaming en el PC con 10 cores y 20 hilos de ejecución que posibilitan acelerar tareas como la edición de vídeo o la autoría multimedia.

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