El secreto de los españoles que quieren levitar el Hyperloop de Elon Musk

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Si hay un medio de transporte innovador y que está haciendo correr ríos de tinta es Hyperloop, un nuevo sistema que aún está en fase de investigación y con el que se quiere transportar mercancías y personas a muy alta velocidad empleando para ello unos tubos de aluminio al vacío.

Su impulsor, Elon Musk, está llevando a cabo diversos concursos para contar con las mejores ideas de todo el mundo que desarrollen este sistema. Y entre estas mejores ideas, está la de un grupo de estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), quienes han sido doblemente premiados por ello.

El diseño y la propulsión que llegaron de Valenciawit

Fue en septiembre de 2015 cuando un grupo de 5 estudiantes decidió sumarse a la competición de Elon Musk para desarrollar el futuro de este sistema de transporte. Los participantes de este reto debían desarrollar sus propios prototipos y, en caso de ser elegidos, tener la oportunidad de probarlo en una pista de pruebas que Musk tiene al lado de su sede.

“Tenemos una comunidad de estudiantes, que se llama Makers UPV, donde publicamos todos los concursos que aparecen”, explica Juan Vicén, de HyperloopUPV. Cuando vieron el de Hyperloop, no se lo pensaron y formaron un grupo de 5 personas y un profesor tutor “para que nos ayudara con los cálculos”.

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A partir de ahí, se lanzó la idea y se fueron pasando fases de la competición. “Un día, en octubre-noviembre del año pasado, nos llamaron y nos dijeron que habíamos sido seleccionados: querían que les presentamos el proyecto a la empresa”, recuerda emocionado Vicén. El equipo acudió a Texas (EE.UU.) para participar en un evento en el que todos los equipos del mundo presentaban sus prototipos.

Los valencianos hicieron una propuesta teórica “porque tampoco teníamos recursos para presentar una propuesta física, ya que somos una universidad muy humilde”, explica este estudiante. Este concepto teórico sobre lo que sería el proyecto del futuro estaba basado en un vehículo de 30 pasajeros y gustó tanto que “ganamos los dos proyectos en los que nos presentábamos: el de mejor diseño y el de mejor sistema de propulsión”, explica Juan Vicén.

Levitando, una idea menos costosa y más eficiente

Una de las particularidades del proyecto de estos valencianos es que con él “estamos cambiando completamente el concepto y la esencia del Hyperloop”, asegura el estudiante.

Según nos explica Juan Vicén, el proyecto original de este medio de transporte tiene un rail de aluminio en la parte inferior. “Nosotros pensamos que podemos utilizar el techo en lugar de un rail y levitar de esa forma”.

Si se verifica que es posible utilizar el techo, se eliminaría la necesidad de construir este rail de aluminio, por lo que “reducimos mucho los costes de construcción”. Pero, además, la propuesta de estos estudiantes valencianos también implica cambiar el sistema de propulsión, que también es diferente. “Es parecido a un avión”, nos explica este estudiante, “pero no consume combustibles fósiles, sino que va con baterías”. Algo que también gustó mucho al jurado, según confirma nuestro interlocutor.

Más allá de la teoría: toca la presentación práctica

Este equipo fue de los pocos proyectos europeos que ganaron un premio. Aunque Juan Vicén asegura que “no nos lo esperábamos”, tras este reconocimiento deciden seguir participando en nuevas competiciones.

Así, en enero de 2016 se presentan a uno nuevo que les permitirá volver a ir a Estados Unidos, pero esta vez a la pista de pruebas de Hyperloop, donde podrán probar los prototipos.

En este punto, cabe señalar que el primer proyecto presentado, y por el que fueron doblemente premiados, estaba pensado para un vehículo que pudiera transportar 30 pasajeros. Sin embargo, la pista de pruebas construida alberga un vehículo mucho más pequeño, por lo que el prototipo con el que se trabaja debe adaptarse a la pista de pruebas. Con estas pruebas se pretende confirmar que se alcanza la velocidad y se consigue levitar.

Hyperloop Upv Team

Creciendo el equipo, reduciendo el vehículo

Sin embargo, ahora “tenemos el apoyo de varias empresas y hemos crecido de 5 personas a un equipo de 30 que estamos día a día construyendo y diseñando el prototipo para presentar en agosto en Los Ángeles”, explica Vicén.

Gracias a la impresión 3D, los estudiantes pueden prototipar y hacer pruebas para comprobar la efectividad de los cálculos

De esta forma, se están adaptando todos estos cálculos a las condiciones de la pista. “Nuestro objetivo final es llegar a demostrar que se puede realizar uno a escala real”, aunque, de momento, es un prototipo pequeño “que funciona. A partir de ahí, hay que seguir desarrollándolo”.

¿Qué se está construyendo exactamente? Un vehículo, de 2 metros de largo y un metro y medio de alto, que viaja dentro de un tubo de acero al vacío. Cuando llega a una velocidad determinada, empieza a levitar. En la construcción se cuenta con la colaboración de una universidad de Indiana. Los valencianos se encargan, sobre todo, del diseño y la fabricación de algunas partes, mientras que de otras y de las baterías se encargan en Estados Unidos, donde se ensamblarán todas las piezas. El producto final será presentado en agosto en la competición, donde “intentaremos que sea el más rápido de todos los prototipos”, señala Vicén.

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La ayuda de las escalas impresas en 3D

En esta tarea de trasladar los cálculos teóricos para un vehículo para 30 personas a uno real más pequeño, el grupo de trabajo de la Universidad Politécnica de Valencia cuenta con un aliado especial: la posibilidad de hacer a pequeña escala todo el escenario para comprobar la efectividad de los cálculos.

La propuesta de los valencianos implica cambiar el diseño y sistema de propulsión de Hyperloop

“La impresión 3D nos está ayudando mucho porque lo importante en este tipo de proyectos es testear y lo más rápido posible. Con la impresión 3D estamos haciendo nuestras herramientas y maquetas” con las que poder comprobar todos los cálculos y ecuaciones que son necesarias, explica Juan Vicén.

Pone un ejemplo concreto: un problema con el rail, que tiene unas dimensiones muy concretas y no estándar. “Con la impresión 3D hemos hecho un trozo del rail, lo hemos impreso y esto nos permite dimensionar y hacer pruebas, como medir la velocidad”.

Hyperloop Witbox Bq

El equipo ha construido una especie de escala en 3D para medir la efectividad de los sensores, entre otras prestaciones. “Es una herramienta muy útil que nos sirve para sobre todo para el día a día”. En esta impresión, el equipo está empleando la Witbox 2 de BQ y “nos está yendo muy bien”.

Cabe señalar, además, que esta impresora no está diseñada para un uso industrial, sino particular y a nivel doméstico. El coste, tanto de adquisición como de uso, es uno de sus principales reclamos y la razón, junto con la calidad y versatilidad de la impresora, de que esté siendo utilizada por profesionales de diversos ámbitos, desde la medicina hasta la ingeniería, la moda o las ONG.

Un futuro prometedor

Es cierto que para el prototipo final no se va a utilizar la impresión 3D, pero sí que se está utilizando esta tecnología en el día a día de este equipo de trabajo.

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“La impresión 3D es clave a la hora de presentar e ir más rápido, nos está ayudando mucho a prototipar”, sentencia Vicén. Y, además, cuenta con la ventaja de que es una solución muy barata. “Antes de hacer el prototipo real lo probamos de alguna forma con el plástico. Solo pasamos a la fase de crear el prototipo cuando estás seguro de que todo funciona”, concluye Vicén.

Además, estos jóvenes se muestran convencidos de que a nivel industrial la impresión 3D está teniendo un futuro prometedor.

Las ideas de estos estudiantes ya fueron premiadas. Ahora quieren demostrar la viabilidad de sus ideas en la competición de agosto

“Simplemente tienes que saber las limitaciones que tiene, hasta dónde puede llegar y que eso sirva para crear nuevos campos de investigación para aumentar el potencial de la impresión 3D”, resume Vicén.

Algo que puede ir parejo con la revolución de Hyperloop. Estos jóvenes esperan que este medio de transporte siga creciendo. “Creemos en el proyecto y nos gustaría seguir trabajando en estas tecnologías”, declara Juan Vicén. “Nos gustaría seguir más allá de los estudios, pero es pronto para hablar de futuro”.

Las miradas y los esfuerzos están centrados en la final de agosto. “Queremos alcanzar la máxima velocidad y con la máxima seguridad. Sabemos que hay mucha competencia y que van a participar las mejores universidades del mundo. Pero creemos que vamos a ganar. Vamos con ilusión y con ganas de vivir la experiencia. Va a ser, sobre todo, inolvidable”.

Suerte.

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