¿Sabes cómo diferenciar un televisor de campanillas de otro del montón? Puede parecer una pregunta trampa, pero lo cierto es que hoy en día puede costar saber cuándo tienes delante un modelo de altas prestaciones. Fijémonos en el clásico lineal de una gran superficie. Todos los televisores expuestos son 4K, se ofrecen los mismos tamaños y se denominan a sí mismos Smart TV. ¿Tal vez la calidad de imagen nos sirva de referencia? En realidad, ni siquiera esa apreciación en teoría tan esencial es fiable, puesto que van a estar calibrados de forma muy poco realista para imponerse a la luz ambiental del establecimiento y que los colores hagan "pop" sin el menor respeto por el realismo.
¿Cuál es la solución? Nuestro consejo es acudir a la tienda con una chuletilla de especificaciones. Prestaciones en las que a lo mejor no habías caído, pero que pueden suponer la diferencia entre llevarte a casa un televisor puntero, tal es el caso de los TCL X955 o C935, u otro del montón.
QLED y Mini LED: colores y luminosidad que marcan las distancias
Las tecnologías QLED y Mini LED solo dan lo mejor de sí mismas cuando están integradas en el mismo panel
En un principio, no debería haber mejor prueba del algodón para saber si estamos frente a un televisor de altos vuelos que poner nuestra película favorita y comprobar su calidad de imagen. Pero eso no es algo que nos vayan a dejar hacer en la tienda. A falta de poder llevarnos el reproductor Blu-ray a cuestas o un pendrive con una test suite de calibración, lo mejor que podemos hacer es mirar su ficha técnica y comprobar si poseen un panel avanzado o uno genérico.
TCL utiliza en sus modelos más avanzados lo último en imagen, pantallas LCD QLED con tecnología Mini LED que aúnan un cromatismo fuera de lo normal con la mayor luminosidad posible en su categoría. El uso de puntos cuánticos o quantum dots como elemento complementario del típico filtro polarizador permite que el panel LCD subyacente muestre un mayor número de colores que una pantalla convencional, variando sus tonalidades mediante estímulos para conseguir el color perfecto para cada escena.
Este color fuera de lo normal se complementa con un sistema de iluminación mucho más refinado. En lugar de utilizar LEDs perimétricos o en solo unos pocos puntos concretos, la tecnología Mini LED puede iluminar más de 5.000 diodos. ¿Qué conseguimos con esto? Pues para empezar, un HDR cegador y al mismo tiempo realista, pudiendo obtener picos de hasta 5.000 nits en el TCL X955 para que los amaneceres o explosiones de series y películas se sientan casi en persona.
Puedes tener QLED o Mini LED, pero realmente tu tele solo estará en la cresta de la ola si su pantalla posee ambas tecnologías para apoyarse la una a la otra
La segunda gran ventaja que proporciona la tecnología Mini LED reside en la mejora del contraste. Puesto que es capaz de atenuar de forma local las partes más oscuras de la pantalla, las tonalidades oscuras se aproximan al negro de forma mucho más realista y se evitan la aparición de colores deslavazados.
Dicho de otra forma, puedes tener QLED o Mini LED, pero realmente tu televisor solo estará en la cresta de la ola si su pantalla posee ambas tecnologías para apoyarse la una a la otra, generando por un lado colores gradados con calidad de monitor profesional y por otro la iluminación que precisan para ser representados correctamente.
No lo ves en la tienda, pero lo notarás en casa: busca un sonido de cine
A diferencia de la mayoría de los televisores, que son incapaces de dirigir el sonido al espectador, los de TCL lo emiten al techo para hacer que incida sobre él, generando un entorno de sala de cine
Otro factor a tener en cuenta, y este es pasado generalmente por alto a la hora de comprar un nuevo televisor, es el sonido. La aparición de los paneles LCD modernos ha permitido que los fabricantes reduzcan el grosor de sus teles hasta niveles hace 10 años imposibles, y ahí tenemos el ejemplo del TCL C935, que utiliza un panel con una distancia óptica (el espacio que separan la luz del sistema Mini LED de la pantalla LCD) de solo 5 mm. El resultado son televisores que parecen obras de arte, pero que muchas suenan como un teléfono de juguete hecho con dos latas y un cordel.
Hay que comprender que el sonido no deja de ser una onda de presión que se transmite por el aire. Y cuanto más finos son los televisores, más difícil es crear los espacios de resonancia necesarios para que sus altavoces puedan proporcionar las condiciones acústicas adecuadas para su propagación, especialmente si consideramos que muchos se enfocan a la pared ante la imposibilidad de dirigirlos al espectador, dado el tamaño de los marcos actuales.
Resolver este problema no es cosa baladí. Realmente se está luchando contra la física, pero TCL ha alcanzado una solución brillante de la mano del especialista japonés Onkyo, que firma los sistemas de sonido de sus televisores más avanzados. Dotados con audio Dolby Atmos, no propagan el sonido de forma directa, sino que lo "disparan" hacia el techo para que rebote hacia el espectador. En el caso del TCL X955, se genera además un entorno de sensación envolvente gracias al procesamiento DTS Virtual:X, que puede generar sonido tras nosotros incluso sin satélites.
Además de brindar sonido direccional de forma indirecta, estos televisores son capaces de reforzar los bajos utilizando sus propios subwoofers ultrafinos. Una barra de sonido puede ser el complemento ideal, pero si tu televisor ya dispone de serie de un sonido a la altura de las circunstancias, solo será un accesorios para disfrutar aún más y no una compra obligatoria como sucederá con cualquier tele que utilice un sistema de audio convencional de altavoces encarados al suelo o la pared, que solo logran apocopar el sonido y perderlo en su recorrido al espectador.
¿Te gustan los juegos? Estos son los parámetros que debes vigilar de cerca
Si eres fan del gaming, déjate de películas y empieza a mirar lo que de verdad importa
Por último, y para muchísima gente no es ni remotamente lo menos importante, hay que considerar las prestaciones gaming del televisor. Tradicionalmente un buen televisor para juegos debía tener un tiempo de respuesta reducido para evitar efectos como ghosting y estelas en imágenes en movimiento y un negro más puro que el resto a fin de que las escenas oscuras no parecieran un borrón perpetuo, pero recientemente han aparecido avances muy interesantes. Y que podemos localizar fácilmente en las especificaciones de nuestro futuro televisor.
Lo más importante es que nuestro televisor disponga de un conector HDMI 2.1, que será la única forma de poder disfrutar de los juegos con una consola de nueva generación en resolución 4K y a un máximo de 120 FPS. Aunque otras marcas reservan este conector para sus televisores más costosos, TCL lo incluye de serie incluso en el P745, que combina buen rendimiento con un precio asequible.
Además, deberemos tener en cuenta los siguientes detalles:
- Refresco variable o VRR: al desincronizarse la velocidad de refresco con el número de fotogramas por segundo o FPS de un juego, puede aparecer el tearing, imágenes de aspecto quebrado, como si una o dos líneas partieran la pantalla. Televisores como el TCL C935 brindan refresco adaptable desde los 50 y hasta los 144 Hz (que es su velocidad nativa), logrando una experiencia de juego increíblemente suave.
- Baja latencia: debido al tiempo que utiliza el televisor en procesar la imagen, muchos modelos de baja categoría introducen una latencia importante que se puede apreciar en el tiempo que discurre desde que pulsas un botón y hasta que se ejecuta la orden. No es cosa de la consola, sino de la tele. Más de 10 ms, que es lo habitual, va a tener un impacto negativo en juegos de lucha y de acción en primera persona, pero gracias a la tecnología ALLM (baja latencia automática) los televisores de TCL pueden bajar este registro hasta los 6 ms para una experiencia de juego profesional.
- Funciones específicas de juego: finalmente, un buen televisor para gaming debe tener opciones de configuración granulares que nos permitan modificar cada parámetro que impacte en el juego. Refresco variable, procesamiento de la imagen, retículas personalizadas...
Son detalles que nos informan de que no nos encontramos ante un televisor más, sino ante una auténtica pantalla de juego para disfrutar de nuestros títulos favoritos con la calidad que hasta hace poco solo se reservaba a los mejores monitores gaming de PC.
Imágenes | TCL