La movilidad eléctrica comienza a calar en el sector de la logística. Las flotas de vehículos eléctricos ya demuestran su valía con un reparto más silencioso. ¿Qué es lo que ha cambiado con respecto a hace unos años?
Hace no más de una década introducir la variable eléctrica en la distribución era una quimera. A fecha de hoy, se dan dos circunstancias que contribuyen a que cada vez más empresarios piensen en términos de kWh, en lugar de litros de combustible.
Por una parte, la pandemia ha elevado el consumo online, incrementando los desplazamientos de los vehículos de distribución y reparto minorista. El fenómeno persiste y es global. Para 2030, se espera que este tipo de entregas aumente en un 36% el tamaño de las flotas de última milla en las 100 principales ciudades del globo.
Por otra, el vehículo eléctrico se ha internado en una nueva etapa. La mejora de las baterías, el abaratamiento del kWh producido o la integración más dinámica en los procesos productivos a través de plataformas lo han propiciado. Algunos fabricantes como Peugeot han multiplicado su oferta eléctrica gracias al trabajo para elevar la autonomía, entre otras prestaciones.
En el campo de los vehículos comerciales, este no es el único aspecto que facilita la conversión de flotas logísticas a eléctricas. Las empresas cuentan en la actualidad con recursos que permiten una gestión inmediata y eficiente de los desplazamientos.
Por tanto, se dan una serie de circunstancias para que muchas empresas encuentren una buena oportunidad, no solo para renovarse, sino para sacar partido.
Ahorro en el coste de distribución del producto
Como es lógico, la rentabilidad resulta un factor imprescindible. Una década a través de varias claves lo truncaban.
El coste de adquisición inicial hacía imposible que las empresas pensasen en una renovación masiva a base de vehículos eléctricos. Aunque este sigue por encima si lo comparamos con los equivalentes térmicos, lo cierto es que las diferencias se han suavizado.
Más ayudas a la compra
Acceder a un vehículo comercial eléctrico cuenta con más facilidades que en ninguna otra época. Mientras que en la anterior década las ayudas adolecían de mínimas, escasas e irregulares en el tiempo, ahora estos defectos comienzan a solventarse.
Acceder a un vehículo comercial eléctrico cuenta con más facilidades que en ninguna otra época
A nivel nacional, el Plan MOVES III establece bonificaciones para Pymes y empresas que van desde los 2.200 a los 4.000 euros, cantidades que aumentan en un 10% en ciertos casos, como tener sede en un municipio de menos de 5.000 habitantes.
CTP o por qué ahora las cuentan dan
Sin embargo, la llave que abre la puerta de la rentabilidad del vehículo eléctrico tiene que ver con el denominado Coste total de propiedad. Se trata de considerar todos los gastos que acarrea un vehículo a lo largo de su vida útil.
Para un vehículo eléctrico, la rentabilidad se incrementa cuanto mayor es su uso debido a la diferencia en el precio entre combustible fósil y energía eléctrica; y de otros factores como el mantenimiento y la menor carga fiscal.
El transporte comercial y el reparto de mercancías se antojan como uno de los sectores que más partido puede sacar, debido a la ingente cantidad de kilómetros recorridos.
Autonomías a la altura
Si el cambio hacia un transporte 100% eléctrico es tan rentable, ¿por qué no se ha afrontado antes?
No ha sido hasta los últimos años que los fabricantes han logrado cifras de autonomías más convincentes para las empresas. A principios de la anterior década había vehículos que ni siquiera alcanzaban los tres dígitos de recorrido eléctrico máximo.
Esto era aún más evidente para los vehículos comerciales que suelen contar con una masa superior, en los que la carga penaliza la autonomía; y el volumen de las baterías el espacio de carga.
Los obstáculos se han paliado con creces. La flota de Peugeot ilustra la diversidad de soluciones que encontramos estos días, con vehículos como los Peugeot e-Traveller y Peugeot e-Expert (330 kilómetros de autonomía en ciclo WLTP en su versión de 75 kWh) o el Peugeot e-Boxer (224 kilómetros bajo el mismo ciclo WLTP).
Mayor versatilidad urbana
Partiendo de las dos ventajas anteriores como base, vehículos eléctricos como los que encontramos en la gama de Peugeot demuestran otros aciertos que solo pueden descubrirse conduciendo.
La instantaneidad de la entrega energética en un vehículo de propulsión eléctrica contribuye a hacer más fluidas las innumerables paradas y arrancadas de un vehículo profesional.
La instaneidad de la entrega energética en un vehículo de eléctrico contribuye a hacer más fluidas las innumerables paradas y arrancadas de un vehículo profesional
Además, lo hace con una mayor eficiencia y, por tanto, menor consumo y castigo para la mecánica del vehículo. Por contra, este factor supone un lastre del que se resienten los vehículos térmicos. Sus bloques no toleran tan bien una marcha irregular permanente en vía urbana.
Esto deriva también en una mayor comodidad y una menor carga mental para el conductor, reforzada también por la ausencia de ruidos y vibraciones.
Acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)
Las áreas urbanas que limitan el tráfico van a multiplicarse en España. Si hasta ahora solo constaban las de Madrid y Barcelona, la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica cambian el panorama.
Serán obligatorias en los municipios de más de 50.000 habitantes, los de más de 20.000 con límites específicos de emisiones y en los territorios insulares. Se calcula que serán 149 ciudades en las que viven 25 millones de personas.
La norma nacional establece las líneas maestras, pero serán los ayuntamientos los que culminen la normativa. Pese a que algunas ordenanzas dan un trato prioritario a los vehículos comerciales, está por ver cómo será esta una vez las ZBE se multipliquen. Y es que cada urbe podrá imponer criterios diferentes (de delimitación geográfica, horarios, tipos de vehículos etc.).
La etiqueta CERO de la flota de Peugeot otorga libertad total para poder moverse sin ningún tipo de restricción a través de las zonas de bajas emisiones. Se trata de un tema muy sensible para los profesionales que dependen del transporte urbano.
Hay que tener en cuenta que las autoridades irán vetando la circulación de los vehículos más antiguos, comenzando por los diésel.
Softwares de gestión de flotas
Aparte de todas las ventajas asociadas de forma genuina al vehículo eléctrico, el incremento en la rentabilidad del transporte comercial se debe mucho a las nuevas herramientas virtuales.
Estas soluciones de conectividad son ya imprescindibles para el sector de la logística, tal y como está ocurriendo con el cambio hacia un modelo de distribución que se gobierna mediante sistemas y patrones de reparto y que, en general, persigue un aumento de la eficacia.
Para una flota de distribución eléctrica, este instrumento cobra aún más sentido. De este modo, es posible controlar y dosificar de forma más precisas la autonomía de los vehículos y la recarga de los mismos, aprovechando, por ejemplos, los momentos del día en que la energía eléctrica resulte más barata.
Estos desarrollos tecnológicos en el área de la conectividad son ya imprescindibles para el sector de la logística, tal y como está ocurriendo con el cambio hacia un modelo de distribución 100% eléctrico
La plataforma Free2Move Connect Fleet se mueve en esta órbita, ofreciendo diferentes modalidades que permiten el seguimiento de la flota, análisis de consumos o la geolocalización de los vehículos.
Connect Fleet es una solución para empresas entre otras muchas que presenta Free2Move. En el ámbito de una flota eléctrica, destacan E-mobility Advisor, que evalúa el potencial de electrificación; o Charge My Car, centrada en la recarga de vehículos conducidos por empleados.
Estos desarrollos tecnológicos en el área de la conectividad son ya imprescindibles para el sector de la logística, tal y como está ocurriendo con el cambio hacia un modelo de distribución 100% eléctrico.