Llevamos años con miedo a encontrar vida extraterrestre y matarla por el camino. A partir de hoy podemos vivir más tranquilos

Usar un microscopio electrónico de alta resolución para mirar al "meteorito más prístino" de la Tierra

SuperSTEM Laboratory, Daresbury
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La noche del 28 de febrero de 2021, una enorme bola de fuego atravesó Reino Unido. El meteorito tocó suelo echo pedazos en las afueras de la ciudad de Winchcombe y durante la siguiente semana, científicos, autoridades y ciudadanos recogieron cada uno de sus trozos hasta dar con 531,5 gramos de material extraterrestre.

Medio kilo de piedras que esconden las piezas clave de la vida y que ahora podemos ver sin "intermediarios".

Un meteorito importante. Es importante porque esa rápida recogida aseguraba que el material no se había contaminado demasiado. La mayoría de meteoritos pasan temporadas muy largas en el suelo y eso compromete los estudios sobre su composición. El de Winchcome no sería el más grande, pero sí uno de los más limpios que tenemos.

Los científicos se pusieron manos a la obra rápidamente y descubrieron cosas como que el 11% de su composición era agua. Casi dos años después, un equipo coordinado por Ashley King, especialista en meteoritos del Museo de Historia Natural de Londres, descubrió que ese agua, de hecho, era muy similar a la de los océanos de la Tierra (y que contenía aminoácidos similares a los que constituyen el ADN en su interior).

Un problema técnico. Uno de los grandes problemas que plantea el estudio del meteorito de Winchcome es que necesitábamos métodos poco intrusivos. Todo el que se dedica a estos temas recuerda el "problema" de las sondas Vikings en Marte: uno de los experimentos encontró compuestos orgánicos clorados, pero los expertos de la NASA los achacaron a contaminación terrestre. ¿Cómo podemos estudiar el meteorito sin contaminar ni desnaturalizar lo que hay realmente en él?

Mirando muy muy de cerca. La respuesta la tienen el doctor Christian Vollmer y su equipo del Instituto de Mineralogía en la Universidad de Münster. Han sido capaces de analizar el meteorito sin ningún tratamiento químico y, gracias "supermicroscopio" del laboratorio SuperSTEM de Daresbury, han podido demostrar, con un alto grado de precisión, la existencia de aminoácidos e hidrocarburos heterocíclicos.

Es una noticia fantástica. Porque, como reconoce el mismo Vollmer,  "demuestra que estos componentes básicos de la vida pueden caracterizarse  en estos sedimentos cósmicos, incluso sin extracción química". Algo que es tanto como decir que podemos investigar elementos extraplanetarios sin modificarlos.

Algo que nos va a permitir conocer mucho mejor qué es lo que hay ahí fuera, pero sobre todo es algo que nos va a permitir entender qué hay aquí dentro: el origen de la vida en la Tierra, sus limitaciones y su futuro.

Imagen | SuperSTEM Laboratory

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