La cascada submarina más grande del mundo mide tres kilómetros de alto (y lo sabemos gracias a un equipo de Barcelona)

El punto donde se unen dos de las masas de aguas más diferentes de toda la Tierra

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En la superficie del mar todo parece en orden, pero mentira. Un disimulo, un engaño, un espejismo. En las entrañas del océano hay una batalla sin cuartel desde hace, por lo menos, 3.800 millones de años. El momento en el que las corrientes marinas empezaron a dar forma al clima tal y como lo conocemos.

Y la mejor forma de comprobarlo es gracias a la enorme cascada submarina que el equipo de Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona está diseccionando en vivo y en directo.

¿Una cascada submarina? Sé que suena contraintuitivo, pero sí que existen cascada dentro del océano. Aunque solemos pensar en las masas de agua como algo relativamente estable, lo cierto es que dentro de los mares de la Tierra hay enormes diferencias de temperatura, salinidad y composición.

Esas diferencias (sumadas al hecho de que el sol no calienta el mar igual en todos los sitios o que los ríos -- con sus toneladas de sedimentos -- llegan al océano por puntos concretos) están detrás de todo un conjunto de corrientes marinas que tratan de equilibrar los océanos a nivel mundial. Esas corrientes termohalinas tienen un papel clave en el clima, pero si nos fijamos en sus detalles veremos que están llenas de fenómenos curiosos como el que hoy nos ocupa: las cascadas submarinas.

Un fenómeno, por lo demás, tan difícil de capturar por una cámara que hemos tenido que recurrir a la más conocida (la de Mauricio) para ilustrar este artículo y trasladar una imagen intuitiva del tema del que estamos hablando. Lamentablemente, la de hoy está muy lejos de allí y (por su extensión y profundidad) ni siquiera podemos verla.

El borde del gran precipicio. En el estrecho de Dinamarca (un sitio que, aunque no lo parezca, está entre Groenlandia e Islandia) ocurre algo curioso. En pocos kilómetros, se pasa de una profundidad media de 500 metros a una de 3.000 y, claro, eso genera lo que los investigadores del equipo de Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona han identificado como una "gran cascada".

Las frías y densas aguas árticas del mar de Groenlandia se precipitan hacia el fondo siguiendo la orografía del terreno y dejando subre sus cabezas las aguas más cálidas y ligeras de un Atlántico "dopado" por la corriente del Golfo. Una maravilla que, en fin, no se puede ver.

Ese es uno de los grandes problemas del estudio de cascadas submarinas: que no son fenómenos visibles a simple vista. De hecho, como ellos mismos detallan en un estupendo dossier (lleno de imágenes) el proceso para identificar este tipo de cosas es muy complejo y está lleno de pasos intermedios.

Mucho más que la cascada. Algunos de ellos, de hecho, nos llevan a situaciones muy interesantes (y que nos devuelven a otros grandes debates del mundo de hoy). Por ejemplo, allá en el fondo del estrecho de Dinamarca el equipo encontró cantidades muy importantes de neodimio -- un mineral que, no hace falta decirlo, tiene un papel fundamental en la industria electrónica actual.

Pero, sobre todo, la cascada... Porque, sea como sea, la cascada tiene interés por sí misma. Como llevamos comprobando desde hace tiempo, conocer en profundidad los mecanismos que están detrás de las corrientes oceánicas es algo muy necesario para monitorizar el cambio climático y poder empezar a entender sus efectos más sutiles.

Y un punto como el estrecho de Dinamarca donde chocan algunas de las masas de agua más distintas del mundo es crucial para eso.

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Imagen | (Catarata submarina de Mauricio) Dominik Ruhl

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