A la hora de elegir un televisor, se prestar atención normalmente a la calidad de imagen, las pulgadas, la estética y otros factores que “entran por los ojos” literalmente, pero se suele dejar de lado el sonido. En la práctica, los fabricantes de televisores se ven condicionados a la hora de diseñar un sistema de audio para un televisor de última generación donde son mandatorios los grosores ínfimos y diseños minimalistas.
El sonido sigue siendo analógico en la parte de la reproducción, puesto que, en general, la intensidad y la percepción del mismo dependen de la potencia de las ondas sonoras y su posicionamiento en el espacio. Y para generar ondas sonoras se necesitan elementos mecánicos como los altavoces, que no pueden ser miniaturizados fácilmente sin que sus propiedades se vean afectadas.
Las bajas frecuencias (los "graves") son especialmente delicadas: cuanto más bajas sean las frecuencias que se quieren reproducir, más grandes tienen que ser los altavoces para generar ese tipo de ondas con un nivel de volumen “contundente”. Los televisores hacen un buen trabajo manejando el sonido, desde luego, pero los fabricantes supeditan las habilidades premium de audio de los televisores al diseño de las pantallas.
Accesorios para maximizar la calidad del audio
Para la mayor parte de la programación televisiva, resulta suficiente la calidad de audio ofrecida por los televisores modernos. Sin embargo, quienes desean vivir realmente una experiencia cinematográfica para aprovechar las prestaciones de equipos de última generación quieren más.
Buscan el mejor sonido, el que esté a la altura de la calidad de imagen que les ofrecen los televisores de alta gama. Entre ellos, la serie Samsung QLED TV aporta resolución 4K UHD, niveles de brillo de entre 1.500 y 2.000 nits, RGB real, 100% de volumen de color, tamaños de pantalla de entre 49" y 88", formatos curvos y planos, Smart TV integrada y buena visualización desde cualquier ángulo...
Una estrategia comúnmente adoptada por los amantes del audio de alta calidad es la de delegar la reproducción del sonido en equipos electrónicos de consumo especializados. Los sistemas home cinema 5.1 o 7.1 tuvieron en su momento una época dorada, aunque ahora se tiende a conciliar la calidad del sonido con la facilidad de instalación, el espacio y el diseño.
En su momento, la simulación de posicionamiento espacial del audio se realizaba mediante la distribución de los diferentes altavoces en el espacio disponible en la sala donde los instalásemos. Hoy en día se trabaja con tecnologías y procesadores digitales capaces de recrear el sonido espacial sin necesidad de separar los altavoces. Además, la conectividad inalámbrica se ha convertido en lo habitual, ya sea a través de Bluetooth o WiFi en los sistemas de sonido multiroom.
Pero, ¿de dónde proviene el audio?
A la hora de decidir la forma de escuchar el sonido de los contenidos audiovisuales que consumiremos en nuestro televisor, es interesante realizar un ejercicio de identificación del origen de dichos contenidos. Así, podemos tener películas en soportes como Blu-ray y especialmente los compatibles con formato 4K UHD.
Los contenidos pueden proceder también de consolas de videojuegos. O directamente desde servicios de streaming en Internet o desde el descodificador que nos haya instalado el proveedor de servicios de conectividad.
Los proveedores de contenidos eligen los formatos de audio y vídeo dentro de las posibilidades de los formatos y soportes que se manejen. Por ejemplo, Netflix ofrece diferentes calidades de vídeo y audio dependiendo de dónde se vea. Usando la app de los televisores Smart TV de Samsung podremos acceder a contenidos 4K y con sonido 5.1, pero en otros dispositivos la calidad se verá mermada. Otro tanto sucede con Amazon Prime Video.
El sonido puede ir "encapsulado" en el cable HDMI de conexión entre el dispositivo de que se trate (Blu-ray, descodificador, consola de videojuegos, Google Chromecast, Apple TV, etcétera) y el televisor. Igualmente, puede formar parte de los datos de streaming que llegan a la app en nuestro Smart TV a través de la conexión de Internet, como ocurre con Netflix, beIN Connect, HBO o YouTube, por poner algunos ejemplos.
También es factible usar un cable óptico para llevar el sonido a un sistema de audio dedicado e independiente del TV, procedente de dispositivos tales como los descodificadores, un Blu-ray o una consola. De este modo, usaríamos el cable HDMI únicamente para el vídeo, llevando el audio a un sistema externo mediante el cable óptico.
Otra tercera opción es la de emplear la salida de audio óptica del televisor para conducir el audio a un sistema con entrada óptica. De este modo, todo lo que debería sonar en el TV lo hará en el equipo de audio externo.
Las opciones que tenemos
Para ilustrar el uso de estas opciones, daremos algunos ejemplos de dispositivos de audio que podemos usar junto con nuestro televisor para mejorar el disfrute del sonido. El más sencillo de entender son los auriculares. Conectados a la tele directamente mediante cable o una conexión inalámbrica de tipo Bluetooth, son una buena opción para no molestar mientras se escucha música, se ve una serie o una película o se juega con la consola.
Es preferible que tengan una diadema ergonómica y grande para aislar del ruido exterior. A mayor tamaño de diadema, en general, mejor calidad de uso. Un ejemplo perfecto de auriculares son los Samsung Level On Wireless Pro, que combinan conexión con cable de audio y conectividad inalámbrica Bluetooth dependiendo de qué sea más conveniente.
Las barras de sonido aúnan una buena manejabilidad y facilidad de instalación con un tamaño suficiente como para albergar altavoces contundentes capaces de llenar una sala sin problemas y con capacidad para manejar varios canales de audio a pesar de su diseño “monobloque” o compacto. Los fabricantes han puesto en el mercado multitud de modelos con más o menos altavoces integrados en su interior y capacidad de conexión de otros externos para potenciar los graves e incidir en el realismo del audio y el sonido surround.
Modelos como la barra de sonido inalámbrica HW-MS650 de Samsung, dentro de la gama Sound+, son una solución compacta capaz de transformar un salón en una sala de cine. Además, cuenta con un abundante repertorio de conexiones: HDMI con bypass de señal de vídeo 4K, Bluetooth y WiFi, ideal para conexiones multiroom y servicio de streaming a través de, por ejemplo, un móvil.
Desarrolladas por el laboratorio de audio de Samsung, la gama de barras de sonido Sound+ integra la tecnología Control Multi-Speaker, que sustituye el subwoofer convencional por un conjunto de woofers y hace que se muevan de forma simultánea y coordinada optimizando los graves. No obstante, la última innovación de este laboratorio es la cancelación de distorsión mediante un algoritmo que interpreta la señal de audio y ajusta los movimientos de los altavoces reduciendo posibles distorsiones. Y, para los más exigentes, las barras Sound+ son capaces de reproducir ficheros de audio en alta definición (HD Audio 96kHz/24bit).
En todo caso, recuerda que, si tenemos un sistema de audio tradicional con conexión óptica, podemos usarlo a través de la conexión óptica de audio que incorporan televisores como los QLED TV de Samsung, llevando el sonido a la entrada del equipo HiFi para escucharlo por ahí. Dependiendo de la antigüedad, nos perderemos opciones tales como el audio multiroom, pero en un momento dado es una posibilidad.
Las conexiones del televisor pueden estar integradas directamente en la pantalla o bien concentradas en una caja externa, como Samsung One Connect, que se puede conectar al televisor a través del cable óptico casi invisible de 15 m y mantener la sala ordenada. Más aún, en el caso de que se monte el televisor en la pared, resulta la solución ideal al "liberarlo" del engorro de los cables.
Ajustes en el menú de pantalla
Una última opción que no conlleva inversión adicional es recurrir al ecualizador del televisor, si este lo implementa, o a los modos preconfigurados por el fabricante. En el primer caso, accederemos a la opción de menú correspondiente e iremos probando a subir y bajar los valores de cada frecuencia (normalmente, como mínimo se presentan deslizadores para 100 Hz, 300 Hz, 1kHz, 3kHz y 10 kHz) hasta obtener el sonido que más nos satisfaga.
Por su parte, las configuraciones predefinidas abarcan modos como 'Cine', 'Diálogos' o 'Música' con ajustes de los valores de audio orientados al tipo de contenido que estamos viendo. Si no eres un experto, esta última solución es quizá la más cómoda, eso sí, conviene probar todos los modos para ver cuál se adapta mejor a nuestras preferencias de escucha.
Como hemos visto, hay múltiples alternativas al audio integrado en el televisor si no nos satisface plenamente. Las barras de sonido son la tendencia, con modelos que complementan perfectamente al televisor, potencia elevada y compatibilidad con formatos de sonido multicanal y códecs de alta calidad.
Pero, no podemos olvidar la intimidad de los auriculares, el sonido envolvente y la estética elegante de los altavoces multiroom o, en última instancia, la reutilización de un equipo HiFi a través de la conexión óptica preferiblemente. De este modo, podremos disfrutar de una experiencia audiovisual óptima tanto por la parte de la pantalla como por la del sonido.