En términos biológicos, el periodo ideal para que una mujer se quede embarazada va desde los 25 hasta los 30 años. A partir de ahí, la fertilidad de la mujer decrece poco a poco durante la década de los 30. Pero ¿qué sucede en el caso del hombre? ¿Existe una edad concreta a partir de la cual el trabajo de los espermatozoides sea ineficaz? No, exactamente. En la mayoría de los casos cumplir años no afecta a la fertilidad masculina.
La edad importa, pero no igual en ambos sexos. La cantidad de óvulos con lo que una mujer llega a la pubertad (unos 400.000 ovocitos) va disminuyendo con la edad y la cantidad de ciclos menstruales acumulados. Así, alrededor de los 35 años, la reserva ovárica está en torno al 10% de su totalidad lo que determina no solo que haya menos óvulos, sino también que los disponibles sean de peor calidad. Sin embargo, en el caso de los hombres la probabilidad de fecundar un óvulo no decrece con los años.
¿Por qué? La principal diferencia en términos de fertilidad biológica entre hombres y mujeres reside en la cantidad de células reproductoras que son capaces de producir a lo largo de la vida. Mientras las mujeres solo generan óvulos durante un periodo concreto de la vida (entre los 13 y los 50 aproximadamente), los hombres producen espermatozoides de forma continua hasta que fallecen.
Fertilidad masculina. Un reciente estudio elaborado por Instituto Marqués habla de cómo la fertilidad de los hombres no sufre apenas variaciones hasta los 65 años. Es decir, sus espermatozoides son igual de capaces de fecundar un óvulo a los 25 que a los 50. Y es que la cantidad de espermatozoides con movilidad máxima se reduce tan solo un 0,7 cada año, una idea que reafirma el ginecólogo David Keefe, consultado por The Cut en este artículo.
Fragmentación ADN. Que la cantidad de espermatozoides móviles no se vea alterada no quiere decir que el paso de los años no tenga ningún impacto en las aptitudes reproductivas de los varones. En torno a los 45 años, los niveles de testosterona en los hombres comienzan a disminuir aproximadamente un 2% cada año. En términos generales, esto afecta a la disminución del deseo sexual o la reducción de la masa muscular, entre otros cambios. Sin embargo, dentro del ámbito de la fertilidad, la paulatina disminución de la testosterona se asocia con la fragmentación del ADN espermático. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que el material genético de los espermatozoides es más sensible a sufrir lesiones como las mutaciones.
Según este otro estudio, esto trae como resultado una "peor" calidad genética lo que incrementa el riesgo de abortos espontáneos y mutaciones en la cadena de ADN.
Una década de margen. La principal ventaja biológica que los hombres tienen frente a las mujeres es el tiempo. Es decir, tienen más margen para decidir si quieren ser padres o no porque la biología está de su lado. Mientras que a los 40 una mujer tan solo tiene un 5% de posibilidades de quedarse embarazada por cada ciclo menstrual, la capacidad de los espermatozoides de un hombre a esas edad sigue siendo prácticamente la misma que a sus 25.
Imagen: Kelli McClintock/Unplash