Conseguir que un smartphone se plegara fácilmente era un sueño que parecía complicado hacer realidad. El reto más evidente era conseguir que la pantalla se doblara. Y que se pudiera hacer cientos de miles de veces sin que sufriera daños. El segundo reto, menos evidente, pasaba por diseñar una bisagra que permitiera realizar el movimiento de apertura y cerrado del terminal en cuestión.
Samsung, en su tercera generación de terminales móviles plegables, ha perfeccionado la tecnología que permite solventar ambos retos. Y lo ha hecho hasta el punto de conseguir que la pantalla sea hasta un 80 % más resistente y duradera que la de las generaciones anteriores y con el atractivo adicional de que los terminales plegables Galaxy Z Fold3 5G y Z Flip3 5G son resistentes al agua con certificación IPX8. El “8” se refiere a la resistencia al agua, mientras que la “X” implica que la resistencia al polvo aún no está certificada oficialmente.