¿Estamos viendo la imagen completa de las implicaciones de la inteligencia artificial aplicada al mundo laboral o solo una pequeña parte? ¿Automatizará por completo la producción tecnológica y de contenidos o hará aún más necesario que nunca el componente humano? ¿En qué medida y de qué formas impactará en unas empresas que aún no han terminado de adaptarse a los cambios introducidos durante la pandemia?
Sin duda, incluso estas primeras y pioneras aplicaciones de la IA ya están teniendo efectos muy perceptibles a nivel de plantilla. Y también de solicitudes de empleo. Frente a investigaciones que señalan la posibilidad de un “apocalipsis” capaz de barrer hasta 8 millones de puestos en el Reino Unido, otros informes indican que el mercado está tan revuelto que es difícil sacar conclusiones, e incluso se apunta a que los despidos que ya están teniendo lugar no se deben a la optimización de recursos per se, sino a un cambio de prioridades.
Comprender los desafíos a los que nos enfrentaremos durante los próximos años no es fácil. Pero aquí entra Silvia Rivela, experta en el futuro del trabajo, comunicadora, emprendedora y especialista en soft skills. Descrita por sí misma como arquitecta de formación y socióloga de vocación, Rivela es directora del laboratorio de espacios de trabajo DOWE y enseña a empresas a mejorar la cohesión de sus equipos, evitando la aparición de posibles conflictos y ayudando a crear entornos de trabajo más humanos. Un perfil único para hablar, precisamente, del impacto que la IA va a tener sobre la vida de las personas. Pero también de cómo muchas empresas han utilizado la experiencia del teletrabajo para abordar cuestiones como la reducción de jornada sin merma en la productividad.
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Tras las intervenciones de Alicia Asín, CEO de Libelium, y la experta en ciberseguridad Mónica Valle, nuestro video pódcast por el centenario de Telefónica recibe a Silvia Rivela para hablar de IA y las relaciones laborales del mañana. Que es lo mismo que decir qué sucederá cuando las máquinas empiecen a automatizar la creación de contenidos culturales e incluso la ideación tecnológica; exactamente igual que sucedió en el pasado con la producción de bienes de consumo. Una situación nueva, difícil de orientar y que nos conducirá hacia... ¿un trabajo extrañamente más humano?
Rivela, en su papel como formadora de equipos, ya ha comenzado a apreciar algunas de las dinámicas que introduce la IA incluso en papers como uno publicado por la Universidad de Deusto, donde se aprecia que la mera introducción de la inteligencia artificial en un proceso de decisión puede hacer que los trabajadores cuestionen la validez de sus criterios iniciales, haciendo necesaria una capacidad de pensamiento independiente que permita valorar e incluso hacer un fact-checking del trabajo de una máquina. ¿Ha llegado el momento de empezar a hablar de procesos human-in-the-loop?
Ciertamente, la verificación de las labores realizadas mediante IA es un asunto que próximamente se deberá abordar. Es posible que, como también vaticina Rivela, programadores, arquitectos, ingenieros o artistas deban añadir nuevas habilidades complementarias. Y es que nadie sabe qué sucederá cuando la IA empiece a liberar horas y horas de trabajo por persona.
“¿En qué invertimos ese espacio temporal? ¿Nos vamos a una jornada laboral de cuatro días, por ejemplo? ¿A un recorte de personal? [...] Las empresas están recortando personal en pos de la productividad. ¿Pero esto aporta valor al usuario final o realmente lo que haces es optimizar tus procesos? ¿Y si coges a esas personas y las transformas para aportar más valor? ¿Y si de repente el trabajo de esta personas, que no era de cara al público, ahora debe serlo y se ocupa de dar un servicio buenísimo?”, reflexiona.
Rivela también tiene tiempo para ahondar en los profundos cambios que están generándose a raíz del auge del teletrabajo. Y no solo por la IA. De repente, la vieja jornada de ocho horas y cinco días a la semana empieza a ser cuestionada en lugares como la consultora española Good Rebels, que ha instaurado la semana de cuatro días usando la fórmula del 100-80-100: 100 % del salario, 80 % de las horas y 100 % de la productividad. ¿Suena muy agresivo? Al contrario. Lo que descubrieron es que la productividad final aumentó un 7 %, demostrando que con menos horas se puede trabajar de forma más eficiente.
Si estás intrigado por los cambios y desafíos que se avecinan en el mundo de la empresa, tanto por la introducción de la IA como por la aparición de nuevas formas de comprender los procesos que encaminan la productividad de los trabajadores, no olvides suscribirte a nuestro video pódcast ‘100 años, 100 visiones’. Nos vemos en el siguiente episodio.
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