Hay un invento que destaca sobre todos los demás en nuestro tiempo: el teléfono móvil, que se ha convertido en la caja multiherramienta de nuestra sociedad. Es el modo de contacto con la gente a la que queremos, nuestro periódico, esa cámara de fotos que poder llevar en el bolsillo e incluso para muchos se ha convertido en la pieza básica de nuestro medio de vida.
Como resultado de este uso, alrededor del móvil surge un universo de objetos que encontramos tanto en establecimientos físicos como online. Este último, es el caso de AliExpress, que aglutina multitud de pequeñas y medianas tiendas con miles de artículos en oferta. Entre ellas, trabaja con la firma Baseus, especializada en el segmento que nos ocupa.
Fundas, vidrio templado, _powerbanks_, cargadores o auriculares son tan solo algunos ejemplos de todo el material que nos espera en torno al móvil. A medida que este utensilio multipropósito engloba más y más funciones, el universo crece. Pero, estos objetos complementarios, ¿son un capricho o una necesidad?
¿Teléfonos móviles preparados para caerse?
El grado IP de protección frente a líquidos o partículas junto a las pruebas de caídas son estándares en el mercado de los smartphones. Desde hace años, estamos acostumbrados a que los diferentes fabricantes nos “demuestren” que sus teléfonos aguantan caídas, salpicaduras y tormentas de polvo con grado de protección militar. Pero luego se caen en la escalera y la pantalla se hace añicos.
Hemos de afrontar el hecho de que los móviles actuales son piezas frágiles que distan mucho de aquel 3310 que aún nos espera, funcional, en algún cajón de la casa. La pantalla es probablemente el elemento más sensible, por lo que suele ser frecuente invertir en una película de vidrio templado, como esta de 0,3 mm de espesor, que colocar sobre ella. Estas ayudan a que en el uso del día a día el teléfono no se arañe; pero también son útiles a la hora de distribuir la energía de un impacto moderado.
Igualmente, es habitual adquirir una carcasa, estuche o funda en el mismo momento de la compra del smartphone. Puede parecer un elemento innecesario e incluso antiestético, pero si nos hemos dejado varios cientos de euros en un móvil (a veces muchos, muchos cientos) y podemos asegurar su durabilidad por unos pocos euros, este “sobrecoste” no es significativo. Para poner un ejemplo tangible, esta carcasa tiene un coste inferior a cuatro dólares, pero protege un teléfono que alcanza los 900 euros.
¿De verdad necesito un cable de carga de 5 metros?
Los antiguos teléfonos de pared tenían un cable extensible con una elongación de varios metros. En aquellos momentos la intimidad no existía y uno hablaba con la pareja a pocos metros del salón. Ahora, con los smartphones, ¿de verdad hay necesidad de andar pegado a un enchufe?
Claro que no. Sin embargo, de lo que sí que tenemos necesidad es de cargar el móvil de forma casi permanentemente. La mejora en la eficiencia de los procesadores y el aumento de la capacidad de batería apenas pueden seguir la zaga del creciente uso y del consiguiente consumo eléctrico. Cada vez es más habitual ver cómo un cable recorre la parte trasera de los sillones y, en estos casos, es buena idea contar con uno de varios metros que nos ayude a estar más cómodos. Este de Baseus alcanza los 5 metros de longitud sin pérdida de potencia.
También es frecuente que tengamos el cable USB conectado a un toma de la que partan a su vez otros cables. Con este cargador con tres puertos USB-A 2.0 tendremos hasta 3,4 A. El número de dispositivos en nuestros hogares ha aumentado considerablemente en los últimos años. Esto significa que el cable del sofá, el que tenemos en nuestro despacho o estudio, y el que hay junto a la mesita necesitan de una toma.
Cargadores para la movilidad, indispensables
No importa lo largos que sean los cables de alta velocidad. Al salir por la puerta de casa estos carecen de sentido. Sin embargo, el consumo sigue en aumento y nos hemos acostumbrado a llevar parte de la batería del teléfono fuera de él en forma de _powerbank_. La batería enlazada almacena 10.000 mAh o, lo que es lo mismo, unas tres cargas de 3,3 Ah, un estándar de los últimos años.
Si hemos olvidado el _powerbank_ en casa, el transporte público, metro incluido, ha entendido la necesidad de energía de los usuarios y podremos aprovechar las instalaciones para este propósito que incorporan modernos autobuses como el de la imagen superior.
Y lo mismo ocurre con el transporte privado, donde un elevado nivel de carga del teléfono móvil es muy útil para alimentar el navegador, quizá de forma inalámbrica como ofrece Baseus (abajo), mientras lo colocamos junto al panel de instrumentos del vehículo. Descontando navegadores integrados, actualmente nos resulta extraño no usar el GPS del móvil al conducir. Después de todo, nos muestra la mejor ruta en cada minuto informándonos de atascos.
Pero ocurre que este uso consume mucha energía. No solo requiere tener activada la geoposición, sino también necesita disponer de la pantalla encendida, así como de la transmisión de datos en uso continuo. De ahí que también la toma “de mechero”, pensada en su momento para encender cigarrillos al volante, es ahora usada para ofrecer un punto de carga para el smartphone con 32 W de potencia y tecnología de carga rápida Qualcomm.
Esto es particularmente útil en viajes compartidos mediante aplicaciones como Blablacar. Como conductores y responsables del viaje querremos que nuestros acompañantes se sientan a gusto y puedan disfrutar de su estancia en nuestro vehículo. Eso, hoy día, pasa por tener energía para las horas que dure el trayecto.
Siempre con música en los oídos
Hace tan solo un lustro era impensable tener tu biblioteca de música en el móvil. Para alojar una canción dentro, hacía falta conectar físicamente el teléfono a un ordenador con el que descargar la pista. Ahora hay soluciones como YouTube Music, Spotify o Apple Music que posibilitan alojar decenas de gigabytes de música para cuando salgamos de casa, momento en que serán necesarios unos buenos auriculares.
Aunque los auriculares con cable presentan mejores tasas de transmisión —por tanto, mayor calidad de audio— y no consumen energía, lo cierto es que la opción inalámbrica como la que observamos arriba se ha convertido en la norma por varios motivos. El primero es que la calidad del MP3 descargado suele ser baja y el segundo es que admiten mayor maniobrabilidad.
Si tengo por delante cinco kilómetros que correr con un cable golpeándome cada dos pasos en el pecho o la espalda, es posible que acabe por arrancarlo de un tirón de mala uva. No ocurre así con los inalámbricos que suelen verse entrenando, en el transporte público, la biblioteca e incluso el trabajo. La música en los oídos es una buena forma de aislarse del ruido y concentrarse.
Poco puerto libre para tanto dispositivo
Por encontrar pegas a disfrutar del ocio escuchando música, este y otros dispositivos cada vez más frecuentes (smartwatch, pulsera de actividad, segunda pantalla, etc.) requieren de energía para funcionar y cada vez nos cuesta más encontrar una toma de corriente o señal libre. A menudo nos faltan USB y otros puertos, y es en este punto en el que entran en juego las tarjetas de ampliación para portátiles.
Estos últimos han ido haciéndose cada vez más finos y han eliminado puertos USB, VGA o HDMI, entre otros. En la imagen de arriba podemos observar una de las tarjetas que más éxito está teniendo en AliExpress de la marca Baseus. Pensada en inicio para dar continuidad a los portátiles, lo cierto es que puede usarse también en puertos de corriente, ordenadores de sobremesa, pantallas y algunos teléfonos móviles que admitan la descarga o la emisión de vídeo en alta calidad. Destacamos este modelo por la cantidad de puertos diferentes que presenta.
Como abríamos el artículo, alrededor de los dispositivos móviles ha surgido un universo de objetos, conectados o no, que dan continuidad a esta nueva navaja suiza que usamos para cada vez más. Ya que es un invento tan útil y que su precio no es precisamente bajo, qué menos que dedicarle algo de nuestro presupuesto en tecnología a protegerlo, ampliarlo o facilitarnos el trabajo que desempeña.
Imágenes | iStock/Creative-Family, iStock/Zbynek Pospisil, Baseus
