En 2013, Mihaela Noroc dejó todo y comenzó el proyecto de su vida: The Atlas of Beauty. Cargada con una simple cámara, Noroc comenzó a visitar países de los cinco continentes, fotografiando a mujeres de toda condición. Finalizado su viaje, condensó sus vivencias en 37 fotografías de mujeres de cada uno de los países que había explorado. La colección, titulada "El atlas de la belleza", ponía de manifiesto la amplísima diversidad de las sociedad humanas, y los distintos cánones de belleza genéticos y culturales asociados a cada región. Ahora, Noroc ha vuelto a la carretera.
Se dejó un sinfín de países por fotografiar en el tintero. En la actualidad, la fotógrafa, de 30 años y natural de Rumanía, se encuentra en el subcontinente indio, cuya amplísima antología de idiomas, manifestaciones culturales y religiones le convierten en un particular vivero de los cánones de belleza humana, a cual más diverso. Se pueden seguir sus andadas a través de su cuenta de Instagram o de su página de Facebook.
Con anterioridad, Noroc recorrió Asia central, a menudo olvidada. Así, nos ha legado fantásticos retratos de mujeres kirguís, tibetanas, whakis, tajikas o turcas.
Finalizado su primer viaje, el que le llevó a obtener cierto reconocimiento mediático en Internet, Noroc lanzó una campaña de crowdfunding para financiar el siguiente. Fue un éxito: recaudó alrededor de 40.000 euros, cuando había fijado su objetivo en 25.000.
Para la primera parte de The Atlas of Beauty, finalizada en noviembre de 2014, Noroc empleó 15 meses de su vida. Su segundo viaje, en el que aspira a visitar alrededor de 30 nuevos países, comenzó el pasado verano.
Sobre los motivos que le empujan a acometer tan sigular proyecto, la propia Noroc explica: "Belleza significa diversidad, y viajo por el mundo para descubrirla. Desde Europa Occidental a las tribus africanas y desde Río de Janeiro a China, trato de capturar, en mis fotos, caras naturales y diversas. En mi opinión, la belleza significa mantener vivos tus orígenes y tu cultura. Ser natural, sincero, particular y no necesariamente estar a la moda. Quizá en 50 años todas las mujeres del mundo vistan y actúen igual".
Es, por tanto, un viaje que hace apología del multicultiralismo y que reivindica las tradiciones locales de cada región y sociedad, frente a un mundo cada día más globalizado y homogeneizado.
