Samsung Neo QLED QN900C 8K, análisis: este televisor sube el listón de la tecnología mini LED hasta la estratosfera

  • Este es el televisor más avanzado de Samsung que podemos encontrar en las tiendas ahora mismo

  • Es un auténtico todoterreno y su retroiluminación mini LED es objetivamente de referencia

Este televisor es muy especial para Samsung. Durante los últimos dos años se han codeado en lo más alto del catálogo de esta marca sus televisores con panel LCD VA 8K pertenecientes a la familia Neo QLED y sus modelos equipados con una matriz orgánica de tipo QD-OLED. A mí, honestamente, me gustan mucho estos últimos, en especial el OLED S95C que probé a fondo a mediados del pasado mes de octubre. Sin embargo, para Samsung su modelo insignia es su televisor Neo QLED 8K más avanzado.

Durante los últimos meses he tenido la oportunidad de hablar largo y tendido con varios portavoces de la filial de Samsung en España, y todos ellos me han asegurado que su mejor televisor de 2023, el que incorpora la tecnología más avanzada, es el Neo QLED QN900C 8K que estamos a punto de poner a prueba. Y su sucesor, el Neo QLED QN900D 8K que llegará a las tiendas durante los próximos meses, será el televisor insignia de la marca durante 2024. Sea como sea el protagonista de este análisis es el QN900C. Veamos si está o no a la altura.

Samsung Neo QLED QN900C 8K: especificaciones técnicas

Samsung Neo QLED QN900C 65"

características

panel

LCD VA 8K Neo QLED de 65 pulgadas, 10 bits, 100 Hz (hasta 144 Hz) y relación de aspecto 16:9

resolución

7.680 x 4.320 puntos

tamaños disponibles

65, 75 y 85 pulgadas

procesador de imagen

Neural Quantum Processor 8K

hdr

HDR10+, HDR10 y HLG

modo director de cine

sonido

6.2.4 canales

90 vatios (RMS)

Dolby Atmos

OTS Pro

conectividad

4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x Ethernet, 1 x salida audio digital óptica, 1 x jack de 3,5 mm, 1 x RF, 1 x CI y 1 x USB-C

conectividad inalámbrica

Wi-Fi 6E

Bluetooth 5.2

sistema operativo

Tizen OS

etiqueta energética

Clase G

consumo típico

112 vatios

consumo máximo

370 vatios

dimensiones

1.433,1 x 892,7 x 267,9 mm (con peana)

peso

32,5 kg (con peana)

precio

3.516 euros

TV Neo QLED 163 cm (65") Samsung TQ65QN900C Quantum Matrix Technology Pro 8K Inteligencia Artificial Smart TV

El minimalismo bien entendido funciona

El diseño de este televisor es esencialmente idéntico al de los modelos Neo QLED 8K insignia de los últimos dos años. Aun así, esta herencia en mi opinión no representa ningún problema. Todo lo contrario. Samsung eliminó casi completamente los marcos superior y laterales de sus modelos prémium hace tres generaciones, y a mí me funciona debido a que la casi total ausencia de marcos entrega a las imágenes todo el protagonismo.

El minimalismo bien entendido de este televisor apuesta incluso por desterrar el logotipo de la marca a un lugar en el que prácticamente pasa inadvertido

Además, evita que se produzcan reflejos molestos sobre la superficie de aluminio o policarbonato que suelen utilizar los fabricantes para mecanizar y poner a punto los marcos. El minimalismo bien entendido de este televisor apuesta incluso por desterrar el logotipo de la marca a un lugar en el que prácticamente pasa inadvertido, aunque Samsung no es el único fabricante que ha adoptado esta estrategia. Ahí va un pequeño espóiler: el modelo QN900D que llegará próximamente a las tiendas sí introducirá algunos cambios estéticos.

La peana central de este televisor es muy sólida. No es exageradamente voluminosa, pero sus casi 8 kg de peso garantizan que el panel permanecerá estable incluso si por accidente le damos un empujón relativamente violento. Además, es completamente metálica y está impecablemente mecanizada, que es lo que cabe esperar en un televisor prémium que no resulta en absoluto económico (aunque hay ofertas puntuales que lo dejan a un precio muy razonable). Por otro lado, instalarla es sencillo y solo requiere que le dediquemos unos minutos. Y se agradece.

En la siguiente fotografía de detalle podemos ver que el panel posterior del televisor es casi completamente diáfano. Solo los ocho transductores alojados en la parte inferior y a ambos lados de la peana rompen la uniformidad de la cobertura posterior de la matriz, que, eso sí, es de policarbonato y es bastante fina.

Probablemente los ingenieros de Samsung se han decantado por una lámina fina para que el televisor sea lo más estilizado posible, pero, en mi opinión, cuando lo sacas del embalaje y lo estás manipulando para instalar la peana esta cobertura posterior transmite cierta fragilidad. Honestamente, preferiría que este televisor fuese un poco más grueso si de esta forma al instalarlo tuviese la sensación de que es más robusto, pero es evidente que se trata solo de una apreciación personal.

El módulo Slim One Connect sigue siendo irresistible (y completísimo)

El sistema operativo que actúa como intermediario entre nosotros y el hardware de este televisor es, una vez más, Tizen. Desde un punto de vista estético me gusta bastante, aunque creo que Samsung ha adoptado durante los últimos años una postura excesivamente conservadora en lo que se refiere al diseño de la interfaz. En mi opinión un lavado de cara podría sentarle de maravilla, aunque lo cierto es que no me disgusta en absoluto el diseño actual. Es claro y nos permite encontrar la app o el menú que buscamos con bastante inmediatez, así que no tengo nada importante que objetar.

Samsung ha adoptado una postura excesivamente conservadora en lo que se refiere al diseño de la interfaz. Un lavado de cara podría sentarle de maravilla

Por otro lado, el procesador de este televisor consigue mover la interfaz de Tizen con agilidad y una latencia comedida. Aun así, en este ámbito no es el televisor más rápido que he analizado. Si tuviese que apostar defendería que la última generación de televisores prémium equipados con Google TV, como, por ejemplo, el fabuloso A95L de Sony con panel QD-OLED de Samsung, es un poco más rápida. En cualquier caso, una vez más no tengo ninguna pega relevante que penalice la agilidad con la que este televisor nos permite desplazarnos a través de la interfaz. En mi opinión nos ofrece una experiencia a la altura de la que podemos exigir a un modelo prémium.

Honestamente, el mando a distancia que nos entrega Samsung junto a este televisor me parece una joyita de la ingeniería. Es posible que haya usuarios que critiquen su minimalismo extremo, y me parece algo muy razonable. Sin embargo, yo valoro muy positivamente que prescinda de las pilas y nos permita cargarlo empleando luz solar o artificial, así como recogiendo una parte de la energía que transportan las ondas de radiofrecuencia presentes en el ambiente, como, por ejemplo, las que emite nuestro router. Un apunte más: también podemos cargarlo a través del puerto USB-C que integra.

El módulo Slim One Connect que nos entrega Samsung junto a este televisor es compacto, aunque, eso sí, aglutina una dotación de conexiones muy completa. Una buena noticia: una vez más las cuatro entradas HDMI implementan la norma 2.1 completa, algo que a estas alturas me parece imprescindible en un televisor prémium como este.

Samsung también ha resuelto muy bien la conectividad inalámbrica al dotarlo de Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.2, aunque es algo que también nos propuso el modelo del año pasado. Por último, al igual que las últimas revisiones de este módulo, podemos instalarlo directamente sobre la peana del televisor o en el mueble en el que lo hemos colocado a una distancia máxima de 240 cm.

Su calidad de imagen es soberbia. En todos los frentes y con todo tipo de contenido

Para poner a prueba su calidad de imagen recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar 'El hombre del norte', 'Tenet', 'El renacido', 'La llegada', 'Interstellar', 'Blade Runner 2049' o 'Spider-Man: Lejos de casa', entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien, como de costumbre.

En la siguiente fotografía tomada con un microscopio digital podemos ver la distribución de los subpíxeles RGB de la matriz inorgánica

La siguiente fotografía del panel la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos ver la distribución de los subpíxeles RGB de la matriz inorgánica. La responsable de que los subpíxeles no se vean más nítidos es la lámina que recubre el panel LCD VA con el propósito de incrementar la dispersión de la luz como estrategia para mejorar los ángulos de visión.

Samsung ha refinado esta cobertura año tras año, y sí, la actual evita con eficacia que se degrade el color cuando miramos el televisor desde un ángulo muy escorado. Los paneles IPS tradicionalmente nos han entregado unos ángulos de visión más amplios que las matrices VA, pero gracias a tecnologías como esta la ventaja de los primeros se ha esfumado.

Si nos ceñimos a la reproducción del color este televisor está un paso por encima del modelo equiparable de 2022, el Neo QLED QN900B. A estas alturas resulta sorprendente que los ingenieros de Samsung aún consigan refinar las nanopartículas que emplean para restituir el color en sus televisores Neo QLED y OLED más avanzados.

No obstante, el mérito no recae únicamente en el panel LCD VA y los nanocristales; el procesado de la imagen también aporta su granito de arena para conseguir que los colores sean vívidos y fidedignos sin verse empañados por el ruido de alta frecuencia cuando la calidad de la señal de vídeo entrante no es óptima. La siguiente fotografía habla alto y claro.

Este televisor está mejor calibrado que su predecesor. Y, además, su procesado de la imagen está mejor resuelto. Este paso hacia delante se aprecia con claridad cuando le entregamos imágenes de cierta calidad dotadas de una gran profundidad.

Y, por supuesto, también cuando el televisor se ve obligado a escalar una señal de vídeo 1080p o de calidad inferior. En este escenario de uso la inteligencia artificial utilizada por este modelo da la talla a pesar de tener que vérselas con un escalado extraordinariamente agresivo para poder "rellenar" todos y cada uno de los píxeles de su matriz 8K.

Como podemos ver en la siguiente fotografía, la matriz de diodos mini-LED entrega la luz al panel LCD VA con una homogeneidad prácticamente perfecta. La fotografía insinúa que hay una ligerísima pérdida de luz en las esquinas de la matriz, pero en vivo esta diferencia es inapreciable. De hecho, una vez más, en este terreno este televisor supera a su predecesor, que ya tenía una homogeneidad casi impecable.

Cuando le entregamos una señal de vídeo de calidad, como, por ejemplo, la procedente del Blu-ray 4K de 'El hombre del norte', este televisor se luce. Afronta el escalado a 8K recuperando un nivel de detalle sorprendente, y, a la par, mantiene el ruido bajo control. Además, si la calibración está a la altura reproduce el color de forma fidedigna (merece la pena dedicar algo de esfuerzo a los ajustes de la imagen, e, incluso, calibrarlo con una sonda).

La mala noticia es la de siempre con Samsung: no procesa contenidos Dolby Vision, aunque sí HDR10+, HDR10 y HLG. Es una lástima. Un televisor prémium como este debería entregarnos una compatibilidad total con los contenidos de alto rango dinámico.

Uno de los puntos fuertes más evidentes de este televisor es su capacidad máxima de entrega de brillo. Y es que es capaz de superar ligeramente los 1.500 nits en una ventana que ocupa el 10% de la superficie del panel al habilitar el modo HDR. Eso sí, tiene un limitador automático de la entrega del brillo (ABL) algo agresivo que puede aparecer en los fotogramas que contienen varias regiones del panel muy iluminadas.

Por otro lado, este televisor no es inmune al blooming (es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de un halo que rodea las zonas más iluminadas de cada fotograma). Ningún modelo LCD lo es en circunstancias comprometidas. Aun así, lo mantiene bajo control incluso cuando lo ponemos a prueba con "mala leche". De una cosa no cabe duda: maneja el blooming mejor que su predecesor.

En la siguiente fotografía podemos ver lo bien que maneja los destellos de gran intensidad la cobertura antirreflejos de este televisor, confinándolos a una región muy limitada de la matriz para que no degraden la calidad de imagen. En este terreno este Neo QLED QN900C 8K se mide de tú a tú con el A95L MASTER Series de Sony, que también tiene una cobertura antirreflejos sobresaliente.

En las especificaciones de este televisor Samsung refleja un consumo máximo de 370 vatios, y esta cifra encaja como un guante con el consumo que he medido durante mis pruebas. De hecho, he identificado picos frecuentes ligeramente superiores a los 365 vatios, que, eso sí, no desvirtúan el consumo típico que nos promete el fabricante (112 vatios).

Este es uno de los mejores televisores para juegos que podemos comprar

Para evaluar el rendimiento de este televisor con videojuegos recurrí a nuestra adorada consola Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’.

La calidad de imagen global que nos entrega este televisor con videojuegos es fabulosa. Todas las virtudes de las que hemos hablado en la sección en la que hemos analizado su calidad de imagen con contenido cinematográfico están presentes también en este escenario de uso. Y, además, su panel LCD VA es de naturaleza inorgánica, por lo que es esencialmente inmune a la retención de imágenes.

Por otro lado, el procesador de imagen resuelve el escalado a 8K con una suficiencia sorprendente. Lo hace bien con contenido cinematográfico, y con videojuegos lo hace aún mejor. Además, durante mis pruebas he medido una latencia de entrada de unos 6 ms tanto a 1080p como a 2160p y 120 Hz. Es una auténtica pasada.

De hecho, es la latencia más baja que he medido hasta ahora. Y su tiempo de respuesta roza los 7 u 8 ms. Son unas cifras excelentes. De propina algo que merece la pena que no pasemos por alto: este televisor puede lidiar con señales de vídeo 1080p y 2160p de 144 Hz, una prestación que puede resultar interesante para aquellos usuarios que suelen jugar con un PC.

Su sonido está (casi) a la altura de su soberbia calidad de imagen

El hardware que se responsabiliza de la reproducción del audio en este televisor es esencialmente el mismo que nos propuso su predecesor. En la sección inferior del panel trasero residen ocho altavoces, cuatro a cada lado de la peana, que se responsabilizan de la reproducción de las frecuencias medias y el extremo grave. Estos transductores trabajan en tándem con varios altavoces colocados en los márgenes del panel que se encargan de reproducir los medios y, sobre todo, los agudos. Y, por último, de excitarlos se encargan varios amplificadores en clase D que tienen una capacidad de entrega de potencia total de 90 vatios.

La combinación del hardware de audio y el procesado de este televisor le permite trabajar con 6.2.4 canales, y es compatible con contenidos Dolby Atmos, Dolby Digital Plus y Dolby 5.1, pero no procesa sonido DTS. Más allá de los datos en los que acabamos de indagar lo interesante es que su calidad de sonido es muy alta. En mi opinión su mayor cualidad es la habilidad con la que recrea una escena sonora amplia, pero también destaca por entregarnos un extremo grave con una pegada notable. Además, si no se nos va la mano con el volumen y no excedemos el 80% del nivel máximo la distorsión es moderada.

La barra de sonido Soundbar HW-Q990C es la más sofisticada que tiene en catálogo Samsung ahora mismo. La hemos probado y nos parece una muy buena opción para mejorar las prestaciones sonoras del televisor Neo QLED QN900C.

Samsung Neo QLED QN900C 8K: la opinión y nota de Xataka

Este televisor es un auténtico todoterreno. De hecho, en mi opinión esta es su mayor virtud. Su calidad de imagen global con contenido cinematográfico y videojuegos es sobresaliente gracias en gran medida al buen trabajo que llevan a cabo los algoritmos de procesado de la imagen y los que se responsabilizan de la administración del sistema de atenuación local de la retroiluminación. Además, de propina, su alta capacidad de entrega de brillo le permite rendir estupendamente en espacios muy iluminados, un entorno de uso en el que la mayor parte de los televisores OLED tiene problemas.

Su alta capacidad de entrega de brillo le permite rendir estupendamente en espacios muy iluminados, un entorno de uso en el que la mayor parte de los televisores OLED tiene problemas

También puntúan a su favor sus cuatro entradas HDMI que implementan la norma 2.1 completa, su bajísima latencia de entrada (6 ms) y su cuidado sonido. Pero, pese a todo esto, tiene margen para mejorar. Una vez más echo de menos la compatibilidad con contenidos Dolby Vision y DTS, unas prestaciones que un televisor prémium como este debería proponernos. Además, sus ángulos de visión son mejorables y la fijación del panel trasero es un poco endeble, algo que no debería suceder en un televisor con la vocación de producto prémium que tiene este Neo QLED QN900C. Esperemos que Samsung anote estas críticas y resuelva estas carencias en el futuro.

9,6

Diseño 9,75
Calidad de imagen 9,5
Sonido 9,5
Interfaz y software 9,5

A favor

  • Su calidad de imagen global es sobresaliente
  • Los algoritmos de administración del sistema de atenuación de la retroiluminación son de auténtica referencia
  • Su nivel de entrega de brillo le permite rendir bien en espacios muy iluminados
  • Implementa la norma 2.1 completa en las cuatro entradas HDMI
  • Su latencia de entrada con videojuegos es de tan solo 6 ms
  • Su sonido está a la altura del que podemos exigir a un televisor prémium

En contra

  • No procesa contenidos Dolby Vision
  • No procesa sonido DTS
  • Sus ángulos de visión son mejorables
  • La fijación del panel trasero no está todo lo cuidada que debería estar en un televisor de su precio


TV Neo QLED 163 cm (65") Samsung TQ65QN900C Quantum Matrix Technology Pro 8K Inteligencia Artificial Smart TV

Este televisor ha sido cedido para este análisis por Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.

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