Acabar con las "golden visa" está muy bien, pero su impacto en la vivienda era limitado: se concedían unos cientos al año

  • Sánchez: "Vamos a garantizar que la vivienda sea un derecho y no un mero negocio especulativo"

  • Se lanzaron en 2013 con un objetivo claro: atraer la inversión inmobiliaria extranjera en plena crisis

España ha decidido cortar el grifo de las golden visa, los polémicos visados lanzados hace ya una década en un intento por regar el sector del ladrillo con inversión de fuera de la UE. La medida la ha anunciado hoy el presidente Pedro Sánchez, quien la plantea como un paso para "garantizar que la vivienda sea un derecho y no un mero negocio especulativo". La gran pregunta que deja botando la propuesta, que pasará ya mañana por el Consejo de Ministros, es… ¿Servirá el fin de estos "visados dorados" para facilitar el acceso a la vivienda y evitar que millones de familias destinen más del 40% de su sueldo a pagar su piso?

Por lo pronto hay voces que ya cuestionan que sus efectos se dejen sentir fuera del mercado residencial. Al menos de las ciudades con más inversión extranjera.

Visas para inversores. Las golden visa no son ni más ni menos que lo que sugiere su nombre: visados de residencia "de oro", pensados para captar fondos de ciudadanos extracomunitarios. Se lanzaron en 2013, con Mariano Rajoy (PP) en la Moncloa y en plena recesión económica, con el sector del ladrillo en horas bajas.

El objetivo era muy sencillo: que la perspectiva de invertir en España resultase todavía más atractiva para los inversores acaudalados llegados de fuera de la UE. Si compraban e invertían en empresas, deuda, fondos o inmuebles españoles por encima de ciertas cantidades —entre dos millones y 500.000 euros— recibían un visado espacial que podía alargarse luego con un permiso de residencia.

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Más de medio millón de euros. Ese es la inversión mínima que contempla la ley que regula las golden visa, la 14/2013 del 27 de septiembre, cuando se trata del sector inmobiliario. La norma aclara que pueden solicitar el visado los extranjeros aquellos no residentes que quieran llegar a España para realizar inversiones que, en el caso del mercado inmobiliario, deben superar los 500.000 euros.

Si de lo que se habla es de adquisición de deuda pública el mínimo es de dos millones. Y cuando se trata de acciones, participaciones, fondos de inversión o depósitos bancarios la cuantía de partida ronda el millón de euros.

"No es un negocio". Hoy el contexto poco tiene que ver con el de 2013 y el Gobierno, ahora encabezado por el PSOE, ha decidido acabar con las golden visa bajo la consigna de que "la vivienda es un derecho constitucional y no un negocio especulativo". "Vamos a tomar las medidas necesarias para garantizar que sea un derecho y no un mero negocio especulativo", recalcaba esta mañana Sánchez antes de insistir en que los efectos de esta clase de visados diseñados para inversores extranjeros se dejan sentir sobre todo en el mercado residencial urbano.

"Hoy 94 de cada 100 visados de este tipo están vinculados a la inversión inmobiliaria y se concentran lógicamente en ciudades tan importantes como Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, las Baleares y la ciudad de Valencia. Es decir, precisamente los territorios, las ciudades, que se están enfrentando a un mercado de vivienda altamente tensionado y donde es casi imposible encontrar vivienda digna para quienes ya viven y trabajan en ellos y pagan sus impuestos", razonó.

Pero… ¿Cuántas se conceden? El dato varía de una fuente a otra, pero no suele pasar del millar anual. En 2023 Transparency International España publicó un informe en el que, citando datos del Ministerio de Asuntos Exteriores, habla de la concesión de 6.200 visados a inversores en cuestión de diez años. De ellos, cerca del 96,2% se otorgaron por la adquisición de bienes inmuebles, lo que se traduce en 5.963, o 600 cada año. El dato coincide con el facilitado a El Economista por el departamento de José Manuel Albares, que muestra que entre enero y septiembre de 2023 el Ejecutivo concedió 589 visados por compra de inmuebles.

El País habla de que entre 2013 y 2022 el Ejecutivo repartió casi 11.500 visados dorados, documentos que se entregaron por compra de acciones, participaciones, depósitos… De ellos cerca del 94%, unos 10.800, se corresponderían directamente con la adquisición de viviendas u otras operaciones inmobiliarias, lo que arroja un balance de entre un millar y 1.100 cada año. Las cifras pueden variar mucho sin embargo de un año a otro: los registros del Gobierno mostrarían por ejemplo que mientras en 2021 se otorgaron 880, al año siguiente apenas llegaron a 451.

¿Se dejará sentir la medida? Al anunciar la medida esta mañana, Pedro Sánchez insistió en que el objetivo es facilitar el acceso a la vivienda, pero la gran pregunta es… ¿Solucionará el problema el fin de las golden visa? ¿Repercutirá de forma perceptible en el sector inmobiliario? Hay expertos que lo cuestionan, como María Matos, directora de estudios de Fotocasa. "Es un porcentaje muy reducido que no tendría un impacto retirar estas Golden visa en el mercado de la compraventa residencial común", reflexiona en declaraciones a RTVE.

"Tenemos que tener en cuenta que es una restricción solo para aquellos extranjeros que compren un inmueble por encima de 500.000 euros. Estaríamos por lo tanto hablando del mercado del lujo, no del residencial, en el que el precio medio de una vivienda está alrededor de los 180.000 o 200.000 euros. Por lo tanto es un mercado que no impactaría en bajar el precio de la vivienda", apunta Matos, quien reconoce que si bien hay ciudades con un peso muy elevado de la inversión extranjera, como Canarias, Baleares o Alicante, en otras su huella es mínima. A nivel nacional asegura que la inversión foránea representa "solo el 15%", pero advierte que puede penalizar la construcción de vivienda nueva.

Lo que dicen los datos. No son los únicos datos sobre la mesa. El Colegio de Registradores de 2022 dejan otras lecturas igual de interesantes: un aumento de operaciones de compraventas protagonizadas por extranjeros y, en concreto, de aquellas cerradas por foráneos por cantidades superiores a los 500.000 euros, lo que les da acceso a la golden visa. Si bien se detecta un incremento, su huella es relativamente reducida: de las 88.000 operaciones formalizadas por extranjeros, 8.975 superaban esa barrera del medio millón de euros y de ellas 3.800 estaban protagonizadas por inversores no comunitarios que podían optar al visado.

Ni nueva, ni única. Si bien Sánchez ha anunciado hoy que el Gobierno quiere acabar con las golden visa, la noticia no es del todo nueva. Hace bastante tiempo ya que estos visados están en el punto de mira del Ejecutivo. España tampoco es la única en plantearse su fin. Antes lo ha hecho Portugal y la propia UE ha llegado a examinar este tipo de permisos de residencia con una atención especial.

Imagen | Jonny James (Unsplash)

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