China afronta una crisis mucho más grave que la económica: la demográfica

Magras perspectivas para el futuro demográfico de China. El último informe elaborado por el instituto oficial de estadística chino ha colocad una inquietante cifra a la prolongada decadencia poblacional del país: 15 millones. Es el (escaso) número de nacimientos registrados durante 2018. Son cifras mínimas históricas que contrastan gravemente con lo gigantesco de su población (por encima de 1.400 millones).

El contraste. La última ocasión en la que China registró tan pocos nacimientos a lo largo de un año fue en 1961, con algo más de 12 millones. Dos datos para contextualizar la cifra: el país apenas contaba con 600 millones de habitantes por aquel entonces; y sufría las calamitosas consecuencias del Gran Salto Adelante, saldado con una crisis económica terrorífica y alrededor de 30 millones de muertos.

Las causas. La decadencia demográfica china se ha gestado a lo largo de varias décadas. En 1979 las autoridades comunistas implantaron la célebre política de "hijo único", destinada a contemporizar el crecimiento poblacional en una época de aún escaso rendimiento económico. Pese a que no afectó a la totalidad de la población, provocó que (como se esperaba) la natalidad se desplomara paulatinamente.

¿A qué precio? Al actual: a los proyectos de ingeniería social hay que sumar hoy una transición demográfica similar a la experimentada por los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial. Más poder adquisitivo y mejor nivel de vida está asociado a menos nacimientos. China ya ha caído en tasas de natalidad (1,66) no muy distintas a las de Reino Unido o Suecia. Su población se ha envejecido de forma sustancial.

El futuro. Y lo seguirá haciendo. No llegará a los extremos apocalípticos de Japón o Corea del Sur, pero se espera que, en un periodo de no más de una década, China mengue. A finales de siglo podría contar sólo con alrededor de 1.000 millones de habitantes (superada por la India y seguida ya de cerca por Nigeria, campeona demográfica del siglo XXI). Es un drama afrontado por casi todas las naciones desarrolladas.

La economía. ¿Y por qué es relevante? Simple: porque el estancamiento demográfico es un factor de riesgo para una economía a las puertas de la crisis. China podría caer por debajo del 6% del crecimiento del PIB, algo inédito en las últimas cuatro décadas. En plena batalla comercial con Estados Unidos, y ante proyectos a gran escala que asienten una aún incierta preeminencia económica global de China, crecer poco es un problema.

Imagen: Beryl_snw/Flickr

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