La madurez de la industria del smartphone se le atraganta a Apple

La noticia cayó como una bomba: por primera vez en casi dos décadas, Apple revisó sus estimaciones a la baja para la próxima presentación de resultados financieros. Una bajada de las expectativas de entre 5.000 y 9.000 millones de dólares para el último trimestre de 2018 motivada, en gran medida, por unas ventas del iPhone menores de las esperadas.

Este movimiento en forma de carta de Tim Cook a los inversores no se daba desde junio de 2002, cuando Apple hizo lo propio con una misiva de Steve Jobs en la que explicaba que las débiles ventas de Europa y Japón, especialmente en los mercados creativos y publicitarios, obligaban a la empresa a rehacer sus previsiones.

China y algo más

Esta es, se mire como se mire, una mala noticia para Apple, muy acostumbrada a laureles y oropel en los últimos años y poco habituada a tener que agachar la cabeza ante sus inversores. Tim Cook ha explicado que el principal motivo está en China. Y tiene todo el sentido del mundo.

No hay mucha más gente en el mundo como para seguir aumentando las ventas de iPhone a estos precios; si ocurre como en China, las cuentan se resienten

Como explicamos hace unos meses, el iPhone ha llegado a su techo de ventas. Por motivos demográficos y económicos, parece complicado superar la marca de 220-230 millones de iPhone vendidos al año. Si un iPhone es especialmente exitoso, como lo fue el 6, puede ir algo más allá, pero no mucho más. Al menos manteniendo los esquemas de precios actuales.

Norteamérica, América Latina, Europa, África... son regiones donde el crecimiento se detuvo. O se estabilizó. El verbo que ustedes prefieran. China era la única región en la que había margen de crecimiento, y además es una región de casi 1.500 millones de habitantes. Lo que ha ocurrido es la mala noticia para Apple. De la carta de Cook:

"Si bien anticipamos algunos retos en mercados emergentes clave, no previmos la magnitud de la desaceleración económica, particularmente en China. De hecho, la mayor parte de nuestro déficit de ingresos, y más del 100% de nuestra disminución de ingresos interanual global, se produjo en China para los iPhone, Mac y iPad.

La economía china empezó a desacelerarse en la segunda mitad de 2018. El crecimiento del PIB registrado durante el trimestre de septiembre fue el segundo más bajo en los últimos veinticinco años".

El resumen es simple: los iPhone llegaron a su techo de ventas, su única vía de crecimiento era China, la economía china se está desacelerando, por tanto se venden menos iPhone allí, esa bajada de ventas es lo suficientemente sensible como para que se note en los resultados trimestrales. Y recordemos: el iPhone sigue siendo más del 60% de Apple.

Hay más factores. Cook también señaló los "desafíos macroeconómicos" de algunas regiones, la fortaleza actual del dólar (que se traduce en precios internacionales algo mayores), la reducción de subvenciones de operadores en algunos mercados y el efecto del programa de reemplazo de baterías por 29 dólares en lugar de los 79 habituales.

India -que no aparece mencionada de forma concreta por Cook- es la otra gran región en auge. Sin embargo, su realidad no tiene mucho que ver con la de China: demanda smartphones muy baratos y la etiqueta "premium" está fijada en opciones de precio mucho menor al de los iPhone. Incluso al del iPhone XR. India no es país amigo para Apple.

Y algo adicional

Cook, sin embargo, no habla de que los precios de los modelos superiores de iPhone han crecido entre un 60% y un 93% en diez años, contando con la inflación. Ni tampoco de cómo la estructura de precios ha cambiado: hasta ahora existían modelos "base" de iPhone, con una versión superior por arriba y en alguna ocasión con otra inferior por debajo (5c, 5, 5s / 6, 6 Plus / SE, 7, 7 Plus), que tenían precios estables durante toda la década. Desde 2018, esa línea la continúa el XR, no el Xs como sería la evolución natural. Ese, y ya no hablemos del Xs Max, quedan muy por arriba en precios.

Si a esta escalada de precios sumamos una competencia que aprieta más que nunca, también en precio, y al hecho de que con el mercado maduro -casi 12 años han pasado desde que se presentó el primer iPhone- el consumidor tarda más en renovar su smartphone, tenemos un techo de ventas que sufre en cuanto llegan turbulencias.

La madurez de una industria también implica la madurez del consumidor, que posiblemente no necesite cambiar su iPhone cada uno o dos años como antaño

Los caminos para sortear este escenario pueden ser varios, aunque por supuesto no seamos quién para adivinar cuál funcionará y cuál no. Sí parece razonable reestudiar si la escalada de precios es sostenible a largo plazo. No hace mucho Apple vendía al mismo precio que el resto, solo que no lo bajaba en todo el año mientras que el resto de fabricantes lo rebajaban un 30% en tres meses.

También parece razonable añadir más motivos de peso para reemplazar el iPhone con más frecuencia. Los smartphones se han hecho populares en la medida en que han canibalizado funciones de otros dispositivos: ya son nuestra cámara de fotos, MP3, cámara de vídeo, agenda, calendario, linterna, GPS, consola portátil, reproductor multimedia, etc.

Windows 10 Continuum con un Lumia 950 XL (2016).

En muchos sentidos se han comido al PC, que ya no lo requerimos tanto -y de hecho lo actualizamos menos que antes-. Un siguiente paso podría ser el de integrar la convergencia, como hizo el malogrado Windows 10 Mobile con Continuum y como intentan últimamente Samsung y Huawei con más ruido que nueces. Claro que Apple también vende Mac y iPad Pro, y habría que preguntarse hasta qué punto sería este un negocio viable para sus cuentas.

El usuario entusiasta de la tecnología sí puede ver motivos de peso para renovar el iPhone cada año o cada dos años, pero el usuario estándar quizás lo tiene más difícil para justificar renovar su iPhone de 2014 o 2015, sobre todo si le funciona razonablemente bien y si además Apple le ha cambiado la batería por solo 29 dólares. Y por tanto, ha alargado su vida útil.

Mientras tanto, la sensación de que si no fuese por el iPhone XR, este inicio de año hubiese sido aún peor para Apple, que se ha dejado un 36% en bolsa desde que llegó a máximos este verano.

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