NPCs tan realistas que sean indistinguibles de un humano. Ya están aquí gracias a la inteligencia artificial

Los diseñadores de videojuegos se enfrentan a su particular revolución. Una en la que la inteligencia artificial se convertirá en una poderosa herramienta con la que lograr crear mundos virtuales, personajes y tramas con mucha mayor facilidad. Estamos empezando a vislumbrar lo que se nos viene encima.

IA, quiero un bosque nevado para mi videojuego. Herramietnas como ChatGPT o DALL-E llevan tiempo mostrando todo lo que pueden hacer estos modelos de IA generativa, pero ahora hay desarrollos aún más ambiciosos en el nicho de los videojuegos. Por ejemplo, la tecnología de Opus.ai, que logra crear mundos virtuales a partir de unas sencillas instrucciones que vamos escribiendo.

Escenarios infinitos y dinámicos. Como explican los responsables de esta startup, la inteligencia artificial que utilizan permite crear mundos dinámicos e infinitos. La tecnología de texto a vídeo a través de IA permite que a través de un proceso de producción computacional se puedan crear escenarios, pero también otros elementos del videojuego como personajes, diálogos o efectos visuales.

Estos NPCs parecen humanos. Esta tecnología es como comentábamos aplicable a otro elemento importante en muchos videojuegos: los NPC (Non Playable Character), esos personajes que en muchos casos estaban casi de relleno y para dar ambientación, pero que ahora pueden tener cometidos mucho más potentes. Hace años que se está trabajando en cómo integrar la capacidad conversacional de GPT-3 con voces sintetizadas como las de Replica Studios.

Enemigos más listos. No solo se trata de que un NPC pueda darte conversación -y que esta no acabe siendo repetitiva y aburrida-, sino que aquellos NPCs que son enemigos en el juego nos lo pongan difícil. La inteligencia artificial ya era capaz de "hacer trampas" para ganar en los videojuegos, pero Sony lleva por ejemplo tiempo desarrollando una IA para que los enemigos de sus videojuegos sean especialmente difíciles de superar.

El experimento de Stanford. Investigadores de la prestigiosa Universidad de Stanford crearon en colaboración con Google un pequeño simulador en el que sus 25 personajes estaban cobernados por ChatGPT. La simulación, que duró dos días, demostró -se puede ver en acción aquí- cómo estos bots creados por IA eran capaces de interaccionar entre ellos de una forma humana: planificaron una fiesta, coordinaron el evento y asistieron a él dentro de la simulación.

¿Indistinguibles de los humanos? En ese experimento surgieron errores en el experimento: varios bots entraron en el baño a pesar de que solo cabía uno, por ejemplo. Aún así el experimento fue revelador, y permite imaginar un futuro no muy lejano en el que los NPCs de un videojuego interactúen como los seres humanos aunque no estemos cerca de ellos o no interactuemos con ellos directamente. El único problema: el coste. Los investigadores indicaron que simular esos dos días costó miles de dólares por el uso intensivo de tokens en ChatGPT.

Hablemos de NeRF. No hablamos de esas Nerft, ojo. Hablamos de los llamados NeRf (Neural Radiance Field). Se trata de redes neuronales totalmente conectadas que pueden generar espectaculares formas de disfrutar de escenarios 3D. ¿Lo mejor de todo? Que para generar esos escenarios 3D tan solo se necesitan unas pocas imágenes 2D.

Dale voz a tus personajes. Esos NPC de los que hablábamos también se pueden beneficiar de tecnologías como la API Whisper de OpenAI que permite transcribir voz a texto y que hace posible que esas conversaciones con esos personajes, sean importantes o no en el desarrollo de la historia, puedan ser mucho más versátiles, convincentes y realistas.

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