iPhone X: esto es todo en lo que innovó (y en lo que no) y cómo ha respondido la competencia

Parece que hace toda una vida que Apple presentó el iPhone X. Este smartphone, todo un homenaje a una familia que ha consolidado a Apple como imperio tecnológico, ya lleva cerca de nueve meses con nosotros, y en este tiempo hemos vuelto a comprobar cómo todo lo que hace Apple provoca diversos efectos colaterales entre el resto de fabricantes de smartphones.

La industria de la movilidad ha madurado y cada vez es más difícil innovar, pero ciertamente el iPhone X puede presumir de haber creado tendencia en algunos apartados. En otros, eso sí, sigue habiendo margen de mejora para un dispositivo que rompe con todo lo anterior pero que aún así está lejos de la perfección.

Luces y sombras del iPhone X

Cuando Tim Cook y su equipo presentaron el iPhone X destacaron algunas de las grandes novedades de un terminal que ciertamente daba un salto importante en algunos apartados respecto a sus predecesores.

Esas innovaciones y aspectos diferenciales son los que mayor impacto han causado en una industria que le ha seguido la estela a Apple como en tantas otras ocasiones. De hecho en algunas características nos hemos encontrado con esa filosofía tradicional de Apple de no crear nada necesariamente nuevo, sino de utilizar lo que ya había adaptándolo, sobre todo mejorándolo.

En otros aspectos, no obstante, esa innovación no es tan destacable, y uno podría achacarle a Apple que llega tarde (y mal, en según qué casos) a características que sus competidores llevan aprovechando y utilizando desde hace años.

Al final todos copian de todos, pero veamos cuáles son los puntos más destacables de los iPhone X tras todos estos meses y cuáles aquellos que dan pie a potenciales mejoras de futuro.

El iPhone X innovó en...

Empezaremos por las características que han hecho que el iPhone X se haya convertido en un producto realmente diferencial no solo con respecto a sus predecesores (y a los iPhone 8/Plus que han resultado ser un éxito), sino con respecto también a sus competidores, muchos de los cuales han acabado copiando "adaptando" algunas de esas características.

Estos son esos grandes apartados en los que el smartphone de Apple ha dado el campanazo en mayor o menor medida:

Notch

Es sin duda alguna el elemento de diseño del que más se ha hablado en el ámbito tecnológico en los últimos tiempos. En el caso del iPhone X había razones claras para adoptar ese diseño, pero la mayoría de fabricantes de dispositivos Android han copiado esa característica por las razones equivocadas.

Ese concepto de diseño no es del todo nuevo —el Essential PH-1 ya tenía una pequeña muesca para la cámara frontal— pero ha marcado tanto el diseño del smartphone de Apple que la gran mayoría de fabricantes de smartphones basados en Android han querido adoptar esa seña de identidad que parecía clasificarlos automáticamente como los mejores de su gama.

Reconocimiento facial

Es cierto que Android 4.0 ya daba soporte a sistemas de reconocimiento facial en 2012, y que incluso fue el sistema biométrico protagonista en los Lumia 950/XL, pero está claro que Apple sí ha hecho un esfuerzo importante en mejorar los sistemas existentes con Face ID.

Sin ser perfecto, se ha convertido en una alternativa válida para un TouchID que algunos usuarios siguen echando de menos. El efecto en la industria ha sido también notable, y son ahora varios los smartphones que presumen de sistemas de reconocimiento facial aun cuando muchos no integran toda esa tecnología que Apple precisamente ha "escondido" debajo del notch.

Animojis y Memoji

Es difícil calificar a los animojis y memoji como una innovación real, pero lo cierto es que el impacto en el mercado también se ha dejado sentir, con varios fabricantes copiando este tipo de personajes animados que reconocen e imitan nuestros gestos.

La característica se nutre de la cámara frontal y los sistemas de reconocimiento facial e inteligencia artificial tanto en iOS como en Android, pero el funcionamiento de los animojis en iOS es el que sigue marcando la referencia aun cuando la competencia ha tratado de ofrecer opciones similares en sus dispositivos.

Control por gestos

Quitarse de en medio el veterano botón de inicio con Touch ID ha obligado a Apple a buscar una solución para interactuar con el dispositivo, y esa solución han sido los gestos táctiles en pantalla.

El resultado es fantástico para todos los que lo prueban, y una vez más esta innovación no es en absoluto nueva. Otros dispositivos y plataformas habían introducido en el pasado los gestos táctiles en pantalla, pero Apple ha sido la que ha apostado todo a este nuevo mecanismo de control y lo ha hecho con una gran ejecución.

La competencia ha respondido de la forma esperada: los diseños sin apenas marcos de pantalla y la progresiva desaparición de los sensores de huella dactilar en el frontal en dispositivos Android ha hecho que varios dispositivos ofrezcan sus propios mecanismos de control por gestos. Android P también ofrecerá soporte nativo para este control cuando aparezca su versión definitiva en otoño de 2018.

Adiós al botón de inicio

A Apple no le suele temblar el pulso cuando elimina características de sus equipos y productos, y ese ha sido también el caso del botón de inicio que durante años era también el lugar para situar su sensor de huella dactilar con la tecnología Touch ID.

Deshacerse de ese botón ha hecho que Face ID y los gestos sean la alternativa a lo que antes hacíamos con ese botón y Touch ID, y el resultado parece confirmar que Apple ha acertado con estas innovaciones.

Otros fabricantes parecen dirigidos a ese mismo objetivo: los diseños de pantalla casi sin marcos han relegado el sensor de huella a la parte trasera, aunque en algunos casos ya se plantea conservar el sensor de huella bajo la pantalla, como en el Vivo NEX.

Bienvenidos a los móviles de 1.000 euros

Era una tendencia que llevaba tiempo consolidándose y que ha llegado a su punto álgido con el iPhone X. Apple llevaba años subiendo gradualmente el precio de sus iPhone —que difícilmente bajan a lo largo de los meses—, con variantes que en algunos casos ya superaban los 1.000 euros al ponerse a la venta.

El iPhone X ha superado de largo esa cantidad y ya en su versión básica con 64 GB cuesta 1.149 euros (la de 256 GB sale por 1.329 euros), algo a lo que se suman costes opcionales asociados como el plan AppleCare o fundas, cables, adaptadores y otros accesorios que pueden aumentar aún más ese coste.

Esos precios no son en absoluto únicos en el mercado, y esa filosofía de Apple ha sido copiada por otros fabricantes, que en sus últimos modelos de gama alta han colocado etiquetas de precio que también rondan los 1.000 euros. Bienvenidos a la era de los móviles de gama súper alta.

Portrait Lightning y OIS dual

Las cámaras siguen siendo parte fundamental de los iPhone, y aunque en este modelo ciertamente la calidad ha quedado un escalón por debajo de su competencia directa, hay novedades en esas cámaras que desde luego llaman la atención.

La primera, el sistema Portrait Lightning que permite crear retratos con un toque artístico especialmente llamativo. Otros fabricantes han copiado la idea, aunque los efectos de profundidad de campo (bokeh) que Apple introdujo con sus iPhone 7 Plus y su modo retrato siguen siendo la característica más destacable de esas cámaras, y la que más ha afectado al segmento de la movilidad.

También ha sido interesante la llegada del sistema de estabilización óptica dual que afecta a las dos cámaras integradas en el iPhone X. Esa mejora —que algún otro competidor ya había introducido— ha demostrado ser muy importante para conseguir fotos y sobre todo vídeos de calidad y sin los molestos efectos del inevitable movimiento al sacar esas tomas.

... y el iPhone X no innovó en...

Junto a todas esas novedades y características con las que el iPhone X se estrenó en el mercado dando un puñetazo en la mesa también llegan otras que desde luego son interesantes para completar el conjunto, pero en ningún caso diferenciales.

De hecho muchas de ellas llevan tiempo integrándose en otros dispositivos de competidores con smartphones basados en Android. Veamos cuáles son las características con las que el iPhone X ha llegado tarde (y en algunos casos, mal).

Pantalla sin marcos

Sharp ya nos impresionó con su Aquos en 2014, pero realmente fue Xiaomi la que mostró al mundo el futuro de los móviles con su Mi MIX: un futuro en el que disfrutaríamos de pantallas (casi) sin marcos.

Apple se apuntó a esa tendencia con el iPhone X, pero tanto antes como sobre todo después se ha confirmado esa tendencia que ha hecho que contemos con móviles en los que el aprovechamiento del frontal es cada vez mayor. El iPhone X no fue el primero ni será el último, aunque como mencionábamos sí que ha introducido ese notch (que veremos si mantiene en futuros modelos).

Pantalla OLED

Samsung lleva desde antes incluso de la familia Galaxy S que inició su andadura en 2010 integrando pantallas AMOLED en sus dispositivos. En Apple prefirieron no adoptar la tecnología hasta que cumpliese sus requisitos, y eso ha ocurrido con el iPhone X.

Otros muchos fabricantes también llevan tiempo dando el salto a este tipo de tecnología de pantalla, algunos con más fortuna que otros. Sea como fuere, parece que las pantallas OLED están para quedarse en el iPhone, que ha llegado tarde y aparentemente sin superar en calidad de panel a la mayoría de quienes ya usaban esta tecnología.

Carga inalámbrica

La tecnología de carga inalámbrica nunca ha acabado de despegar entre los dispositivos móviles, pero aún así Apple decidió que el iPhone X era el producto que merecía por fin integrar esta opción en su catálogo.

Ese soporte viene de lejos entre sus competidores: el Nexus 4 ya ofrecía dicha opción en 2014, y los Galaxy S6 integraron ese soporte en 2015.

Desde entonces varios fabricantes han añadido esa opción, aunque el uso del metal como material típico de las carcasas ha impedido que su adopción se masifique. Ahora que el cristal lo domina todo puede que veamos un impulso importante en esta alternativa a la carga tradicional.

Cámara dual

El iPhone X es el primero de los iPhone "de pequeño formato" que integra una cámara dual, que hasta ahora solo había aparecido en los modelos más grandes y caros con la etiqueta Plus.

Esa cámara dual se ha convertido en uno de los argumentos de los fabricantes para tratar de impulsar la venta de nuevos terminales: las ventajas al integrar estos sistemas duales son evidentes sobre todo al hacer fotos en modo retrato, pero hay quien va más lejos.

El Huawei P20 Pro es el más deseado en la actualidad con su cámara triple, y puede que la batalla por el número de sensores no haya hecho más que empezar.

Resistencia al agua y polvo

El iPhone X ha continuado la tendencia de sus predecesores a la hora de integrar la resistencia al agua y al polvo como una de sus características diferenciales con respecto a la competencia.

Aquí lo cierto es que de diferencial hay poco, porque la resistencia al agua y al polvo, que efectivamente existe, no es ilimitada. Tanto Apple como el resto de fabricantes que ofrecen dicha característica —Sony y Samsung son veteranos en estas lides— hablan de ella con la boca pequeña. Pueden soportar el líquido elemento, sí, pero será mejor que no los sumerjas en la piscina o el mar o te puedes llevar un buen susto.

Cristal

Qué tiempos aquellos en los que el metal era ese material premium que todos considerábamos como la única opción válida para los dispositivos de gama alta.

Todo ha cambiado en estos últimos tiempos en los que Apple se ha apuntado al cristal —que ya utilizaron otros muchos smartphones Android en el pasado— como material estrella de sus iPhone X. Ese material, por cierto, tiene una ventaja evidente a la hora de ofrecer soporte para la carga inalámbrica, por ejemplo.

Siri

Es curioso, pero Siri fue el detonante del segmento de los asistentes de voz. El desarrollo de Apple se ha quedado desde sus comienzos algo anquilosado, y tanto Google Assistant como Alexa han ido ganando terreno en un mercado que va más allá de los smartphones.

Ese es precisamente un punto de desencanto con el iPhone X en particular pero con iOS 12 en general. La plataforma móvil de Apple crece en muchos sentidos, pero descuida un apartado que parece ser cada vez más importante de cara al futuro.

Conector Lightning

No hubo cambios tampoco en el conector propietario del iPhone X, que sigue cumpliendo su función desde que apareciera en el mercado y que no obstante también hace que las mismas trabas que impone este conector se mantengan.

La más importante, como siempre, el hecho de no seguir el que es ya el conector de facto en este segmento. Puede que la especificación USB-C no sea perfecta, pero al menos trata de unificar el ámbito de los cargadores. Aquí puede que veamos cambios en el futuro, pero uno de ellos en el sentido de no incluir ningún conector y acudir únicamente a la carga inalámbrica.

Carga rápida

Una de las novedades que nos trajo el iPhone X fue el soporte de carga rápida, pero ese soporte llegaba con cortapisas. Aunque era posible acceder a esa opción, los usuarios solo podían disfrutar de ella con un cargador y un cable especial.

En la caja del iPhone X Apple incluye el cargador de 5W que no da acceso a la carga rápida, y para poder acceder a ella un usuario tiene que desembolsar un mínimo de 88 euros extra —hay opciones si nos salimos del ecosistema Apple—, un coste añadido que supuso un jarro de agua fría sobre todo teniendo en cuenta que muchos smartphones basados en Android cuentan con esta opción de serie.

Levantar para despertar, tocar para despertar

La ausencia de TouchID también trajo novedades en la forma de despertar al iPhone. Mientras que con TouchID uno podía desbloquear el móvil de forma sencilla estuviera en la posición que estuviera, Face ID pone barreras a esa capacidad.

De hecho con el iPhone X se consolidaban dos formas alternativas de despertar al iPhone X cuando lo tenemos en espera con la pantalla no activa. Una es levantarlo y orientarlo hacia nosotros, algo que el dispositivo detectará (ya se ofrecía esa opción en los iPhone 6s) para despertarse.

La otra, nueva totalmente, es la posibilidad de despertar al dispositivo dando un toque a la pantalla para luego desbloquearlo (como en el caso de levantarlo) al mirarlo con Face ID. Ambas opciones llevan también tiempo presentes en diversos competidores.

La competencia sigue estando muy influenciada por el iPhone

Todos esos cambios, innoven y mejoren o no, acaban causando un tremendo impacto en la industria. Lo que Apple acaba integrando en un móvil como el iPhone X sigue siendo inspiración (por decirlo de alguna forma) para muchos otros fabricantes tanto en diseño como en características hardware y software.

Eso se ha notado especialmente este año en ese notch o muesca que ha sido adaptada por la inmensa mayoría de fabricantes de dispositivos Android, que han tenido el acierto en muchos casos de poder "ocultarla" desde los ajustes del sistema.

Aunque su introducción en móviles de la competencia responde más a cuestiones estéticas que funcionales, el resultado ha acabado siendo el "erosionar" un poco esa seña de identidad de los móviles estrella de Cupertino.

Menos impacto ha tenido de momento el ámbito del reconocimiento facial: algunos fabricantes de dispositivos Android han introducido soporte para sistemas con esa capacidad, aunque en su mayoría esas implementaciones son más básica.

El sensor de huella dactilar, relegado ahora a la parte trasera por el auge de las pantallas sin marcos, sigue siendo clave para la competencia. Queda por ver cómo si los sensores de huella debajo de la pantalla acaban cuajando en un mercado que parece estar en una etapa de potencial transición.

Donde sí hay movimientos interesantes es en ese control por gestos introducido en el iPhone X y que ha demostrado que puede ser una alternativa fantástica al control habitual con el botón de inicio de los iPhone o, en el caso de Android, esa combinación de tres botones clásica ya en estos móviles. Dispositivos como el OnePlus 6 nos han demostrado que ese control por gestos puede ser igualmente válido para la competencia, y el futuro soporte de Android P de esta capacidad parece confirmar la apuesta en este sentido.

Si hay un competidor que se ve influido por todo lo que hace Apple, ese es Xiaomi, que con su Mi 8 ha copiado hasta la saciedad buena parte de las decisiones tomadas en el iPhone X.

Curiosamente donde el iPhone se ha quedado algo atrás con su actual generación es con su cámara. Tradicionalmente dominadora de este apartado, ni el iPhone X ni los iPhone 8/Plus son ya los móviles más destacables en fotografía móvil. El Huawei P20 Pro, los Google Pixel 2/XL o los Galaxy S9/S9+ plantean una dura batalla aquí, e incluso el Xiaomi Mi 8 promete grandes resultados que eso sí, tendremos que valorar en Xataka.

Será interesante ver cuáles son las lecciones aprendidas por Apple tras el lanzamiento de un producto ambicioso como el iPhone X. Este año veremos si Apple mantiene el notch, pero también comprobaremos cómo afronta esa tendencia a integrar un mayor número de sensores en fotografía móvil o si da la sorpresa con la integración de un puerto USB-C o un cargador con soporte de carga rápida de serie.

Hagan lo que hagan, eso es seguro, la competencia estará observando muy de cerca esas novedades para adaptarlas y, claro está, copiarlas. Porque recordémoslo: todos copian de todos, aunque algunos lo hagan con mayor descaro que otros.

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