Antonio Banderas, "persona de color", ilustra la absurda obsesión de Estados Unidos con la raza

Un año más, la presencia de mujeres o personas de color entre los nominados a los Oscar vuelve a ser residual. La cuestión lleva siendo objeto de controversia entre los círculos culturales y periodísticos estadounidenses desde hace unos años. El carácter blanco y masculino de los premios contrasta con una sociedad mayoritariamente diversa, donde las ideas sobre "representatividad" empujan con fuerza.

¿Nadie de color en la sala, entonces? No tan rápido. Antonio Banderas está nominado.

"Persona de color". Un tuit de Deadline, una de las publicaciones más seguidas de Hollywood, abría la veda: "Sólo dos personas de color han sido nominadas en las principales categorías de interpretación, mientras que las mujeres han sido apartadas de la mejor dirección". ¿Qué dos personas? Cynthia Erivo, afroamericana nominada por Harriet... Y Antonio Banderas. Por pura eliminación.

¿Es negro? La tesis tuvo poco recorrido entre los medios estadounidenses, hasta el punto de que Deadline borró la publicación, pero saltó rápidamente a España. Titulares como "¿De verdad Hollywood cree que Antonio Banderas es negro?" o "Por qué Antonio Banderas es negro" pueblan las secciones de noticias. Lo cierto es que Deadline y Vanity Fair no sugirieron que Banderas fuera negro, sino "de color".

Acrónimo. Es un matiz importante. "People of colour" o POC es un término utilizado ampliamente en EEUU para englobar a todas aquellas personas cuyos orígenes familiares no se encuentran en Europa, la Europa blanca y cristiana que moldeó el país durante las primeras olas migratorias del siglo XIX. Es un concepto al alza dada la creciente diversidad, especialmente latina, y por tanto no blanca, del país.

¿Qué es blanco? En este peculiar ecosistema racial, más relacionado con los orígenes y los contextos culturales que con el color de la piel, los españoles se hallan en una posición incierta. ¿Blancos en tanto que europeos o latinos en tanto que hispanos? El censo actual no nos saca de dudas, dado que incluye una pregunta específica para aquellas personas de origen "hispano", "latino"... O "español".

Acto seguido, plantea otra en términos raciales, donde los encuestados pueden definirse como "blancos", "negros" o "nativos". Es decir, es posible ser "latino" y al mismo tiempo "blanco" (o "negro").

Obsesión. La polémica, ya vivida por Rosalía, revela el carácter obsesivo de los estadounidenses para con la cuestión racial. Banderas podría pasar como una "persona de color", latino, para un granjero de Arkansas bisnieto de alemanes, pero jamás para un repartidor de California hijo de inmigrantes guatemaltecos. Su posición social, y su "privilegio" racial, varía en función del público que lo interprete.

No hay blancos. La raza es ante todo una construcción social con escaso asidero genético. ¿Es blanco un kurdo, un iraní, un egipcio? Si nos fijamos en el color de su piel, sí. Aunque pocos en EEUU los considerarían como tal. Antonio Banderas, persona de color, sólo se puede comprender desde el prisma estadounidense, donde las relaciones raciales han jugado un rol determinante en la historia del país, relaciones teñidas de esclavitud, opresión y segregación.

En un contexto de verdadera infrarrepresentación de personas de color, eso sí, la polémica no ha llegado demasiado lejos.

Imagen: Francisco López Requena/AP

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