Sustitutos de la carne también para mascotas: esta comida para gatos está hecha a base de insectos

No es ningún secreto que la ganadería (y en consecuencia el consumo de carne) es uno de los sectores que más impacto tiene en el medio ambiente. Las carnes sintéticas y los insectos son las dos grandes alternativas, también para las mascotas.

La idea de consumir insectos para obtener proteínas en vez de hacerlo de las carnes no es una idea del todo nueva. De hecho lleva unos años implementándose poco a poco en occidente con la llegada de snacks de insectos y aprobaciones por parte de reguladores. Ahora bien, hay un choque cultural importante a superar, por lo que aún pueden pasar muchos años hasta que los insectos sean la base de nuestra alimentación.

No hay este choque ni repulsión por parte de las mascotas, que les importará más bien poco si el pienso que consumen está hecho a base de carne o a base de insectos. Lovebug, una empresa con sede en Reino Unido, ha visto aquí una oportunidad de negocio. Está a punto de lanzar al mercado un producto alimenticio para gatos que utiliza insectos como fuente de proteínas en lugar de ganado.

Dicen que es nutricionalmente completo y que es más sostenible de producir que las alternativa basadas en carne. Si bien al gato probablemente no le importe, quien sí que lo puede notar es su dueño. Cada bolsa de un kilogramo costará alrededor de 15 euros.

Luchando contra el cambio climático con hamburguesas fake y snacks de insectos

Uno de los principales problemas que supone el alto consumo de carne por parte de la sociedad es el enrome consumo de recursos que se necesita para producir la carne en cuestión. La energía y los recursos utilizados para producir un kilo de carne pueden utilizarse para producir decenas de kilos de alimentos basado en plantas. De ahí que se considere insostenible.

La alternativa más de moda últimamente son las carnes de laboratorio, que se basan en plantas y ofrecen una textura y sabor similar. De hecho cada vez es más común verlas en cadenas de comida rápida o supermercados. Eso sí, que sean a base de plantas no significa que sean más saludables también.

Por otro lado tenemos la cría de insectos, que no requieren tanta agua y comida como el ganado y tampoco tanto espacio. Una granja de insectos ocupa mucho menos espacio que una granja tradicional y se pueden conseguir resultados (en términos de proteína para consumir) similares. ¿El problema? El rechazo de Occidente a consumir insectos.

Vía | New Atlas

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