El Boeing 737 MAX sigue sin volar, y ahora Boeing plantea reducir o incluso suspender por completo su producción

La mayor crisis de la historia de Boeing podría alcanzar un nuevo hito muy pronto. Los accidentes fatales de dos Boeing 737 MAX en Jakarta y en Adis Abeba provocaron un verdadero caos en una empresa que se ha visto sacudida por cancelaciones de pedidos y por el hecho de que estos aviones no han vuelto a volar a pesar de las teóricas soluciones que se plantearon al problema.

Tal está siendo la pesadilla con esta aeronave que Boeing plantea hacer cambios drásticos en su futuro estratégico. Fuentes cercanas a la empresa han indicado que los máximos directivos de la empresa se reunieron para evaluar una posible reducción de la producción que de hecho podría llegar a ser total hasta que los problemas queden totalmente solucionados.

Boeing se hunde, Airbus aprovecha la situación

Los reguladores de los Estados Unidos ya avisaron a Boeing de que había creado expectativas poco realistas sobre la potencial vuelta a los cielos de estos aviones. En Europa también han puesto muchas dudas, y de hecho que la FAA valide la solución de Boeing no será suficiente: la ESA tendrá que dar también su visto bueno.

La empresa ya había puesto el freno en la producción de los 737 MAX en abril para fabricar 42 aviones al mes en lugar de los 52 que hasta entonces mantenía de ritmo mensual. Hacerlo aún más plantea un nuevo impacto económico para la empresa a todos los niveles.

Los efectos colaterales también se dejarán sentir en aerolíneas de todo el mundo, que tienen cerca de 800 Boeing 737 MAX sin poder despegar y sin planes inmediatos para que puedan hacerlo a pesar de los últimos comentarios de la empresa.

La empresa ya ha incurrido en un gasto de 3.600 millones de dólares por los costes de producción asumidos, y ha reservado 6.100 millones de dólares para compensar en el futuro a sus clientes, las aerolíneas afectadas.

Para algunos proveedores suspender totalmente la producción sería más problemático que reducirla gradualmente: hacer esto último permite volver a ir acelerando la producción más fácilmente, señalaba John Scannel, CEO de Moog Inc, empresa que se encarga de fabricar los controles de los motores del 737 MAX.

Boeing esperaba que a estas alturas el problema que dejó sus aviones en tierra estaría resuelto y se planteaba hacer crecer la producción mensual a 57 aviones, pero las circunstancias actuales han impedido cumplir con ese objetivo.

La situación está siendo aprovechada por Airbus, por supuesto: en los primeros nueve meses del año Boeing tenía una cantidad negativa de pedidos (-84, debido a las cancelaciones) frente a los 127 pedidos para Airbus, que se espera que haya entregado 880 u 890 aviones a lo largo de 2019. Las entregas de Boeing han caído un 47% en ese periodo y ha entregado 302 aeronaves cuando en todo 2018 entregó 806.

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