Apple ya triunfó con su App Store. Así que en OpenAI han lanzado la suya propia para intentar copiar ese modelo

  • El lanzamiento de la GPT Store puede marcar un punto de inflexión a la hora de impulsar aún más los asistentes de IA

  • Hay una sorpresa más: para crear estas "apps" no hay que saber programar: ChatGPT ya lo hace todo por ti

Ayer OpenAI celebró en San Francisco (EEUU) su primera conferencia para desarrolladores, llamada DevDay. El evento fue singular, porque en él los responsables de la compañía anunciaron dos grandes novedades. La primera, el nuevo GPT-4 Turbo. La segunda, aún más prometedora, una tienda de aplicaciones llamada GPT Store.

Es un nuevo e importante paso en una estrategia que nos recuerda mucho a la empresa tecnológica más importante —al menos, en valoración de mercado— en todo el mundo: Apple.

Que vivan las tiendas de aplicaciones

Cuando Apple lanzó su App Store en 2008 revolucionó el mercado, y ese modelo de distribución centralizada de software ha convertido esa plataforma en un éxito arrollador para la empresa de Cupertino.

Sam Altman, CEO de OpenAI.

Otras han intentado copiar ese mismo modelo, pero ninguna ha podido emular el hito de Apple. No lo ha hecho Microsoft —que sigue dejando que instalemos software descargado desde cualquier lado— y tampoco Google con su Play Store, que es lo más parecido a lo logrado por la empresa dirigida por Tim Cook.

Aunque nadie ha logrado lo que Apple, hay algunos ejemplo más de éxitos en este ámbito. Las tiendas de distribución de videojuegos son un buen referente, y ahí Steam y —en menor medida— Epic Games Store son sin duda exitosas, pero también lo son tiendas mucho más específicas como las creadas por Shopify o la AppExchange de Salesforce para herramientas empresariales.

El concepto lleva por tanto demostrando su validez desde hace años, y ahora es OpenAI la quiere aprovecharlo para aumentar su dominio en un segmento que promete revolucionar nuestro mundo.

En marzo de 2023 presentaban sus plugins, pero con la GPT Store van más allá y plantean un escenario en el que cualquiera podrá crearse un GPT personalizado. Entre los ejemplos mostraban estaba el del asistente de escritura creativa —mándale un texto y te corregirá y sugerirá mejoras— uno que te enseñe a negociar, otro que te ayude a cocinar o un profesor virtual de mates que te evite (quizás) contratar a un profesor particular para tus niños.

La revolución está en crear apps (también apps tóxicas) sin saber código

Pero es que esta GPT Store es distinta a las demás porque para crear esas "apps" o GPTs uno no necesita saber programar o dominar el ámbito de la inteligencia artificial.

Sam Altman, CEO de OpenAI, muestra algunos ejemplos de las "apps" que será posible encontrar en la GPT Store.

Prácticamente todo el trabajo lo hace ChatGPT, y lo demostraba Casey Newton al contarnos en Platformer su experiencia a la hora de crear su "Copy Editor", un asistente que permite actuar como un revisor y corrector de las columnas que él mismo escribe para esta newsletter.

Como él destacaba, "para crearlo, no escribí ni una línea de código. En lugar de eso, la interfaz chat de OpenAI me preguntó qué quería crear, y luego lo creó por mí en segundos".

Para crear el bot se utiliza un prompt idéntico al que usamos para interactuar normalmente con ChatGPT o DALL-E 3, y luego es posible añadir prompts adicionales que pulen y perfeccionan aún más sus funciones. Por ejemplo, "identifica potenciales errores gramaticales y sintácticos", "encuentra fallos en mi argumentación", o "critica mis argumentos como alguien que trabaja en tecnología y cree que la prensa es muy cerrada de mente y cínica".

Todos ellos acaban formando parte de ese asistente que se convierte en una útil ayuda para mejorar los textos. Newton admitía que esos prompts funcionan relativamente bien, pero no son perfectos.

Pero también hay una clara amenaza subyacente, explicaba este analista. Con estas herramientas también es factible crear un asistente que genere textos que por ejemplo minen el apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia y no pare de publicarlos por todos lados de forma totalmente automatizada. O uno que genere ataques de phishing, o cualquier otro propósito tóxico. Aquí es evidente que el control y censura que OpenAI debe ejercer sobre esos GPTs personalizados debe ser tan fuerte (o más) que el que Apple ejerce sobre su App Store.

¿Es esta la verdadera revolución de OpenAI, como la App Store lo fue para el iPhone? Es demasiado pronto para saberlo, pero ciertamente estamos ante un prometedor paso adelante de una compañía que tiene clara su hoja de ruta. Igual se la ha chivado ChatGPT. Quién sabe.

En Xataka | Por primera vez una IA alcanza y supera un aspecto crucial de la inteligencia humana

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