Qué ultraportátil comprar

A raiz de la decepcionante, para mí, nueva estrategia de Asus con su gama de equipos Eee, nos hemos atrevido a elaborar una especie de guía de compras de ultraportátiles. De momento, y solo a modo de opinión personal, pues la elección del uso y configuración de un portátil es tarea de cada usuario, os dejamos con una serie de cuestiones a tener en cuenta cuando vamos a comprar un ultraportátil.

El primero punto en el que debemos pararnos a reflexionar es el del uso que se le va a dar al ultraportátil. Si llama la atención solamente por el precio bajo, por un poco más tenemos mejores equipos. Hay que pensar en otras cosas.

No sentamos cátedra pero por lo que nos comentáis y nosotros mismos pensamos, el netbook estaba ideado en un principio, antes de que se convirtiera en un negocio jugoso, como un equipo económico para facilitar el acceso a Internet y la informática a países en desarollo o introducir el portátil en clase. Era la idea del OLPC, heredada para el gran público por Asus con su modelo Eee. Pero al final, la misión es la misma: segundo equipo (o primero, como se quiera), para llevar a todos lados y poder hacer un uso esporádico de él. No nos planteamos este equipo, aunque llevara 10 pulgadas de pantalla, como un ordenador principal.

Lo usaremos pues para llevarlo todo el día encima, acudir a clase, para un viaje no muy largo (el tema de la batería es un problema real máxime en un equipo de estas característicias tan particulares), estar en el sofá tumbado…. Partiendo de eso, veamos en qué debemos fijarnos para comprarlo.

Precio

Es seguramente el factor decisivo en la elección de un netbook. Muchos lectores, por lo que vemos en los comentarios, establecéis una sensata barrera de 300 euros en el coste que este tipo de portátil debería suponernos. Por un lado debe ser así puesto que partimos de la idea de que es un equipo de bajo coste, pero no debemos olvidar que si aumentamos el precio de los mismos, nos juntamos con una gama más amplia de portátiles que por apenas 100 euros más nos ofrecen más pantalla, potencia y rendimiento general. Y eso no es lo que queremos.

Tamaño, pantalla y peso

Aunque parece que la barrera psicológica se ha detenido en las 8.9 pulgadas (algunas marcas ya se atreven con 10 pulgadas), recordemos que todo comenzó con apenas 5 pulgadas de pantalla. Con resolución baja es evidente que no hay mucho que rascar en este tipo de equipos, pero en el orden de las 7-9 pulgadas con buena resolución, son perfectos.

Este tamaño de pantalla nos permite un peso menor y que estemos ante un equipo muy compacto, aunque entonces entran en juego otras variables y factores como el tamaño de teclado. Esta parte es una de las sorpresas que se llevan muchos usuarios.

Procesador y capacidad de almacenamiento

Con el uso que hemos comentado que le vamos a dar a nuestro ultraportátil las especificaciones de este tipo de gadgets no deberían volvernos locos. Y más si escogemos como sistema operativo Linux. Con Windows XP los requirimientos pueden ser mayores, pero nunca para hacernos sufrir con este tema.

Lo mejor sería que contaran con los procesadores especialmente pensados para ellos, como los de VIA o el más reciente Atom de Intel.

La capacidad de almacenamiento no debería causarnos alarma tampoco. Si necesitamos más de los 8 GB por ejemplo de memoria SSD, quizás otro equipo más tradicional podría ser nuestra elección. Además, como vienen bien dotados de puertos USB, hay opciones para mejorar este aspecto. Acer por ejemplo te permite ampliar el espacio en disco con tarjetas de memoria SD.

En este caso, por el tema de rendimiento y peso, la opción del disco SSD sería un acierto. Lástima que los fabricantes hayan asociado diferentes configuraciones con sistemas operativos concretos de forma no flexible.

¿Cuál elijo?

Pues como en los próximos días publicaremos un resumen de los modelos que ya podemos encontrar en España o que vendrán en septiembre, ahora solo te podemos indicar que si quieres uno y hay algo que te ha gustado, lo compres, pues esperar algo mejor nos mete en un bucle infinito del que es complicado salir.

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