Diez años, 10.000 millones de dólares y un misterio: por qué Apple ha cancelado Apple Car tras invertir tantísimo

Varios expertos nos ayudan a intentar entender los motivos que han llevado a Apple a la cancelación

Tras diez años de rumores, filtraciones, cambios de rumbo, ensayos en un viejo circuito de Chrysler y enigmas por despejar, Mark Gurman, siempre Gurman, anunció que Apple ha decidido abandonar la idea de lanzar su propio coche. Un gatillazo para el conocido como 'Project Titan' que ha terminado con sus 2.000 empleados transferidos a la división de IA.

Ahora es cuando surgen dos preguntas a este anuncio: por qué Apple creyó que era una buena idea apostar por este proyecto hace diez años, y por qué cree ahora que es buena idea matarlo. Qué vio Apple como para movilizar (muchos) recursos para el coche, y qué ve ahora como para asumir las pérdidas.

En un primer momento se especuló con "un coche", sin mucho más detalle, aunque asumiendo que sería eléctrico por la agenda que marcaba una Tesla incipiente. Más adelante se habló de un coche autónomo que ni siquiera tendría por qué tener aspecto de coche tradicional (volante, pedales, disposición de los asientos...), sino de cabina para la movilidad autónoma.

Luego, por los desafíos tecnológicos y regulatorios que demorarían la masificación del coche autónomo a la escala que Apple necesitaría para rentabilizar el proyecto, se volvió a pasar a la idea de un coche eléctrico con ciertas capacidades autónomas, pero con aspecto de coche tradicional.

Citando a seis fuentes involucradas en el proyecto, The New York Times cifra la cantidad invertida en este proyecto en "más de 10.000 millones de dólares". Durante su década de vida tuvo cuatro líderes distintos y vivió varias rondas de despidos... hasta que todo se enquistó.

Vista aérea del antiguo circuito de Chrysler que usaba Apple para sus ensayos. Una pista oval rodea su perímetro y largas rectas, curvas y trazados que simulan un entorno urbano se encuentran en su interior. Pulsa la imagen para verlo en Google Maps. Imagen: Google Maps.

Uno de los primeros elementos que se nos vienen a la cabeza pensando en algo que no existía hace diez años y sí existe ahora es la presencia de coches eléctricos chinos, cada vez más presentes, de mejores prestaciones y más baratos que están conquistando mercados fuera de sus fronteras.

BYD es quizás el fabricante más destacado, y de hecho cerró 2023 arrebatando a Tesla el liderazgo en coches eléctricos vendidos, pero hay más: GAC, NIO, Omoda, Voyah, Lynk&Co...

Fabricar un coche eléctrico de calidad y venderlo por todo el mundo no es barato y es complicado que las cuentas salgan. Tenemos el precedente del coche de Dyson: tras un largo desarrollo que llegó a tener modelos funcionales, la empresa se echó atrás. El motivo más citado: la imposibilidad de convertirlo en un negocio rentable dado su alto precio.

Bandazos estratégicos y cambios de liderazgo

Si además ahora vemos a esta legión de marcas nacer o salir de China con productos extremadamente competitivos, podemos entenderlo como una razón de más para espantar a quienes querían meterse ahí. Esa amenaza, que ya ha hecho tintinear los picaportes de toda la industria automovilística europea, americana y de la Asia Oriental al este de China, bien podría ser uno de los motivos por los que Apple haya reculado.

No obstante, hemos preguntado por ello a John Helveston, profesor en el Departamento de Ingeniería de Gestión y Sistemas en la Universidad George Washington, especializado en la industria de vehículos eléctricos de China... y no cree que los tiros vayan por ahí.

"Apple nunca ha fabricado un coche, y fabricar cualquier coche era un proyecto bastante ambicioso para ellos. Recuerda el modelo 'Diseñado en California, fabricado en China'. Apple no fabrica mucho, lo que su fuerte es el diseño. La industria automotriz se fundamenta esencialmente en la fabricación. Es difícil tener éxito en ella sin conexión alguna con la fabricación. Además, el coche que supuestamente desarrollaban era un coche eléctrico autónomo, y la parte autónoma es quizás el enfoque principal para Apple", nos explica.

Así, descartando que este sea un movimiento que hable del resto del mercado de coches eléctricos o de un temor a los competidores chinos que han emergido en la última década, considera que también se trata del coste de oportunidad que supone destinar recursos a un proyecto así.

"Este movimiento dice mucho más sobre el desarrollo de la IA que sobre cualquier otra cosa. Están reasignando a todos esos trabajadores que se centraban en los vehículos autónomos (que se basan en IA) para trabajar más en general en tecnología de IA, en lo que tienen muchas más posibilidades de éxito. Si viéramos a General Motors diciendo que van a abandonar los vehículos eléctricos, eso sería una mala señal, pero en este caso simplemente significa que Apple está enfocándose en lo que hace mejor".

Ciertamente, hay grandes expectativas —y rumores— sobre la apuesta de Apple por la IA generativa, además de una reciente confirmación de su CEO, Tim Cook, en esa misma línea.

Otra teoría es la comentada antes, que sugiere que Apple ha reculado porque si su enfoque principal estaba en el coche autónomo, todavía estamos lejos de que tecnología y regulación estén completamente listos como para asumir su llegada masiva.

Esto es lo que sugiere Missy Cummings, profesora en la Universidad de Duke y directora del Laboratorio de Autonomía y Humanos de Duke, experta en automatización e IA, además una de las primeras mujeres piloto de combate de la Armada de los Estados Unidos.

"Este paso atrás era el resultado más probable dado su incapacidad para avanzar más allá de las pruebas de conducción autónoma segura". E incluye un palo a este lado del Atlántico: "Esto debería ser el canario en la mina para los europeos que piensan que la conducción autónoma generalizada está llegando. No es así y los países que celebran la llegada de los coches autónomos tendrán que enfrentarse a su error en otro año o dos", concluye.

Cummings publicó un extenso estudio en el que evaluaba la preparación de los vehículos autónomos para su implementación a gran escala, analizando datos sobre accidentes o viajes rechazados para determinar la seguridad y confiabilidad de esta tecnología.

Dicho de otro modo, quería determinar si los coches autónomos están listos para su uso generalizado en base a su seguridad, confiabilidad y el marco regulatorio actual. El resultado fue algo desalentador, y por ahí podemos tener una pista sobre la decisión de Apple.

Al fin y al cabo, hace más de diez años desde que Waymo arrancó como proyecto (en aquel momento, "Proyecto de coche autónomo de Google") y las expectativas que se tenían entonces para los años posteriores no se han terminado de cumplir: es más complicado de lo que parecía y la evolución es lenta.

Brad Templeton, ingeniero de software canadiense y consultor de movilidad autónoma que además trabajó en Waymo durante su creación, publicó un artículo en Forbes en el que explica que no solo se trata de Apple: hay más empresas evaluando si necesitan seguir trabajando en ese área.

Preguntado por Xataka sobre los motivos que considera que han llevado a Apple a esta decisión, cree que es una mezcla de cuatro:

  • La difícil trayectoria de Apple con este proyecto, con muchos cambios de de gestión y falsos comienzos. "Quizás se avecinaba otro cambio y decidieron que no era para ellos".
  • Otras empresas han estado desacelerando y retrocediendo, como Motional, Cruise, Cariad, Argo y demás, lo que hace menos urgente el despliegue.
  • Apple suele entrar en un espacio que ya se comercializa y está activo, e intenta hacerlo mejor. Smartphone, relojes, auriculares... Nadie en la industria del coche autónomo está todavía en despliegue comercial.
  • Vision Pro. "Podría ser un dispositivo muy bueno para usar viajando en coches autónomos, generando ingresos a partir de todo el tiempo que se libera cuando la gente ya no tiene que conducir".

Brad apunta a una estimación de unas 50.000 millones de horas anuales como el tiempo potencial que podría liberar la conducción autónoma en Estados Unidos, coincidiendo con análisis recientes.

Ahora queda ver si realmente Apple está esperando con paciencia a que llegue la popularización de vehículos autónomos fabricados por otros, y tratar de hacer negocio desde ahí. Por lo pronto, poner unas Vision Pro en la cabeza de los tripulantes ya suena a negocio: quienes pasan una o dos horas diarias en el coche encontrarán ahí un espacio muerto que rellenar de entretenimiento.

Por otro lado, el nuevo CarPlay, muchísimo más ambicioso que el anterior, también permite a Apple expandir su presencia —y su negocio— mientras estamos a bordo de un coche.

Y por supuesto, queda ver qué prepara Apple en materia de IA generativa. Aunque tiene un largo historial en materia de aprendizaje automático, la IA generativa tiene todo el camino por recorrer en la empresa y así recortar distancia a OpenAI, Google, Microsoft y compañía. Se supone que una parte de esta decisión pasa por priorizarla. Será o seró. Pero desde luego pinta más asequible que lo del coche.

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