Planetas con dos soles y otras cosas que aparecieron en Star Wars y hoy son reales

Me imagino lo que debió suponer el estreno de Star Wars en 1977 para los que acudieron al cine, especialmente para aquellos a los que la imaginación les echa a correr con relativa facilidad y el sueño de un futuro similar rondaba sus cabezas durante la proyección. Lo que probablemente no concebían muchos de ellos es que, en menos de 50 años, muchas de las cosas allí mostradas estarían al alcance de sus manos.

Probablemente no viajen al espacio durante lo que les resta de vida, y la idea de conocer razas alienígenas que monten bandas de música interracial se nos escapa un poco de las manos. Durante un puñado de generaciones eso seguirá siendo ciencia ficción pero, sorprendentemente, mucho de lo que en su día entraba dentro de esa categorización ahora es realismo (casi) puro y duro.

Rayo gravitacional

Arrastrar y anclar naves, mover objetos pesados empujándolos con el dedo olvidándonos por completo de las transpaletas. En definitiva manipular la gravedad de cualquier cosa que lo requiera como si fuese lo más simple del mundo, tan fácil como apretar un botón o coger una pistola de fuerza gravitacional.

Aún no estamos a la altura de trasladar objetos del tamaño de un Destructor Imperial, pero sí hay tecnologías similares enfocadas principalmente a la medicina. Tras experimentar con campos magnéticos para acercarse a la idea de un rayo tractor, los últimos avances en este sentido utilizan las ondas de sonido para manipular objetos pequeños. Tan simple como ondas de alta y baja presión que alcanzan al objeto manipulando su gravedad, pero aún con un camino muy largo por recorrer para que sistemas como este alcancen todo su potencial.

Droides de asistencia

Se han introducido tan rápido en nuestras vidas que ni siquiera nos sorprende llegar a un hotel y que todo el personal tenga en sus tripas tornillos y cables. El Henn na Hotel es el primero en contar con un sistema de robots encargados de asegurar la comodidad de sus huéspedes, pero no es el único ejemplo de hasta qué punto los droides forman parte de nuestro presente.

Nos sirven de juguetes para nuestros hijos, de limpiadores del hogar, de asistentes para nuestros ancianos y hasta nos han salvado el pellejo en más de una ocasión cuando, en accidentes como el de Fukushima, los enviamos a “morir” para hacer el trabajo que en otra época se habría llevado vidas humanas por delante.

Hologramas en casa

Uno de mis favoritos y, aunque parezca mentira, de las cosas que más me impactaron cuando vi por primera vez la película. Estamos lejos de enviar y recibir mensajes holográficos de cuerpo completo a través de un droide, pero acercarnos a esa idea es tan fácil como para pasar una tarde entretenida montando tu propio sistema de hologramas en casa.

Cuatro plásticos transparentes y un teléfono móvil es todo lo que necesitamos para simular esta tecnología que, por otro lado, ya se acerca a la realidad por medio de cortinas de agua o gafas de realidad aumentada.

Pistolas láser

Aún debemos hablar de cañones en vez de pistolas, pero la tecnología armamentística lleva años experimentando con la idea y el ejército estadounidense ya monta los sistemas precursores de lo que algún día se parecerá a los blaster de Star Wars.

Tanto el LaWS (Laser Weapon System) como el HEL MD (High Energy Laser Mobile Demonstrator) son armas que utilizan la energía láser para enviar rayos de fotones de hasta 30 kW capaces de destruir misiles, drones u otras amenazas con una precisión milimétrica. Por ahora siguen trabajando en ampliar su potencia, por lo que la reducción de su tamaño es una asignatura pendiente que llegará después. Una realidad más que probable principalmente por el ahorro que supone, apenas un dólar por disparo.

Speeder personal

Anunciado en 2014 y a apenas un año de su comercialización, el Aerofex Aero-X será el primer acercamiento a los speeder y vainas de la saga de George Lucas. Se trata de la adaptación de los ya clásicos hoverboard al tamaño de una motocicleta, permitiendo que el vehículo se eleve del suelo mediante dos turbinas con un motor similar al que encontraríamos en un Mazda RX-7.

Permitirá una velocidad de unos 70 km/h y una altura de hasta 3 metros, pero queda por ver cuantos años tardará en ser asequible para la mayoría de bolsillos y, sobre todo, cómo actuará la legislación respecto a su uso. Francamente, no sabría decir qué inconveniente me preocupa más.

Un planeta con dos soles

Se conocen como planetas circumbinarios aquellos que orbitan alrededor de dos estrellas y, aunque a bote pronto parece algo imposible debido a las fuerzas de gravedad que podrían ejercer en la órbita de cuerpos cercanos, son bastante más comunes de lo que imaginábamos al ver la secuencia del atardecer en Tatooine.

En concreto hemos encontrado 17 planetas con estas características, el último de ellos descubierto el pasado junio. El Kepler 1647b, que así es como se llama, resulta importante no sólo por ser el más grande, también cuenta con una edad y características muy similares a las de la Tierra a pesar de que, en su caso, hablamos de un planeta gaseoso como Júpiter.

Imagen | NASA

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