Espamobi era la web referencia para descargar ebooks gratis, hoy es un nido de 'scam' que vacía las cuentas de los incautos

Espamobi fue, hasta principios de 2019, una de las webs de descarga de libros electrónicos más populares en castellano. Nótese el uso del sustantivo "descarga". Ni "compra" ni "suscripción". El tema es que Espamobi cerró de la noche a la mañana, como tantas otras webs en torno a la descarga gratuita de obras protegidas por la propiedad intelectual.

Sin embargo cuando accedemos a Espamobi.com no encontramos un 404 o una web que anuncie que el dominio está a la venta. Lo que encontramos es una web que ofrece un servicio de suscripción, aparentemente genuino. ¿Suscripción a qué? Pues depende, porque cada vez que accedemos a esta web nos redirige a una web distinta. A saber:

  • Fundimple. Descarga de libros.
  • Funlizard. Descarga de películas, libros, juegos y música.
  • OldiesSound. Descarga de música.
  • Funhamper. Descarga de películas, libros, juegos y música.
  • Basilplay. Descarga de juegos.
  • Zealotfun. Descarga de cómics y revistas.
  • Pretfit. Descarga de libros, cómics, y revistas.
  • Cnidaplay. Descarga de películas, libros, juegos y música.

Y hay algunas más.

"No pedí suscribirme y me están cobrando"

Todas comparten diseño, su estilo es idéntico. Cambia el logo, el nombre de la página y el tipo de contenido que oferta, pero el resto de elementos es exactamente igual. Ofrece suscripciones a este tipo de contenidos... ¡gratis! ¿Gratis? "Gratis".

Si tenemos algo de suerte, podemos llegar a una página en la que se nos ofrece el acceso gratuito, sin especificar nada de pruebas temporales o autorenovaciones de pago... pese a que sí se nos pide un número de tarjeta de crédito.

En otras ocasiones, las más habituales, sí se nos pide pasar por caja directamente, con suscripciones que van desde los 55 euros mensuales hasta algo más de 10 para los compromisos de más de tres o seis meses de duración.

"Bueno, solo es un servicio de suscripción más, si no te gusta, no lo compres", podrá pensar alguien. No es un servicio de suscripción más, es un scam de manual con varios ingredientes para consolidar la estafa.

La mayoría de estas webs comparten empresa matriz ("Digital Break Ltd.") y dirección postal: 12-22 Newhall Street (Birmingham, Reino Unido). Esta dirección realmente corresponde a uno de los edificios de Regus, una de las mayores compañías de centros de negocios, oficinas de alquiler y espacios de coworking del mundo.

Llamamos allí y no tienen constancia de que una empresa con este nombre trabaje en sus instalaciones. Llamamos también al teléfono que aparece en la página de los planes de precios ("¿Tiene dudas o comentarios? Llámenos"), el teléfono directamente no existe.

TrustScam, una web de verificación de la seguridad de páginas web, recoge también críticas de usuarios hacia cualquier página. En el caso que nos ocupa, todas son negativas y aportan testimonios sobre lo que ocurre a un usuario cuando introduce el número de su tarjeta de crédito en estas páginas. Todas las críticas siguientes son de páginas como Basilplay, Zealotfun o Funlizard:

"No quiero este servicio no se cómo me pueden estar cobrando esto quiero qur no me cobren mas!! Es una estafa!! Yo no active este servicio!"

"Yo no pedí suscribirme y me están cobrando"

"como cancelo esta porqueria de trampa, alguien sabe"

"hace un año Me han sacado dinero sin avisar rechazo el servicio devuelvanme".

"hace un año Cancelé mi suscripción 5' después de haberme dado el alta al servicio xq no me funcionaba. Después de 5 meses me encuentro con un descuento en mi tarjeta, de ellos. Un afano! Y no sé donde reclamar"

"Son unos ladrones, lo del tiempo de prueba se lo meten por donde quieren, te pasan el cobro y despues tardas lo que ellos quieren en poder darte de baja, es lo peor. LADRONES!"

"Deseo dar la baja del servicio ya que me ha llegado a mi estado de tarjeta de credito un cargo a nombre de su empresa q no recuerdo haber solicitado. Agradezco su atencion imediata"

"Es una estafa. Facilité los datos de mi tarjeta virtual para una sola descarga; sin embargo me hacen continuos cargos que yo no he autorizado cada vez que la recargo la tarjeta. Son pequeños, de 8,50 €, 9, €, 1,5 €..... Me he dado cuenta después de dos años. Tendré que dar de baja mi tarjeta. Mucho cuidado".

El modus operandi de estas webs es simple: ofertar acceso a contenidos a cambio de una cuota mensual pero luego el catálogo es exageradamente inferior en cantidad y calidad al prometido.

Una vez captado el número de tarjeta de crédito del usuario que cree estar frente a un servicio de suscripción genuino, se van repitiendo los cobros sin que sirvan de nada las formas de darlos de baja, mediante una llamada telefónica o un formulario online.

Corriendo en círculos

Otras webs tienen otra empresa matriz, o al menos eso indican: Content Roots Ltd. Al igual que sucede con Digital Break, no tiene información, usuario ni actividad alguna en LinkedIn. La web corporativa habla de prestación de servicios de contenidos con libros, videojuegos, etc. Pero no hay detalle alguno sobre qué ofrece realmente más allá de frases intangibles. Ni un catálogo, ni una galería de ejemplos, ni nada que induzca a contratar el servicio.

En algunas de las webs que se cobijan bajo este mismo paraguas sí encontramos un teléfono de asistencia técnica. Algo es algo. No obstante, llamamos y no podemos obtener ningún tipo de información de la empresa.

Aunque ofrecen tanto un teléfono británico como otro español (con prefijo de Barcelona), se nos atiende en inglés y lo máximo que se nos puede contar sobre la empresa es que estamos hablando con un servicio externalizado. Es decir, no con la propia empresa.

Más allá de eso, no se nos ofrece ninguna información sobre el producto ni el servicio ofrecido. Da la sensación de que está ahí únicamente para aportar cierta imagen de garantía ante el posible cliente. Responde con frases enigmáticas como "Gracias por llamar a su fuente de medios en línea número 1".

Lo curioso es que hay webs, como la de Basilplay, que afirman tener la sede de la empresa (Kerner s.r.o.) en República Checa, concretamente en un edificio en cuyos carteles no hay ni rastro de esta empresa. O al menos no los había hace menos de dos años. Llama la atención también que pese a estar en República Checa mantiene los dos teléfonos de otras webs, con prefijos estadounidense y español, pero no checo.

La Escuela de Frankfurt sentó las bases de la sociología que separa el mundo de las ideas de lo terrenal. Theodor Adorno, uno de sus referentes, teorizaba imponente al margen de que la realidad pudiera estropearle su tesis. Ahí se encuentran también estas webs, que estafan impunemente a incautos pero siguen vendiéndose como honestas web de contenidos.

El rol de Espamobi

Así era Espamobi antes de su clausura.

Volvamos a la casilla de salida. A todas estas webs se llega a través de Espamobi, que redirige a ellas, aparentemente de forma aleatoria. El cierre del Espamobi que conocíamos se produjo a la vez que el de otras webs del mismo grupo, como EspaPDF o Espaebook (ambas webs también redirigen a las mismas páginas), tras una orden judicial emitida en diciembre de 2018. Aquella sentencia fue el resultado de una denuncia de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) un año antes.

Espamobi y sus webs hermanas fueron cerradas por orden judicial... y desde entonces, redirecciona a webs de 'scam'

En junio, la Comisión de Propiedad Intelectual ya dictó una resolución en la que ordenó a los responsables de Espamobi y webs hermanas a desactivar el acceso a los libros que enlazaba, lo cual desobedeció y terminó con la mencionada sentencia, que incluyó un bloqueo a nivel de dominios y la retirada de la indexación en Google, Bing y Yahoo (para todo lo demás, DuckDuckGo). Mientras tanto, la popularidad de Espamobi se hundió.

Desde CEDRO nos apunta Javier Díaz, el responsable de su departamento jurídico, que trataron de hacer un requerimiento (lo que marca el procedimiento) a los responsables de las webs de descarga de libros, pero no encontraron la forma de hacerlo, por lo que la Comisión de Propiedad Intelectual se encargó de ello. "La comunicación la efectúa su Sección Segunda, ellos sí pudieron ponerse en contacto con esos administradores porque desde un Ministerio tienen recursos que nosotros no tenemos".

También apunta a que son conocedores de este tipo de páginas como las que redirecciona Espamobi, aunque ya no es su labor denunciarlas ni perseguirlas. "Son páginas piratas fake, por llamarla de alguna forma. No permiten el acceso a nada, y de eso te das cuenta cuando ya has introducido tus datos e incluso tu tarjeta de crédito. Esa gente trafica con esa información que saca de ti. Ahí ya no hay infracción de derechos de propiedad intelectual, es otra cosa, nosotros vamos contra las páginas que vulneran esos derechos".

¿Qué ocurrió tras la última sentencia? Veamos el log de redirecciones que tiene lugar con la visita a Espamobi, EspaPDF o Espaebook:

El dominio raíz fue registrado tras el cierre de Espamobi y sus webs hermanas. Desde entonces, redirige a todas estas webs que forman parte de una misma empresa de afiliación: webs que simulan un servicio de suscripción o de servicios de pago único para cobrar a posibles usuarios y quedarse un porcentaje de dicho pago. El resto va para la matriz a la que compran plantillas para las webs -por eso todas son iguales- y la arquitectura prefabricada.

Para saber mejor qué pasó exactamente tras el cierre solicitamos al Ministerio de Cultura acceso al auto judicial del caso. Por teléfono nos derivaron a hacer una instancia por escrito a su correo electrónico, algo que pese a hacer por partida doble no sirvió para obtener una respuesta.

1.000 euros pasivos al mes

En este punto hablamos con Álvaro Sáez, más conocido como Chuiso, experto en posicionamiento SEO y black hat, quien hace un primer diagnóstico: "Imagino que el juez forzó al webmaster a dejar expirar el dominio, pero no lo bloquearon, así que alguien lo registró y metió un 301 [redireccionó la página] a miips.net. De ahí tiene un metarefresh instantáneo a la empresa de afiliación".

Como decíamos, estas empresas de afiliación (también conocidas como "redes CPA") manejan muchos tipos de productos que ofrecer para captar "clientes": batidos nutricionales, criptomonedas, instrumentos de inversión financiera... o contenidos multimedia, como el caso que nos ocupa. Son compañías como Maxbounty, Peerfly, Adworkmedia o AdCenter.

Suelen ocupar dominios que atraen un determinado nivel de búsquedas o de tráfico directo, bien sea porque antiguamente era una web con actividad en el campo en el que actúan (también como en este caso) o bien porque el naming es bueno para ese negocio.

"Lo interesante sería ver de quién es ese dominio que hace el metarefresh", dice Chuiso. "Lo lógico es que sea la misma persona que registró de nuevo el dominio". Hay dos opciones principales: o que el antiguo administrador de Espamobi haya reorientado el negocio, o que no tenga nada que ver y sea un tercero avispado quien haya cazado dicho dominio para este uso.

Aparte de miips.net también lleva a una URL acortada con bit.ly, posiblemente el cortador de direcciones más popular. "Una estupidez", según Chuiso, porque gracias a ello se puede ver cuánto tráfico real está moviendo gracias a la herramienta nativa de bit.ly:

Esta web consigue un tráfico promedio de entre 3.000 y 4.000 visitas diarias, la inmensa mayoría provenientes de las redirecciones en Espaebook y similares. Geográficamente, España y México suman la mitad del tráfico, quedando la otra mitad repartida entre el resto de Latinoamérica, Reino Unido y Estados Unidos.

La web intermediaria tiene el WhoIs (la herramienta para ver detalles de cada dominio, como quién es su propietario) privado y está protegida por CloudFlare.

¿Cuánto dinero puede estar ganando con esta actividad? Únicamente con los click obtenidos, Chuiso cifra la cantidad en "entre 500 y 1.000 euros mensuales". Por supuesto, habría que sumar el dinero obtenido de los incautos. "El dueño puede ser el anterior, o cualquier otra persona de cualquier país. Hay quien registra y redirecciona dominios de forma automática, y lo hacen con miles", dice Chuiso.

Nos quedamos sin saber quién está detrás de este entramado, pero sí sabemos cómo lo tiene montado y qué ingresos mínimos le supone cada mes. "Ha sido alguien que se ha tomado algunas molestias en armarlo y dejarlo bien oculto. La empresa con la que lo ha hecho puede ser cualquiera, todas revenden las mismas plantillas".

Espamobi y sus toneladas de libros para descargar gratis eran droga dura, pero sus nuevas redirecciones están más cerca de la homeopatía.

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