Cuando la Tierra fue violeta: una hipótesis que puede ayudarnos a mejorar nuestra búsqueda de vida en otros planetas

No podemos contarlo con los dedos, pero fue hace unos 4000 millones de años cuando surgieron las primeras formas de vida. Y durante mucho tiempo todo fue paz, tranquilidad, alguna catástrofe natural y evolución. Una innumerable cantidad de organismos distintos fue conquistando la Tierra poco a poco.

Pero hace 2400 millones de años algo cambió: algunos de esos seres vivos empezaron a emitir un producto tóxico que produjo una de las mayores extinciones masivas que se recuerdan y originó una colosal edad del hielo. A ese periodo le llamamos, la gran oxidación. ¿Cómo era el mundo antes de aquel holocausto verde?

Sentir nuestros colores

Sabemos que casi mil millones de años antes de aquella extinción masiva ya había formas de vida fotosintéticas en la Tierra. De hecho, uno de los grandes misterios que aún quedan por resolver tiene que ver con la razón por la Gran Oxidación tardó tanto en producirse.

No lo comprendemos del todo bien, pero los expertos creen que, durante ese tiempo, varios procesos de competencia impidieron el reinado de ninguna "solución fotosintética" hasta que, finalmente, se impuso la clorofila. Shiladitya DasSarma, profesora de biología molecular en la Universidad de Maryland, y Edward Schwieterman, astrobiólogo de la Universidad de California en Riverside, plantean un modelo para entender por qué hoy el mundo es verde.

Según estos investigadores, las primeras formas de vida en la Tierra pudieron haber sido capaces de generar energía metabólica a partir de la luz solar utilizando una molécula de pigmento morado llamada 'retinal'. Esta solución biológica posiblemente es anterior a la evolución de la clorofila y la fotosíntesis. DasSarma lleva años defendiendo que, antes de la Gran Oxidación, la Tierra fue morada.

La metáfora del planeta morado

Independientemente del color de la Tierra hace miles de millones de años, esta idea tiene implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas. La historia de la lucha entre el 'retinal' y la 'clorofila' es la historia del Beta y el VHS. Nada impide que en un mundo distinto la solución victoriosa fuera otra. Y si es así, ¿no deberíamos buscar planetas morados?

La pregunta es divertida, pero hace hincapié en la que seguramente sea nuestra principal dificultad a la hora de buscar vida en otro planeta: nuestra manifiesta falta de originalidad. En el fondo, cada vez que miramos al espacio nos estamos buscando a nosotros mismos. No sabemos buscar cosas que no hemos visto en la Tierra.

No es un prejuicio injustificado. Al fin y al cabo, tiene sentido buscar lo que sabemos que existe. Pero la línea entre la sensatez y la falta de audacia es muy fina. Teorías como esta nos hacen reflexionar seriamente en todas las Tierras que no fueron, pero pudieron haber sido. Y eso es algo que nos ayuda a conocer mejor la vida, su historia y su futuro.

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