Las cuatro fases de Ethereum: qué es y qué supone Metropolis para esta criptomoneda

Cuando los desarrolladores de Ethereum empezaron el proyecto, planificaron cuatro grandes fases necesarias para considerar el protocolo listo para ser usado de forma intensiva. Byzantium es la mitad de Metropolis, la tercera de las cuatro grandes, y fue lanzada con éxito hace unas semanas mediante un fork, la única forma posible de actualizar Ethereum.

Si suena confuso es porque lo es. Y el contenido de todas estas fases puede serlo aún más, porque en cada una de ellas se introducen decenas de cambios que ayudan a mejorar el protocolo, pero que habitualmente son decisiones arriesgadas. A grandes rasgos, estas son las cuatro fases y los cambios que introducen.

Frontier

Con Frontier, Ethereum rompió el cascarón y sirvió para dar a conocer el proyecto. Lanzada en julio de 2015, significó el lanzamiento público de Ethereum, y puso los pilares necesarios para que los usuarios pudieran empezar a usar la red, ya fuese realizando transacciones, usando smart contracts, o ayudando a la propia red a funcionar verificando transacciones (normalmente llamado minar porque permite ganar ethers como recompensa).

Homestead

La segunda fase fue lanzada en febrero de 2016, y trajo mejoras en el protocolo, en especial cambios necesarios para facilitar futuras actualizaciones. Esta fase, que en principio estaba prevista para un par de meses después de Frontier, se retrasó casi un año, y puso de manifiesto que el desarrollo de una plataforma tan ambiciosa como Ethereum no era sencillo, y que requería resolver retos técnicos que nadie había afrontado aún.

Metropolis

El objetivo detrás de esta actualización es preparar Ethereum para que dé soporte a más usuarios y aplicaciones, por eso se centra en ampliar las capacidades del protocolo y dar más posibilidades a los desarrolladores. Debido al gran número de cambios, ha sido dividida en dos partes: Byzantium, que ha tenido lugar hace unos días, y Constantinople, para la que aún faltan unos meses (está prevista para principios de 2018, pero aún no tiene fecha definitiva).

Serenity

Prevista para 2018, esta última actualización traerá el cambio definitivo de Proof of Work (minado mediante hardware, introducido por Bitcoin) a Proof of Stake (minado virtual). Suena complicado pero la diferencia es sencilla: mientras que ahora los usuarios compiten entre ellos para ver quién consigue escribir un bloque resolviendo puzles criptográficos con sus ordenadores y tarjetas gráficas, en Proof of Stake es la propia red quien decide quién puede escribir un bloque entre los usuarios que han depositado una cantidad determinada de ethers.

Si ese usuario escribe un bloque válido, recupera sus ethers depositados más las comisiones de las transacciones en ese bloque, pero si el bloque escrito es inválido, se le penalizará, y perderá una parte de los ethers que depositó previamente.

El mayor beneficio que traerá este cambio es que convertirá a Ethereum en una red ‘verde’. Ahora mismo se estima que Ethereum consume la misma cantidad de energía que un país del tamaño de Letonia debido a toda la electricidad que malgastan los mineros resolviendo puzles. Y según crece la red, crece la energía consumida. Gracias a Proof of Stake, estos requisitos desaparecerían, y la energía necesaria para que funcionase Ethereum sería varios órdenes de magnitud inferior.

Ahora mismo se estima que Ethereum consume la misma cantidad de energía que un país del tamaño de Letonia debido a toda la electricidad que malgastan los mineros resolviendo puzles

Por otro lado, permitirá alcanzar un mayor nivel de descentralización en la red, ya que la recompensa sería proporcional a los ether que tienes, mientras que ahora los mineros se aprovechan de la economía de escala para sacar mayores rentabilidades, comprando hardware más barato o moviendo sus operaciones a países con electricidad más barata.

Qué novedades trae Byzantium

La actualización, que tuvo lugar en octubre, está compuesta de muchísimos pequeños cambios, pero principalmente se agrupan en tres grandes áreas:

  • Cambios en la recompensa por minar Ethereum

Los mineros compiten entre ellos para ver quién tiene derecho a escribir el próximo bloque resolviendo puzles criptográficos, y quien finalmente lo escribe recibe como recompensa la suma de las comisiones de las transacciones presentes en ese bloque, y una recompensa fija que da la red por escribir un bloque. Con Byzantium, esa recompensa pasa de 5 ethers a 3, como ya podemos ver en los últimos bloques minados.

Además, recupera el tiempo entre bloques, que poco a poco había ido aumentando: desde la actualización, se escribe un bloque nuevo cada aproximadamente 13 segundos. Con estos cambios, el número de ethers nuevos que se descubren cada día es menor, algo lógico teniendo en cuenta que el precio se ha multiplicado en el último año, mientras que la red gana velocidad y capacidad de cálculo al permitir más bloques al día.

  • Soporte para zero-knowledge proofs

Gracias a Byzantium, Ethereum ahora es capaz de realizar las operaciones matemáticas necesarias para implementar en el futuro transacciones privadas. Esto se consigue mediante zero-knowledge proofs, que permite hacer lo que parecía imposible: que la red verifique una transacción sin conocer datos necesarios para esa verificación.

Por ejemplo, usando una serie de operaciones matemáticas permite verificar que una transacción es válida sin saber quién es la persona que la realiza y el saldo real que tiene. Mientras que ahora mismo todas las transacciones en Ethereum son públicas, esto abre la puerta a enviar ethers sin desvelar tu identidad, pero pudiendo certificar que los enviaste. Una consecuencia muy interesante de esto es que abre la puerta a bancos, aseguradoras y demás sectores donde sea necesario mantener ciertos datos privados.

  • Mejoras para desarrolladores

Por último, Byzantium trae también una serie de cambios en el protocolo orientados a facilitar el desarrollo de aplicaciones basadas en Ethereum y sus smart contracts, así como mejoras para ampliar qué es posible hacer.

Cómo se actualiza realmente Ethereum

Los desarrolladores detrás de Ethereum son los que tienen la visión de hacia dónde creen que debe ir Ethereum, y programan la mayor parte de estos cambios. Sin embargo, la única forma que tienen de actualizar Ethereum es proponiendo esos cambios en el protocolo mediante una nueva versión del código pero con la misma blockchain, y convenciendo a la mayoría de que adopte esa nueva versión. A esto se le llama fork porque en ese momento se crea una copia del protocolo con la nueva versión, y los usuarios tienen que decidir qué versión apoyan, qué versión del código usan.

Si hay consenso respecto a qué versión es mejor, todos los usuarios actualizan su software, y la versión antigua desaparece, pero si hay división de opiniones, ambas versiones seguirán existiendo. En este caso, como ambas versiones tienen la misma blockchain, quien tenía ethers en la versión antigua, los tiene también en la nueva, y tiene total libertad para hacer lo que quiera con ellos (por ejemplo, puede vender los ethers de la versión que no le guste).

Si hay consenso respecto a qué versión es mejor, todos los usuarios actualizan su software, y la versión antigua desaparece, pero si hay división de opiniones, ambas versiones seguirán existiendo

Por poner un ejemplo, esto pasó el 1 de agosto en Bitcoin, cuando un grupo de empresas y usuarios que estaban en desacuerdo con el equipo de desarrollo propusieron Bitcoin Cash, una versión de Bitcoin con bloques de mayor tamaño. Cuando el fork de Bitcoin Cash se propuso y tuvo éxito, y una parte de los usuarios lo adoptaron, quien tenía Bitcoin pasó a tener Bitcoin y Bitcoin Cash.

En el caso de las actualizaciones de protocolo, todos los usuarios están de acuerdo en que son cambios que ayudan a mejorar Ethereum de diversas maneras, así que la versión vieja es rápidamente olvidada, y no se crean ethers nuevos. Aparte de actualizar el cliente que se use para que reciba los nuevos cambios, todo aquel que tenga ethers no tiene nada que hacer, solamente esperar y disfrutar de las mejoras (y con suerte, de una subida de precio).

Fotos | iStock

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