Cables a precios de escándalo: cuando salvo excepciones lo barato sale barato y lo caro sale extraordinariamente caro

Que Apple ponga a la venta un cable Thunderbolt 3 de 2 metros a 149 euros hace que muchos nos llevemos inicialmente la mano a la cabeza. ¿Es este otro ejemplo más de esos cables que son extraordinariamente caros sin que haya una buena razón para ello?

Lo cierto es que aunque el cable ofrece buenas prestaciones y hay ciertos elementos que sirven para justificar (un poco) el precio, estamos ante un ejemplo más de una industria que en muchos casos no aporta características técnicas y prácticas realmente diferenciales en productos que suelen tener precios muy elevados.

Cuando la velocidad importa

Situémonos primero en el debate sobre si ese nuevo cable Thunderbolt 3 Pro de 2 m de Apple tiene en esos 149 euros un precio exagerado o hay realmente algo que lo justifique.

La versión de 0,8 m del cable TB3 de Apple cuesta 45 euros. Cada centímetro extra sale más y más caro.

En la descripción se indica que el cable es capaz de garantizar transferencias de hasta 40 Gb/s vía conexiones Thunderbolt 3, transferencias de hasta 10 Gb/s vía conexiones USB 3.1 Gen. 2, salida de vídeo Display Port (HBR3 o High Bit Rate 3, 32,40 Gb/s) y la capacidad de ofrecer carga (Power Delivery) de hasta 100 W.

Esas características son interesantes, pero no parecen especialmente extraordinarias cuando las comparamos con los otros dos cables que Apple vende en su tienda. De hecho ya vendían un cable de Belkin de 2 metros muy parecido y que cuesta casi la mitad. La diferencia está en el soporte de monitores Display Port y en conexiones USB 3.1 Gen 2.

Apple Thubderbolt 3 Pro de 2 m

Belkin Thunderbolt 3 de 2 m

Thunderbolt 3 (USB-C) de 0,8 m

Transferencias Thunderbolt 3

40 Gbps

40 Gbps

40 Gpbs

Transferencias USB 3.1 Gen 2

10 Gbps

No

10 Gbps

Display Port (HBR3)

No
Compatible con monitores Thunderbolt/HD (pero no DP)

Power Delivery

100 W

100 W

100 W

Conector

USB-C

USB-C

USB-C

Precio

149 euros

79,95 euros

45 euros

El cable de Apple de 2 metros es básicamente una versión más larga que el cable de 80 centímetros que venden por 45 euros. El problema es que Thunderbolt tiene unas prestaciones fantásticas pero la longitud de los cables complica que esas prestaciones puedan llevarse de extremo a extremo a grandes distancias.

El tamaño importa (y mucho)

Es ahí donde la física puede jugar malas pasadas y hacer que la señal se degrade. Como explicaban en Reddit, garantizar los 40 Gbps de transferencia en un cable así de largo obliga por ejemplo a que el cable sea activo, es decir, cuenta con circuitos integrados en ambos extremos que mejoran el rendimiento de las transferencias evitando la degradación y atenuación, algo muy importante en cables más largos.

Aquí una bobina de 100 m de cable óptico con conectores HDMI El precio, hasta asequible, 129 dólares. ¿Dónde le conecto la tele, señora?

De hecho hay cables Thunderbolt 3 de similar longitud pero precio muy inferior. Este de Cable Matters, por ejemplo, cuesta 30,99 euros, pero la diferencia es que solo garantiza transferencias de hasta 20 Gbps vía Thunderbolt 3, y no de 40 Gbps. Eso sí: funciona tanto con conexiones USB 3.1 Gen 2 como con conexiones DisplayPort, y la única limitación es en las transferencias vía TB3.

De hecho vemos como este mismo fabricante ofrece un cable de 2 m que sí garantiza transferencias de 40 Gbps vía Thunderbolt 3 con esa longitud, además de carga a 100 W o conexiones Display Port sin aparentes problemas. Cuesta 53,99 euros y se avisa, eso sí, que no es compatible con puertos USB-C sin el logotipo de Thunderbolt.

El conector de un cable activo suele ser más grande, más voluminoso, ya que integra en su interior circuitos integrados que se encargan de mejorar la señal y evitar su degradación o atenuación.

Aunque Apple no lo indica en su cable, la longitud del mismo hace pensar que como decíamos se trata de un cable activo y no pasivo. En el caso de los cables de Cable Matters se indica específicamente que se trata de cables activos, algo que entre otras cosas suele tener como elemento distintivo el conector USB-C, con una "funda" mucho más larga que el los conectores de los cables pasivos.

La longitud de los cables es de hecho argumento clave para encontrar precios muy elevados para estos componentes. Puede que la señal digital sea mucho más simple que la analógica: trabajamos con ceros y unos y eso facilita las cosas a la hora de transmitir la señal, pero hacerlo a grandes velocidades y grandes distancias complica las cosas.

De hecho esa es la razón de que en cables de gran longitud podamos encontrarnos no solo cables activos, sino hasta cables ópticos que permiten garantizar que no hay pérdida de la señal a pesar de la gran distancia.

Bien por la longitud, pero que no nos vendan motos

Es por esa razón por la que si necesitamos conectar dos dispositivos con conectores digitales a gran distancia (Thunderbolt 3 es un ejemplo, pero también lo son Ethernet, HDMI, Display Port o USB) los precios crezcan de forma notable porque los fabricantes tratan de garantizar que las tasas de transferencia se mantienen.

En cables de red Ethernet existe el conocido apellido "Cat" para los cables que soportan distintas tasas de transferencia y que además lo hacen con mayor o menor frecuencia de trabajo. De ahí que si queremos garantizar conexiones GbE en nuestra casa, por ejemplo, sea imprescindible usar cables Ethernet Cat5e (o mejor, Cat6).

A medida que necesitamos cables Ethernet mejores y con mayores tasas de transferencia los precios también se incrementan, pero lo hacen de una forma hasta cierto punto razonable. Lo mismo ocurre con cables de otro tipo (HDMI, por ejemplo) que son muy largos porque necesitamos conectar dos extremos que están a larga distancia.

El mundo audiófilo es algo distinto aquí por el tratamiento de señales analógicas en muchos casos que sí se benefician sensiblemente de cables de mayor calidad que protegen la señal de interferencias externas y que la llevan con la mayor fidelidad.

Incluso en estos casos, explicaba nuestro experto compañero Juan Carlos López, la inversión en cables no debe ser excesiva en ningún caso: no debemos caer en la trampa de los cables que prometen una diferencia cualitativa enorme cuando esa diferencia no existe o es extraordinariamente subjetiva y muy difícil de demostrar.

El maravilloso mundo de los cables HDMI de 10.500 dólares

La cosa cambia como decíamos con el celebérrimo caso de los cables HDMI. En este segmento en particular se han visto situaciones esperpénticas y rocambolescas como la del cable de WireWorld de 20 metros que costaba 10.500 dólares en su lanzamiento. Su tienda web muestra un instante la versión de 2 m a 1.000 dólares, pero por alguna razón deniega el acceso instantes después.

En Wireworld explican cómo sus cables HDMI ofrecen una serie de ventajas diferenciales claras como mayor aislamiento de cada señal, que además se compone de varios hilos para garantizar la mejor calidad. Las opiniones sobre estos cables son muy distintas: hay quien afirma que no nota ninguna diferencia y otros que los valoran positivamente.

Este fabricante lleva tiempo destacando cómo sus cables hacen uso de una serie de elementos clave para lograr mejoras notables en la señal HDMI. Más hilos de transmisión, mejor protección de los cables y materiales especiales que según ellos justifican un precio absolutamente desorbitado para cables HDMI que incluso en versiones decentes de otros fabricantes salen por precios mucho menores. Hay excepciones, por supuesto, y este cable HDMI de 2 metros de AudioQuest sale por 765 euros, por ejemplo.

¿Qué ventaja diferencial pueden ofrecer realmente estos cables? Hay quien los ha probado y afirma que no tiene ningún sentido comprar cables de este tipo, mientras que en foros de audiófilos y amantes del cine en casa los comentarios son favorables a pesar del precio.

Es muy difícil dar pruebas empíricas de esa mejora que prometen esos cables, pero aun proporcionando alguna, probablemente la calidad no sea muy distinta de la que podemos obtener con cables que sin ser lo más económicos del mercado sí estén en una franja mucho más asequible. Organismos como Consumer Reports llevan advirtiendo de ello desde hace años, y nuestros compañeros de XatakaHome también lo hicieron hace mucho tiempo.

Es evidente que usar mejores materiales en los cables hace que puedan ser más resistentes y nos duren más años sin que haya problemas, pero en la mayoría de casos la diferencia de precio entre unos y otros no es la que algunos fabricantes tratan de imponer: aquí el mensaje es claro: lo barato suele salir barato (o al menos no sale caro), pero lo caro puede salirnos muy, muy caro.

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