Pasé años sin monitorizar mi sueño pese a tener un reloj inteligente. Ahora comprendo su utilidad

Un Apple Watch cubre mi muñeca desde 2015. Todos los días desde entonces lo he llevado puesto, sin embargo, no todas las noches ha estado ahí. Al principio lo utilizaba para monitorizar mi sueño, pero llegó un momento en el que dejé de hacerlo: no le veía la utilidad, más allá de decir "anda, seis horas", "anda, siete horas". ¿Y qué? Preferí aprovechar las noches para cargarlo, ya que un pecado cronificado de este reloj es que su batería dura un día, no dos.

Hace algo más de un año, en un revitalizado interés por mejorar mi salud, volví a cargar el reloj durante el día para que por la noche monitorizase mi sueño. Y volver a esta costumbre, junto a algunas decisiones más, me ha hecho entender todo sobre la utilidad de este seguimiento.

Mucho más que "veamos cuánto duermo"

En el inicio de los tiempos pensé que llevar este registro en segundo plano me ayudaría a ser más consciente de mis carencias en cuanto a horas de sueño. Ver negro sobre blanco que mi promedio de horsa dormidas por noche está lejos del idóneo tal vez podría ayudarme a dormir más simplemente por tomar conciencia del problema. No era exactamente así, y muchos meses después todo seguía igual.

La diferencia la marcó el uso de aplicaciones que combinan miles de datos diarios registrados por el reloj, incluyendo al sueño como protagonista, de cara a examinar la condición física en tiempo real. En mi caso, esa aplicación es Athlytic, completísima y de suscripción. Un tiempo antes usé Training Today, mucho más simple y que no requiere suscripción. También está AutoSleep, que además de monitorizar el sueño hace este trabajo de reflejar nuestra condición física y tampoco requiere una suscripción.

Estas aplicaciones recogen datos de nuestra frecuencia cardíaca, la variabilidad de esa frecuencia cardíaca, las horas dormidas, la calidad de ese sueño, la actividad f´ísica realizada, nuestro pulso en reposo... Muchísimas información que cobija la aplicación Salud en el caso de iOS. Android tiene sus equivalentes, también en función de cuál sea el fabricante.

Luego las procesa y nos indica, cada una a su manera, cuál es nuestra forma física, nuestra capacidad para afrontar un esfuerzo en ese momento.

En el caso de Athlytic, da principalmente tres puntuaciones:

  • La recuperación, medida en un porcentaje. Un 100% significa que estamos completamente listos para un esfuerzo máximo. Por encima de un 66% nuestra recuperación es razonablemente buena. Por debajo del 50% no lo es, y por debajo del 33% el descanso debería ser nuestra única opción. Esta métrica es calculada combinando pulso en reposo y variabilidad de la frecuencia cardíaca.
  • El esfuerzo. Expresado del 0 al 10 y con un decimal, esta métrica calcula nuestro nivel de esfuerzo acumulado durante el día. Es calculada en función de la frecuencia cardíaca máxima de cada usuario y del tiempo que ha pasado en cada una de las zonas de frecuencia cardíaca.
  • Zona de esfuerzo objetivo. Un intervalo para el esfuerzo al que podemos llegar cada día, va en función de nuestra recuperación. Si vemos que nuestro esfuerzo de hoy va por el 4,2 y nuestra zona objetiva es de entre 7,5 y 8,5, significa que podemos hacer deporte (o simplemente caminar) hasta llegar a esa horquilla. Por encima, estaríamos sobreentrenando.

La recuperación es un pilar fundamental para esta aplicación, tanto por sí misma como para calcular la zona de esfuerzo objetivo. Sin la medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca durante la noche, mientras dormimos, este cálculo no sería posible. Así que solo por eso ya me compensa tener que llevar puesto el Apple Watch cada noche monitorizando el sueño.

Todas las siguientes capturas de pantalla son propias:

Athlytic mostrando el esfuerzo acumulado durante un día. En este caso, notablemente por encima de la zona de esfuerzo objetivo, señalada en verde.
Athlytic marcando el nivel de recuperación.
La gráfica de la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca a lo largo de un día en Athlytic.
Las horas de sueño de un día recogidas por AutoSleep y mostradas en Athlytic.

Training Today solo ofrece el equivalente a la puntuación de recuperación en un número del 0 al 10, con un decimal. Y AutoSleep integra un velocímetro de varios colores que nos indica esto mismo. No es tan claro ni completo como Athlytic, pero no pedir una suscripción a cambio es algo que verán con mejores ojos muchos usuarios.

El velocímetro de colores que usa AutoSleep para indicarnos nuestro nivel de descanso y recuperación de cara a acometer un gran esfuerzo físico.

Y todo esto, ¿para qué? Sobre todo, para tomar decisiones sobre esfuerzos deportivos con una información que las respalde, no solo por sensaciones. Si bien esa valoración subjetiva ("¿cómo me siento hoy?") es importante, todavía es mejor tener datos objetivos sobre los que asentar esa decisión. ¿Debería correr hoy 15 kilómetros, o dejarlo en 6? ¿Es buena idea que haga la ruta de 90 km con la bici, o me quedo en 30? ¿A qué intensidad puedo hacer mi entrenamiento de hoy?

Y a la inversa. ¿Por qué hoy no he podido recrear mi marca máxima? ¿Qué me ha pasado para quedarme a mitad en mi plan de entrenamiento? Ver los datos de recuperación y la zona de esfuerzo objetivo para el día nos ayuda a entender cómo está nuestro cuerpo. Hasta es información que podemos poner en una complicación dinámica en la esfera de nuestra reloj. Y así, optimizar el esfuerzo.

También hay utilidades en otro sentido como optimizar la alarma para que nos despierte durante una fase ligera del sueño, y de esa forma tener un amanecer menos brusco que si nos despiert durante una fase profunda. Pero es otra historia.

Tener que buscar un nuevo patrón de carga diario para el reloj es un peaje a pagar para los usuarios de un Apple Watch que los dueños de modelos de otras marcas verán como algo anacrónico. Pero sigue compensando tener información tan personal y útil directamente en nuestra muñeca.

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