La edad de oro de las series españolas: cada vez se produce más gracias a las plataformas y la TV de pago

España se ha colocado en el centro de la producción audiovisual mundial, pasando de crear 38 series en 2015 a 58 en 2018. El voraz apetito de los espectadores y la entrada de nuevos agentes han propiciado este crecimiento gracias al establecimiento de nuevas plataformas de 'streaming' como Netflix, Amazon o HBO, la renovada apuesta de los canales de pago liderados por Movistar, o el motor de la industria, las cadenas generalistas en abierto. El destino final de todos estos títulos ya no solo es el mercado local, sino que todos miran a Latinoamérica y el resto del mundo para colocar sus productos. ¿Cómo se está transformando la industria para asumir todos estos cambios? La respuesta final llegará en 2020.

Empezando por las cifras, y según el estudio de PwC 'La oportunidad de los contenidos de ficción en España', España creó 38 series en 2015, 40 en 2016, 45 en 2017 y 58 en 2018, como muestra el gráfico inferior. Lo que significa que la producción de series ha aumentado un 52,6% en estos cuatro años. Siguiendo esta tendencia, la consultora predice que en 2022 España producirá 72 series.

Evidentemente, la entrada de nuevos agentes en el escenario audiovisual patrio ha propiciado este aumento. El mismo estudio señala que las producciones realizadas por OTTs y empresas de telecomunicaciones, principalmente Netflix, Amazon, HBO y Movistar, han pasado de representar el 11% del total en 2017 al 31% en 2018. Y la inversión realizada en obras audiovisuales ha aumentado un 187% en el caso de las series, mientras que en el cine se ha estancado.

Alianzas entre los nuevos operadores y productoras españolas ya establecidas

Como apunta el nombre de este estudio, 'La oportunidad de los contenidos de ficción en España', el impulso de las plataformas de streaming puede marcar un antes y un después en el desarrollo de series. Entre nuestras ventajas competitivas destaca el bajo coste de la producción en España y su alta calidad en relación a otros países, hecho derivado del talento de primer nivel con el que contamos, la madurez de la industria local o el posicionamiento de nuestro contenido en el entorno global.

No obstante, los próximos años serán decisivos para determinar si nuestro país se convierte en un centro de producción mundial o se queda por el camino como explica Concepción Cascajosa, profesora de comunicación audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid. “Es verdad que, de pronto, como ocurre de vez en cuando en el mercado televisivo, hay un país que se ha puesto en el centro del tablero, en este caso España por diferentes motivos. Pero habrá que ver la capacidad que tiene de estandarizar eso más allá de cuatro o cinco series que tengan relevancia como 'Élite' o 'La casa de papel'”, señala.

“Es indiscutible que, en el sentido de la producción, las plataformas tienen un peso importante. Otra cosa es que se hayan introducido dentro de un modelo de producción ya existente. No han venido a reinventar la rueda porque la rueda ya está inventada y funciona. Solo hay que ver la manera en que están estableciendo acuerdos”, añade.

Muestra de ello es la primera serie de Netflix, 'Las chicas del cable', realizada por una productora tan exitosa como Bambú, factoría responsable de títulos como 'Gran Hotel' o 'Velvet'. Es más, según contó su cofundador, Ramón Campos, a Todo TV News, están trabajando con Movistar+, Amazon e incluso con Apple TV+. En definitiva, “HBO, Amazon y Netflix están buscando establecer vínculos con empresas ya establecidas y con un cierto bagaje. La industria tiene la capacidad de ir absorbiendo e incorporando nuevos operadores. Pero no parece que estén haciendo algo sustancialmente diferente”, añade Cascajosa.

Por eso, y porque las cadenas de televisión en abierto siguen dominando el sector, estas proyecciones debe ser cautas. Según el Anuario 2019 del Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva, el consumo televisivo tradicional se sitúa en 234 minutos por espectador y día, esto es, seis minutos menos que en 2017, pero todavía cerca de cuatro horas. Y la TDT continúa siendo el principal sistema de distribución de contenidos televisivos en España (75%), aunque la televisión de pago ha obtenido este año su mejor dato histórico (25%).

Eso sí, en lo que respecta a la inversión publicitaria, la televisión, el medio al que se dedica mayor dotación presupuestaria, experimentó un leve descenso del 1,3% frente al mismo periodo del año anterior; internet, en cambio, se consolidó como segundo medio con un incremento del 12,8%.

Siendo estos los datos de consumo nacional, el verdadero cambio de paradigma, en opinión de Cascajosa, es el siguiente: “las empresas españolas que están poniendo en marcha proyectos ya no solo piensan en los operadores españoles. Mediapro es un ejemplo claro con 'The Head', una serie de Jorge Dorado con actores y equipo español creada para Hulu Asia; o 'The Paradise', un drama criminal coproducido con la cadena pública finlandesa YLE, grabado en Fuengirola y protagonizado por Fran Perea, conocido allí por 'Los Serrano'. Internacionalmente son series que se van a vender muy bien, pero igual en España no las emite nadie. Como pasa con 'Hernán', una coproducción de [la mexicana] Dopamine y [la española] Onza para Amazon que no tiene ningún operador en abierto aquí”.

Series producidas en España y dirigidas al resto del mundo

De todo lo dicho se desprende que la industria audiovisual española está creciendo y reconfigurándose para asumir la demanda externa, pero los nuevos actores se están sirviendo de las estructuras preexistentes a través de acuerdos de coproducción. Sea cual fuere el resultado de estos movimientos, Madrid será la base de operaciones de estos cambios como se demostró el pasado mes de abril.

El día 2 el grupo Mediapro, uno de los mayores productores de televisión del continente, presentó The Mediapro Studio con el objetivo de multiplicar la cantidad, calidad y alcance internacional de los programas que producen. Entonces anunciaron 23 series ya en desarrollo.

El día 3 de abril Viacom International Studios, propietario de marcas televisivas como MTV, VH1, Nickelodeon, Paramount Channel o Comedy Central, anunció la apertura de dos nuevos centros de producción de contenidos globales. Desde Manchester crearán contenidos en inglés, pero desde Madrid producirán en español con Laura Abril a la cabeza. En mayo anunciaron nueve proyectos, entre los que se encuentran series con The Mediapro Studio, Atresmedia Studios y una coproducción con Turquía, la nueva reina de las telenovelas a nivel mundial.

El día 4 le tocó el turno a Netflix, que inauguró en Tres Cantos su primer gran centro de producción en Europa. Las instalaciones en la Ciudad de la Tele, un proyecto del grupo Secuoya, cuentan con 22.000 metros cuadrados, varios platós y unidades de postproducción. A los tres estudios de grabación operativos entonces, el gigante espera poder sumar a finales de 2019 otros dos. Entre la veintena de proyectos audiovisuales que están desarrollando en España, su objetivo es crear entre nueve y 11 series al año y cuatro y cinco películas.

Para rematar, el pasado mes de septiembre Telefónica y Atresmedia se unieron para crear una compañía de producción de cine y de series de televisión en español. La multinacional de telecomunicaciones y el operador audiovisual formarán, así, una 'joint venture' dispuesta a plantar batalla a todos los servicios extranjeros. Por cierto, precisamente Atresmedia es una de los grupos con intereses en abierto que más fuerte está apostando por el negocio digital con servicios de pago como Atresmedia Premium o el segmento juvenil Flooxer.

“Claramente se está produciendo un desplazamiento de la industria de la producción desde los operadores generalistas estatales hacia este tipo de plataformas, ya sea desde la televisión de pago tradicional, versiones digitales de las plataformas tradicionales o plataformas de vídeo bajo demanda global”, señala en este punto Cascajosa. “También es verdad que hay un factor relevante: este tipo de plataformas producen menos capítulos y más cortos. Pero no podemos pensar que cualquiera de los dos modelos va a ser hegemónico”, añade la profesora.

La televisión de pago planta cara a la 'tele' en abierto

En conclusión, aunque a día de hoy la televisión en abierto domine el mercado español, estos canales están empezando a sufrir descensos. De hecho, según las previsiones de PriceWaterhouseCoopers, a partir de 2022, la televisión de pago superará a los canales en abierto como se puede ver en el siguiente gráfico. La aportación de las OTTs todavía es nimia comparada con sus competidores, pero cabe señalar que tres de las 10 emisiones más vistas en 2018 del principal actor, Netflix, tienen factura española: 'La casa de papel', 'Élite' y 'Las chicas del cable'.

“Las OTTs ya han mostrado su interés en aumentar su producción de series y han comprometido presupuestos tanto a nivel global como en el mercado de habla hispana. En este sentido, España es un lugar interesante para la producción de contenidos. Y además se prevé la entrada de nuevos actores del sector tecnológico y el cine”, esto es Apple y Disney, “que entendemos seguirán la misma tendencia”, señalan Alberto Gutiérrez, director responsable de media y entretenimiento en PwC, e Íñigo Amezqueta, gerente del equipo de consultoría, sobre sus previsiones. “Al final, grandes éxitos globales sale uno de cada 100, pero este no tiene por qué ser el objetivo principal. Con un mercado de habla hispana tan grande como es el español y el latinoamericano esta producción tiene acceso a un mercado potencial lo suficientemente grande como para hacerla interesante”, añaden.

Es más, en otro de sus informes, el recién publicado 'Entertainment and Media Outlook 2019-2023', PwC asegura que en los próximos cinco años el sector de entretenimiento y medios crecerá en España un 3,8% en España, cuando alcanzará los 32.107 millones de euros. El vídeo OTT, los videojuegos y e-sports y la publicidad digital serán los segmentos que más crezcan en nuestro país de la mano de un usuario cada vez más activo, acostumbrado a la gratificación inmediata, a consumir contenidos bajo demanda y en búsqueda siempre de una experiencia totalmente libre e individualizada.

Pendientes quedan conversaciones como la necesaria mejora de los incentivos fiscales para atraer proyectos de mayor presupuesto; la directiva europea que obliga a todos los operadores digitales a ofrecer un 30% de catálogo del continente; la superproducción frente a la innovación en términos de lenguaje o narrativa; o las condiciones de los trabajadores del audiovisual, que difícilmente mejorarán cuando nuestra principal ventaja competitiva es el bajo coste. Pero esas son otras historias.

Imágenes | PwC, Netflix, Mediapro

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