Cuando los discos duros no son suficientes: si necesitas teras y teras de datos, atento a las cintas LTO

Son las grandes desconocidas. Poco excitantes, casi pertenecientes a otra era. Cassettes venidos a más, podría decirse. Son las cintas LTO (Linear Tape-Open), muy reconocidas entre las empresas por su necesidad de almacenar enormes cantidades de datos, y poco a poco el gran descubrimiento de los entusiastas del almacenamiento masivo.

Sus ventajas son obvias: el coste por terabyte es (como poco) unas tres veces inferior al de los discos duros, y además la longevidad de esas cintas es enorme: entre 25 y 35 años, frente a los 3-5 años que suelen garantizar los discos duros. Hablemos de las ventajas y de las desventajas de un medio de almacenamiento que comienza a ganar terreno entre usuarios finales.

Qué son las cintas LTO

Las cintas LTO (por Linear Tape-Open) con un medio de almacenamiento magnético que se desarrolló a finales de los 90 como alternativa abierta a sistemas propietarios que habían aparecido. El llamado LTO Consortium está controlado por HP, IBM y Quantum, que son los grandes adalides de esta tecnología muy presente en empresas.

El formato estándar de estas cintas es el llamado Ultrium, pero lo curioso es que la especificación LTO avanza continuamente: cada dos o tres años aparece una nueva generación. Actualmente estamos en la novena, conocida como LTO-9, aunque la mayoría de cintas y unidades disponibles aún aprovechan la octava generación (LTO-8) que debutó en diciembre de 2017.

Con cada generación se gana especialmente en capacidad nativa de almacenamiento y en velocidad de escritura. De los 100 GB  y 20 MB/s de transferencia de las cintas LTO-1 de 2000 hemos pasado a los 12 TB y 360 MB/s de LTO-8 y los 18 TB y 400 MB/s de LTO-9 (cercanos ya a las unidades SSD SATA).

Una curiosidad: los fabricantes suelen hablar de dos capacidades para las cintas, y juegan un poco aquí con las promesas: se estipula la capacidad nativa, pero también la capacidad si se usa compresión de datos. Eso es interesante para según qué casos, pero hay algunos tipos de contenido —como vídeo— que se prestan muy poco a ser comprimidos más allá de lo que ya lo hacen los códecs utilizados para codificarlos. Es por tanto recomendable fijarse en esencia en la capacidad nativa de las cintas, y no tanto en el dato de capacidad con compresión.

Hay además un compromiso con la compatibilidad hacia atrás de estas cintas: Normalmente las unidades de una generación permiten escribir con cintas de esa generación y una anterior, y leer al menos dos generaciones antereriores: si uno compra una unidad LTO-7, podrá escribir cintas LTO-7 y LTO-6, y leer cintas LTO-7, LTO-6 y LTO-5.

Esa norma de compatibilidad no siempre se cumple, y en las unidades LTO-8 no se soporta la lectura de cintas LTO-6 porque estas unidades dependen de cintas con tecnología de ferrita de bario y LTO-6 soportaba tanto esa tecnología como la de partículas magnéticas.

¿Qué ocurre con las generaciones anteriores? Pues que pueden seguir interesantes sobre todo por sus precios, que son aún más reducidos. No ya en las cintas, sino en las unidades, de las que hablaremos más adelante.

Si no necesitamos grandes velocidades de escritura y podemos sacar partido al coste por terabyte de esas cintas, pueden ser desde luego una opción para albergar grandes cantidades de datos a my largo plazo.

Las cintas tienen además una longevidad envidiable, y si se guardan en condiciones adecuadas los datos pueden durar (teóricamente) entre 25 y 35 años según los estudios. Hay otras ventajas adicionales, como el hecho de que hay un "interruptor físico" en las cintas que permite protegerlas contra escritura, evitando así sustos involuntarios.

Uno de los avances más relevantes en esta tecnología llegó con LTO-5 en 2010. Fue la primera generación en incorporar soporte para el sistema de ficheros LTFS. Esta tecnología permite a los sistemas operativos acceder a la cinta de forma similar a como se hace con discos o unidades flash convencionales, y permite por tanto que la conexión de unidades a todo tipo de PCs y portátiles con Windows, macOS o Linux sea sencilla.

A esa opción se unen otras como la citada compresión —tiene su propio método, LTO-DC—, tecnología WORM (una sola escritura, protección ante borrados accidentales o intencionados), cifrado o, cómo no, particionamiento.

Cintas muy baratas, unidades muy caras (y algo ruidosas)

Es posible encontrar una cinta HP LTO-8 Ultrium de 12 TB de capacidad (hasta 30 TB con compresión, afirma el fabricante) por apenas 90 euros. Un disco duro con esa capacidad ronda fácilmente los 300. Esa ya es una primera señal de lo que nos podemos encontrar en un mercado sorprendente.

La tecnología LTO requiere una fuerte inversión inicial, pero a la larga, si necesitamos muchos, muchos terabytes, sale a cuenta. Fuente: Ben Jojo.

El coste por terabyte es claramente inferior al comparar un disco duro con una cinta LTO-8, pero la cosa va aún más allá con cintas de anteriores generaciones, que son aún más baratas. Si necesitas enormes cantidades de datos, ese apartado desde luego hace que esta tecnología sea muy rentable... a la larga.

¿Por qué a la larga? Porque aunque las cintas hacen que el coste por terabyte sea muy bajo, las unidades de lectura y escritura son muy caras. Es fácil que una unidad LTO-8 no baje de los 3.500 euros, lo que hace que la inversión inicial sea muy importante. Hay varios tipos, pero se recomiendan las externas por ser más fáciles de usar y porque las internas son algo más delicadas con el apartado de la refrigeración.

Es lo que apuntaba precisamente un usuario que llevaba tiempo apostando por estos medios de almacenamiento, que usaba en Linux. Él mismo ofrecía una calculadora que permitía estudiar la rentabilidad de estas inversiones, y según sus datos las cintas LTO salen a cuenta cuando necesitamos más de 150 TB de datos.

Hay otro elemento que puede ser molesto para usuarios finales: las unidades hacen ruido. No ensordecedor, pero sí claramente audible, algo que el mismo mostraba con un pequeño audio y que también se puede ver en otros análisis independientes.

Sonido de una cinta LTO funcionando.

Este usuario contaba además cómo hay cierta degradación en cintas y unidades, que con el tiempo pueden almacenar menos datos o hacerlo con menor velocidad.

Aún así el interés por este tipo de almacenamiento, que es muy popular en empresas, comienza a extenderse a los usuarios finales. La comunidad del subreddit r/DataHoarder es un buen ejemplo —hablan de muchas otras cosas, pero LTO tiene allí cabida—, y hay una guía de iniciación (en inglés) a la tecnología LTO en otro subrredit que es otro buen recurso para informarse. Ya sabéis: si necesitáis teras y teras de información, quizás esta no sea mala opción en absoluto.

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