Microsoft sumergió un centro de datos en el fondo oceánico, tras dos años dicen que falló sólo una octava parte que uno en tierra

En junio de 2018 Microsoft anunció uno de sus proyectos más curiosos: Project Natick. La idea era sumergir un centro de datos con 864 servidores en el fondo del océano para ver si es más fácil mantenerlo ahí que en la superficie. Dos años después lo han sacado de nuevo a superficie una vez el experimento ha finalizado. Y parece ser que ha sido todo un éxito.

Cuando almacenamos "en la nube" o "en Internet" nuestros datos en realidad todos acaban en algún tipo de servidor físico que una gran compañía mantiene, en este caso Microsoft. Pero mantener dichos servidores no es tarea fácil y distintas ideas se han desarrollado para mantenerlos estables o perseverar los datos. Otro ejemplo curioso precisamente también de Microsoft es el que han llevado a cabo para guardar una copia de seguridad de GitHub para los próximos 1.000 años: guardarlos en el Ártico.

Sumergir centros de datos resulta ser una gran idea

Volviendo al centro de datos sumergido bajo el agua, Microsoft ha anunciado que finalmente lo han sacado de nuevo a la superficie. El centro de datos ha estado sumergido a unos 35 metros de profundidad en el fondo del océano durante aproximadamente dos años. Ahora revelan algunos detalles sobre por qué consideran que el experimento ha sido un éxito y qué han podido descubrir gracias a ello.

El equipo de Microsoft detrás del proyecto planteó la posibilidad de que debajo del agua un centro de datos sería más estable y energéticamente eficiente. Es decir, un centro de datos en tierra está expuesto a muchos más factores externos de los que se pueden dar en el fondo del mar. Por lo tanto, en principio se requiere más mantenimiento y consumo de recursos para ellos. El experimento viene a confirmar en cierto sentido esto. Microsoft al mismo tiempo que sumergió este centro de datos debajo del agua puso en marca otro prácticamente idéntico en condiciones en la superficie. Ahora han sacado comparativas.

Según Microsoft, el centro de datos de debajo del agua solamente sufrió una octava parte de fallos con respecto al que se encontraba en tierra firme. Los centros de datos en la superficie normalmente se deben enfrentar a problemas como la oxidación, la humedad o el control de la temperatura al variar esta considerablemente durante el día y la noche o las estaciones. En cambio, debajo del mar la temperatura se mantiene de forma más constante y la cápsula que lo contenía estaba herméticamente cerrada al exterior.

La parte negativa, claro, es conseguir reparar un centro de datos a metros de profundidad en el agua. Porque también falla, una octava parte en comparación según Microsoft, pero falla. A pesar de esto, dicen que es energéticamente más eficiente y que se trata de una excelente idea para colocar centros de datos en zonas costeras que tengan una masa de agua considerable cercana.

El siguiente paso para Microsoft es demostrar ahora que estos centros de datos se pueden recuperar fácilmente, reciclar o cambiar por otros nuevos una vez llegan al final de su ciclo de vida útil. No sería nada extraño ver cada vez más servidores sumergidos bajo el agua, aún más lejos de la metafórica nube a la que estamos acostumbrados.

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