Cuando la biblioteca de la universidad renuncia a tener libros (impresos)

Que hace unos años hubiera sido noticia que una bibloteca universitaria debutaba se estrenaba sin una colección de libros habría sido terrible: mala coordinación, falta de presupuesto... Sin embargo, a día de hoy no nos resulta tan raro con la expansión de los formatos electrónicos. Este curso debuta una nueva universidad pública en Estados Unidos, la Florida Polytechnic University, con esta idea en la mente.

Su biblioteca difiere mucho de la de otras universidad. Sus salas no están rodeadas de estanterías llenas de libros sino que nos encontraremos con 30 ordenadores, doce portátiles y doce tablets que servirán para que cualquier estudiante de esta facultad pueda consultar un catálogo de más de 135.000 libros digitales.

135.000 libros en su catálogo y creciendo

Está claro que el objetivo de la FPU pasa más por ofrecer la información pura y dura más que por preocuparse de tener copias en papel, algo que en el caso de una universidad puede resultar un problema cuando varias personas necesitan el mismo libro para poder estudiar o investigar. De momento este primer curso comienzan con un presupuesto de 500.000 dólares.

Resulta curioso ver cómo de esos 500.000 hay una partida de 60.000 destinada a un programa de adquisición para comprar libros adicionales. A través de el cual tanto la universidad como los alumnos pueden adquirir, para el catálogo, aquellos libros que no están en la colección. Consultarlos por primera vez es gratuito pero luego se pagan con el dinero destinado para tal fin.

Aunque el catálogo es bastante completo, de momento no se puede acceder a la base de datos de las universidades estatales de Estados Unidos. Teniendo en cuenta que este servicio público cuenta con seis millones de libros diferentes es una pena que se quede fuera. La solución parece complicada ya que las licencias de estos libros se crearon antes que la universidad y por tanto habrá que cambiar todas para que los alumnos de la FPU pudieran utilizar ese contenido.

Además de los 135.000 libros se ha incluido también acceso a diferentes bases de artículos científicos como la IEEE, EBSCO, Cambridge, Oxford o Sage entre otros. Como bien hemos dicho, se trata de una biblioteca sin libros. Sin embargo, los fundadores de esta facultad se han encontrado con un pequeño problema: han heredado 14.000 tomos en papel.

La mitad han sido donados por una biblioteca de la zona, la Florida Industrial Phosphate Research Institute Library mientras que la otra parte viene de la universidad politécnica USF que cerró sus puertas este mismos verano. De momento estarán guardados en el archivo pero no parece que vayan a estar disponibles para los alumnos de momento.

Un proyecto bonito que veremos con el tiempo si realmente supone una alternativa útil a tener los manuales en papel en la biblioteca. El catálogo es grande pero queda por ver si la forma de consultar el contenido es cómoda y práctica. Como curiosidad decir que el edificio, lo tenéis unas líneas más arriba, ha sido diseñado por Santiago Calatrava y ha tenido un coste de 60 millones de dólares.

Vía | Library Journal

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