Chumby: a fondo (I)

Tras el desempaquetado del Chumby hemos estado probando este inclasificable dispositivo durante unos cuantos días y hemos ido descubriendo todas las posibilidades que nos ofrece.

Como hay muchas cosa que contar sobre él, vamos a dividir este análisis en diversas partes. Primero contaremos el funcionamiento del Chumby, luego veremos ejemplos de los widgets que nos ofrecen y, finalmente, os lo mostraremos en vídeo.

Para empezar, diremos que nos ha encantado el Chumby, aunque tiene una serie de pegas que lo limitan un poco y que, de solucionarlas, lo convertirían en un gadget ideal. Pero todo a su debido tiempo.

El Chumby no deja de ser un pequeño ordenador metido dentro de una "funda" acolchada. Su pantalla es táctil, con un tamaño de 3.5 pulgadas y, desde ella, controlaremos la mayoría de sus funciones. Su procesador es un ARM a 350 MHz y dispone de 64 MB de RAM y 64 MB de memoria flash. Incorpora un acelerómetro y un botón en la parte superior, similar al de un despertador.

La conectividad se realiza por Wi-Fi e incluye un par de puertos USB en los que podremos conectar dispositivos. Todo esto va controlado por Linux y por un interfaz gráfico propio en el que se ejecutan los widgets, pequeños programas que realizan distintas funciones.

En primer lugar, sorprende que el Chumby no disponga de batería. Es necesario tenerlo siempre conectado a la corriente, lo cual es una lástima ya que por su tamaño es ideal, no para llevarlo de viaje, pero si para moverlo de un lado a otro de casa, dependiendo de donde nos encontremos.

Una vez activado y puesto en marcha es necesario configurar los widgets que queremos visualizar en él. La tarea es muy sencilla, pero puede ser fatigosa, por la gran cantidad de ellos disponibles. Este proceso se realiza desde la página web de Chumby, de una forma muy intuitiva.

Simplemente debemos seleccionarlos de una lista y configurar los distintos parámetros, como el tiempo que queremos que permanezcan en pantalla o la dirección de donde han de descargar datos. También podemos cambiar el orden en que se muestran simplemente arrastrándolos en la pantalla.

En el Chumby no tenemos que hacer nada, ya que él se actualizará automáticamente, gracias a la conexión Wi-Fi. Una vez configurado ya podemos comenzara disfrutar de él.

Si no tocamos nada se irán reproduciendo los distintos widgets uno tras otro, en el orden y con la duración indicadas. Si pulsamos el botón superior accedemos al panel de control, donde podemos seleccionar un widget en concreto, programar la alarma, acceder a la música,...

Vemos, por tanto, que el funcionamiento es simple e intuitivo. En la próxima parte de este análisis veremos cuales son las funciones que puede realizar el Chumby y las posibilidades que nos ofrece.

Más información | Chumby.

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