¿Qué poner en tu salón?

En el terreno de los ordenadores de sobremesa, los más comunes son las torres de tipo ATX, ya sean en formato semitorre o gran torre, aunque con el paso del tiempo y la miniaturización de la tecnología cada vez son más los ordenadores que tienden a reducir sus dimensiones, cosa lógica por otra parte.

Al menos son dos los ejemplos en los que las pequeñas dimensiones vienen acompañadas por un buen diseño: El Asus Eee Box, el Eee de sobremesa sobre el que hablamos el otro día; y el Mac Mini, que lleva en el mercado desde enero del 2005 pero que nadie parece haberle hecho mucho caso (los primeros los de Cupertino, que no lo actualizan decentemente desde tiempos inmemoriales).

El nexo que estos dos ordenadores tienen en común es que aúnan reducidas dimensiones y bonito diseño, lo cual es sin duda perfecto para los que buscamos un ordenador con la potencia justa y que no sea horroroso. Pero, ¿realmente son lo mejor para el salón?.

En los últimos años, los ordenadores están teniendo un pequeño hueco en el salón. Los más comunes son los miniordenadores, como los que hemos comentado anteriormente y con los que también podemos encontrar los barebones.

Junto con los miniordenadores, también es bastante común encontrar discos duros multimedia, que son símplemente dispositivos de almacenamiento externo en los que guardar información de audio, vídeo o incluso fotografías para poder reproducirlas en la televisión.

¿Es más útil un miniordenador o un disco duro multimedia?. Desde el punto de vista del número de tareas que permiten realizar, el miniordenador gana de calle. Si equipamos a ese dispositivo con una conexión WiFi (o si tenemos la posibilidad de concetarlo por cable, mejor), una potencia suficiente como para mover películas en FullHD (1920x1080 píxeles) sin problemas, y un sistema orientado a tareas multimedia, entonces tenemos un ordenador en el salón. Con él podremos hacer todas las tareas que realizamos con el disco duro más un plús: navegar por Internet, utilizarlo como servidor de descargas o videojuegos, por ejemplo. Y todo en el salón, claro.

Por otro lado, los discos duros multimedia tienen la ventaja de que son más baratos y mucho más fáciles de elegir y de utilizar, al tener un conjunto de utilidades mucho más concretas. Con ellos podremos ver el contenido almacenado o grabar de la televisión, por ejemplo, y todo a golpe de mando: con un par de simples operaciones mediante el mando a distancia, algo ya impresindible en estos aparatos. En este grupo podríamos incluir el Apple TV, que no está teniendo el éxito que se esperaba y que a mi no termina de convencerme por una razón: no permite grabar de la televisión.

Pero los miniordenadores ahora ya no son simples cajas negras. El diseño está poco a poco metiendose en los miniordenadores y barebones, haciendo que ese dispositivo no desentonce con el color del suelo, de la madera del mueble o de las cortinas. Y esto es, para mucha gente, algo muy importante.

El precio es otra de las ventajas de estos dispositivos. En la gran mayoría de casos, los miniordenadores tienen precios bastante asequibles, y por unos 500 euros no es dificil montarse un muy buen ordenador pieza a pieza.

Por ejemplo, el MacMini sale a partir de 479 euros, un precio exagerado para un dispositivo que la última vez que se renovó fue en agosto, con actualizaciones bastante menores que no lo convierten en el ordenador multimedia definitivo. A pesar de que a mi me parece precioso y de que existan guías para convertirlo completamente al fin multimedia.

Para dentro de poco estamos esperando al Eee Box, más concretamente se dice que el 3 de junio. Dicho ordenador será, en principio, algo más barato, e integrará un microprocesador Intel Atom y sistema operativo Linux, lo cual es desde mi punto de vista un ahorro de recursos muy importante, ya que existen soluciones muy buenas para Linux y totalmente gratuitas.

El Eee Box será una de las mejores opciones para combinar un buen precio, unas decentes características y un diseño coqueto, todo en el mismo dispositivo, claro. A ver cuál es el precio final, porque si ronda los 300 euros (en la línea de los portátiles Eee), será sin duda una de las mejores opciones.

Otra muy buena opción es montarte el ordenador por tu propia cuenta. Existen varios fabricantes que tienen en su catálogo cajas exclusivas para miniordenadores para el salón, perfectas para la tarea que le vamos a realizar y, en muchos casos, con el mando a distancia incluido.

Sería la otra forma de construirte un buen ordenador para el salón, pero también hay que saber qué comprar. Eso es harina de otro costal y no vamos a comentarlo a fondo en esta entrada, pero la composición básica de ese ordenador sería equivalente a la de un sobremesa clónico, aunque con otros fines: algo de reducidas dimensiones, no con una potencia excesiva pero que sí nos permita no tener problemas en la reproducción de vídeo en altas definiciones, con una entrada de audio, un disco duro de alta capacidad, y un sistema de refrigeración que no parezca un motor Rolls de un avión.

Llegados a este punto, y para concluir esta entrada, es necesario dividirse en dos puntos:

  • Aquellos que saben medianamente cómo funciona un ordenador, y qué parámetros seguir para elegir las diferentes piezas para construirse uno: entonces, yo me iría a por un barebone clónico. Te puede salir algo muy interesante, no muy caro, y sobretodo lo personalizarás a tu gusto.
  • Si por el contrario, tus conocimientos en este campo son algo limitados y no sabes realmente la diferencia entre bit y Byte, o si no tienes ganas de andar pensando qué componente es óptimo para determinada tarea, yo me iría a por algo ya construido: Los Mac Mini llevan Mac OS X, pero dicho sistema no está tan orientado al salón como un Windows Home Server o un Linux de los que hablábamos anteriormente. Yo me esperaría a ver cómo sale el Eee Box, o sino optaría por una de las diferentes opciones de otros fabricantes.

Imágenes | Flickr, Flickr,

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