Pioneering Spirit: el mayor barco de construcción del mundo es una mole hipertecnificada para la alta mar

Si hubiera un título de “forzudo de los mares” el buque Pioneering Spirit sería un serio candidato. Serio y difícil de batir. La compañía Allseas reivindica que su criatura es el navío de construcción más grande del mundo y hay quien va más allá y lo señala como la mayor embarcación por arqueo bruto. Tamaño necesita desde luego para realizar su tarea: instalar y retirar enormes estructuras en alta mar, como plataformas petroleras, plantas para extracción de gas o pesados oleoductos.

Gracias a su diseño es capaz de transportar y manejar enormes topsides, las cabezas de las plataformas offshore que lucen por encima del agua y sobre las que se distribuye el equipamiento. Allseas asegura que sus vigas elevadoras le permiten trabajar con estructuras de hasta 48.000 tn.

Otro de los elementos que suele mover durante sus misiones son los jackets, grandes piezas también encargadas de soportar el peso de los topsides en alta mar. Cuando le toca lidiar con una, el Pioneering Spirit es capaz de levantar de una tacada armazones de unas 20.000 toneladas.

Objetivo: acortar los trabajos en alta mar

¿Para qué semejante músculo? Sencillo: para simplificar las operaciones que se hacen en mitad del océano y trasladar el resto, como el desmantelamiento de una plataforma petrolífera, a naves donde resulta más fácil operar. “Reduce significativamente la cantidad de trabajo en alta mar, trasladándolo a tierra, donde es más seguro y rentable”, explican desde la firma Allseas.

Su primera misión al poco de abandonar el astillero consistió de hecho en eliminar una enorme plataforma de 13.500 tn en el campo petrolífero de Yme, en el Mar del Norte, cerca de Noruega, y no mucho después se atrevía con la plataforma Brent Delta de Shell, de 24.000 toneladas.

Otras de las misiones con las que demostró su capacidad fue la instalación de un enorme topside en 2018 para Equinor o tuberías de 32 pulgadas —0,8 metros— a 2.200 m de profundidad, operación que completó en 2017 en el Mar Negro avanzando a un promedio de cinco kilómetros por día.

Si puede completar hazañas así es en gran medida por su diseño, similar al de un gigantesco catamarán con forma de trineo. Pioneering Spirit es un buque con doble casco, 382 m de eslora y 124 de manga. En la proa tiene una apertura en forma de “U”, una amplia herradura de 122 m de largo y 59 de ancho que le permite moverse alrededor de una plataforma. Gracias a ese peculiar diseño y un “arsenal” de ocho potentes vigas elevadoras es capaz de manejar los topsides.

Para la retirada e instalación de jackets incorpora en la popa dos vigas de 170 m de largo que pueden girar sobre bisagras. “Los sistemas de elevación se complementan con una grúa especial de 5.000 tn para izamientos adicionales, como cubiertas y jackets más ligeros, módulos y puentes”, comenta la compañía. A mediados del año pasado, después de haber eliminado estructuras en Morecambe Bay, calculaba que había trabajado ya —entre diferentes labores— más de 200.000 toneladas de materiales, trasladándolos a tierra para que se encargaran de manejarlos.

El buque dispone además de ocho generadores diésel que le proporcionan una potencia de 95 MW, alcanza los 14 nudos y se tiene en cuenta las vigas de elevación basculante y su “aguijón” de popa, además de los 382 m de eslora, su longitud total se extiende a 477. Su capacidad de elevación de la parte superior es de 48.000 tn y la de la estructura diseñada para jackets de 20.000 tn repartida en seis bloques con capacidades individuales de 5.000. A bordo pueden ir 571 tripulantes.

El buque tiene también una historia casi tan peculiar como su ficha técnica.

El navío se fabricó entre 2011 y 2014 en el astillero DSME (Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering), en Corea del Sur, y empezaba a operar en alta mar en 2016. Aunque sus datos y misión son lo que más impresionan, durante un tiempo la atención se centró en su nombre.

Sus promotores querían bautizarlo Pieter Schelte en un guiño al padre del propietario de Alsseas, figura destacada del sector. Los vínculos de Schelte con las SS durante la Segunda Guerra Mundial llevaron sin embargo a la empresa a decantarse por otro más impersonal: Pionerring Spirit.

El navío sigue aún dando servicio a plena máquina. Hace un año trascendía que EnQuest había contratado a Allseas para que lo usara en la retirada de las partes superiores de una plataforma del Mar del Norte, donde se encargaría de elevar topsides modulares de 13.000 tn, y este mismo otoño se desvelaba también que acometerá labores de tendido de tuberías de gas natural para BP.

Una misión más para este gigante de los mares.

Imágenes: Allseas

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