Teléfonos móviles, los futuros ordenadores personales

Hace poco, un ilusionado lector, comentaba en una noticia que el futuro de la informática estará almacenado en nuestro teléfono móvil. Y me gustó su idea, que ya hemos comentado alguna vez en este blog.

No estamos hablando de la desaparición del ordenador, sino de un traslado de esa potencia al bolsillo, al teléfono móvil, si es que lo vamos a seguir llamando así. De esta forma, cuando llegamos a casa o la oficina, simplemente tendremos que conectar el teléfono a una pantalla de sobremesa y usar un teclado por bluetooth para escribir. Incluso la proyección de la pantalla o el teclado no quedan muy lejanas en el tiempo.

Con todo digitalizado y conectado a Internet, almacenado de forma descentralizada, y con las aplicaciones convertidas en servicios online, dispondremos de todo donde y cuando queramos. Pero ahí entrará en juego lo más importante, la experiencia de usuario, que haga que cualquiera pueda usar uno de esos teléfonos del futuro. Y no solo hablo de los nativos digitales, que no deberían tener problemas en este futuro que pintamos este mes de agosto, sino de los actuales usuarios.

Además de la experiencia de usuario, necesitamos que se vayan dando otros pasos relacionados con la duración de las baterías (energías alternativas, gadgets que se cargan con nuestro movimiento, pilas de combustible) y por supuesto, la conectividad, no solo en facilidad de interconexión entre dispositivos, sino en ancho de banda, de calidad y precio asequible.

¿Somos demasiado optimistas los que pensamos así?

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