Dieta mediterránea y servicio de atención primaria: así hemos llegado a ser el país más saludable según Bloomberg

2019 se va cerrando con la noticia aún fresca de que España, según Bloomberg, es el país más saludable del mundo. Según los datos de la OMS, efectivamente, tenemos una de las mayores esperanzas de vida de nuestro pequeño planeta. ¿Cómo hemos llegado hasta ahí?

Estos datos son curiosos, cuanto menos, si recordamos que en España el 25% de la población es obesa o tiene problemas de sobrepeso, por ejemplo, según un reciente estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). La sanidad pública, junto a la dieta mediterránea parecen estar en el centro de la valoración.

Qué dice el índice Bloomberg

El pasado febrero, la gigantesca asesora financiera, Bloomberg, publicaba como cada año su Healthiest Country Index, un índice que recoge los datos de 169 países y compara diversas variables que, según la compañía, "contribuyen a la salud en general" de cada país. En este mismo índice, España se encontraba en el sexto puesto en 2017.

Sin embargo, en 2019 hemos adelantado todos los otros "contendientes", incluyendo Italia, que ostentaba el primer puesto. En el índice de Bloomberg, actualmente, estamos los primeros, seguidos de nuestro vecino mediterráneo y Japón, en tercer lugar. Entre los países menos saludables están naciones con economías en desarrollo o empobrecidas, incluyendo Haití, Afganistán o el Yemen.

Para obtener este ranking, explican desde Bloomberg, se tienen en cuenta diversos tipos de factores que van desde los hábitos de alimentación a los factores de salud de carácter administrativo. En España, por ejemplo, datos como una alimentación basada en la dieta mediterránea o un servicio de atención primaria gratuito y de gran calidad son factores determinantes.

¿Cómo hemos llegado a ser el país con más esperanza de vida?

Curiosamente, el índice de Bloomberg coincide en cierta manera con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la esperanza de vida. Según los últimos datos, en España contamos con una de las más altas del mundo. Esta estaría en torno a los 85 años, aunque de los datos publicados en el pasado abril se puede suponer que llegamos hasta los 86. Los datos del INE, sin embargo, no son tan halagüeños y rebajan la media hasta los 83, lo que nos deja en un nada despreciable tercer lugar a nivel mundial. ¿Cómo hemos podido adelantar, según Bloomberg, a los italianos o japoneses?

Los dos puntos clave, según la financiera, están en el estilo de vida y en nuestro sistema de atención primario, dos factores independientes pero unidos. En cuanto al primero, la alimentación juega un factor esencial.** La dieta mediterránea es uno de nuestros orgullos en cuanto a salud**. El análisis subraya los beneficios de la dieta mediterránea y el papel del aceite de oliva virgen extra y los frutos secos en la salud. Según el estudio Predimed, la dieta mediterránea conlleva menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de mortalidad en el mundo, lo que reduciría hasta un 50% de las enfermedades que más afectan a los españoles. Las actividades que promueven la reducción del sedentarismo son un complemento necesario y recurrente en España según los datos.

La atención primara en España es otro de esos puntos. A pesar de que nada es perfecto, nuestro sistema de atención sanitaria se cuenta entre los mejores del mundo, tal y como recogen investigadores como Fernández Díez, del Instituto de Formación Sanitaria. Para Bloomberg, tanto por la eficiencia como por la calidad y cantidad de servicios cubiertos de forma sistemática por el Estado, el servicio español se cuenta como un factor determinante, especialmente si lo comparamos con Italia. A pesar de ello, para expertas como Alba Santaliestra, presidenta del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón, podría ser aún mejor si se dedicase más esfuerzo a la prevención que al tratamiento.

La combinación de un estilo de vida mediterráneo con un buen sistema de prevención podría ayudarnos no solo a mantener el puesto otorgado por Bloomberg, sino también a a mejorar sustancialmente nuestra esperanza de vida. Precisamente, hace apenas un año, un estudio de la Universidad de Washington afirmaba que los españoles alcanzaríamos la mayor esperanza de vida, los 85,8 años, tres por encima de la media mundial, en 2040. A pesar de que muchos datos apuntan en la misma dirección, existen, sin embargo, otras cuestiones que llaman la atención sobre España como país más saludable del mundo.

La obesidad en aumento: ¿de verdad somos los más sanos?

En 2016, las diez principales causas de muerte prematura en España fueron, por orden, la cardiopatía isquémica, el alzhéimer, el cáncer de pulmón, el accidente cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, el cáncer de colon y recto, el cáncer de mama, el suicidio, otras enfermedades cardiovasculares e infecciones respiratorias inferiores. En el país convive un 25% de la población afectada por la mayor epidemia que existe ahora mismo: la obesidad.

Los estudios apuntan a que en España el sobrepeso está creciendo a un ritmo muy similar al de Estados Unidos. Durante el pasado XXIV Congreso Mundial de la Federación Internacional de Cirugía de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas, los expertos no dudaban en advertir de este hecho que va en aumento.

Poco después, un estudio publicado por la Revista Española de Cardiología, y liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, apuntaban que el 80% de los hombres adultos presentará obesidad o sobrepeso el año 2030. El estudio también estima que en el año 2016 había en España unos 24 millones de personas con exceso de peso, un 70% de los hombres y el 50% de las mujeres. Este estudio, indican los autores, se trata de la revisión más actualizada disponible, a partir de medio centenar de artículos publicados anteriormente.

¿En qué quedamos, entonces? ¿Somos o no somos el país más saludable? En primer lugar, hay que entender que el índice de Bloomberg es eso mismo, un índice particular de una gran compañía (experta financiera, desde luego, pero particular), por lo que toman sus datos y variables de forma subjetiva. Es más, es curioso ver entre sus variables datos de comportamiento y previsión económica, como puede ser la valoración sobre el sistema primario de salud, pero dándole un peso tan efímero a la información epidemiológica sensible como es el crecimiento de obesidad en España.

Por otro lado, hablamos de previsiones y de estimaciones, datos que, en cualquier caso, no son deterministas (ni determinados). ¿Quiere decir que este análisis está mal? No, al igual que tampoco lo están los análisis que parecen contradecirlo. Lo único que podemos saber con seguridad es que hablamos de analíticas muy complejas, con multitud de variables y que solo podemos tomar este índice como un indicador más, puntual, que podría cambiar a la luz de nuevos datos y rápidamente, según el análisis que se aplique.

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