¿La solución a la injusta remuneración de músicos con el streaming? La teoría de la "sgaeización" mundial

Si te gusta la música, es probable que hayas usado algún tipo de servicio de música en streaming, un servicio que representa más de la mitad de los ingresos de la industria musical en el Reino Unido, aportando más de 1.000 millones de libras en el último año.

Mientras que las tres principales discográficas (Sony, Universal y Warner) presentan beneficios récord, una encuesta de The Ivors Academy, la sociedad de autores británica, llegó a la conclusión de que ocho de cada diez creadores de música ganan menos de 200 libras al año por streaming. Según un informe, los artistas ganan de media sólo 0,009 libras por reproducción en streaming.

El gobierno del Reino Unido está llevando a cabo una investigación oficial sobre la música en streaming, buscando una forma de que sea más justo y de que los músicos y compositores puedan obtener más beneficios. Entre los artistas que han aportado pruebas de esta disparidad se encuentran Ed O'Brien de Radiohead, Guy Garvey de Elbow y el legendario artista de música disco Nile Rodgers, mientras que Jimmy Page de Led Zeppelin también publicó una carta mostrando su apoyo.

La cantautora Nadine Shah también ha testificado en la investigación, afirmando que hay artistas y compositores pasándolo mal para pagar el alquiler. La investigación también se hizo eco de cómo Fiona Bevan, que ha escrito canciones para One Direction y Lewis Capaldi, solamente ha recibido 100 libras en conceptos de derechos de autor por co-escribir una canción del último álbum de Kylie Minogue, Disco, número uno en ventas.

Sin embargo, podría haber una manera de hacer que el streaming funcione para los artistas: si se pareciera más a la forma en la que los artistas ya ganan dinero cuando sus canciones suenan en la radio.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La industria musical siempre ha supuesto más beneficios para las discográficas que para los artistas y, ahora que el streaming es la principal forma de consumo de música, los artistas reciben aún menos dinero.

Los servicios de música en streaming como Apple Music o Spotify ganan dinero con las suscripciones y la publicidad, llegando a acuerdos con las discográficas para tener acceso a las canciones. Las plataformas se quedan con cerca del 30% de los ingresos por streaming, el 15% va a parar a las sociedades de gestión de derechos de autor, mientras que la discográfica se queda con el 55% restante. De ahí la discográfica para un porcentaje a los artistas tras haber devuelto lo que las discográficas hayan invertido en ellos.

Pero mientras que los artistas reciben dinero cada vez que sus canciones suenan en la radio, los servicios de streaming no funcionan de la misma manera. Esto se debe a que la radio está considerada como una retransmisión "pasiva", lo que significa que la música no es seleccionada por el oyente. Por otro lado, el streaming está considerado como una retransmisión online: la gente elige canciones y las escucha en su tiempo libre.

Pero una parte importante de las plataformas de música en streaming son las listas de reproducción que la gente escucha de forma similar a la radio. Es un tema que se complica aún más, puesto que hay personas que realmente ganan dinero creando listas de reproducción. Sin embargo, ni los usuarios ni los artistas conocen los acuerdos para poner determinadas canciones en dichas listas de reproducción.

Como parte de las pruebas que he proporcionado a la investigación del gobierno británico, recomendaría que los creadores de listas de reproducción fueran considerados como influencers y por tanto deberían estar regulados según el organismo que se encarga de regular la publicidad de la misma manera que las publicaciones promocionales están reguladas en las redes sociales.

Una posible solución

Tal y como explico en mi libro, Copyright in the Music Industry (Derechos de autor en la industria musical), se supone que la ley de derechos de autor garantiza que los creadores reciben una remuneración por su trabajo, lo que les permite seguir creando y difundiendo dicha creatividad, beneficiando a la sociedad en su conjunto.

Mientras que la industria musical y los servicios de streaming se benefician de la difusión de la música, los derechos de autor no están ayudando a artistas y compositores. Pero por suerte los derechos de autor no son inamovibles y las leyes pueden cambiarse donde no funcionan: pueden ser actualizadas para adaptarse a las nuevas tecnologías y ahora hace falta ajustarlas a la retransmisión de música.

Una solución que podría ayudar a los músicos en apuros sería una "remuneración equitativa" por la retransmisión. Una sociedad de recaudación independiente cogería una parte de los derechos de las discográficas y los distribuiría entre los artistas por las reproducciones de sus canciones, al igual que ocurre cuando una canción suena en la radio y el dinero iría a parar directamente al bolsillo de los artistas. Es algo parecido a lo que ocurre en otros países como España y los Países Bajos.

Esto permitiría que los artistas fueran remunerados de una forma más justa, algo de vital importancia, puesto que sin unos ingresos justos, muchos artistas no podrían vivir de la música. Dicho cambio no es solamente necesario para los artistas, sino para que la música en sí sobreviva.

Autora: Hayleigh Bosher, profesora titular de Derecho de la propiedad intelectual en Brunel University London.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.

Traducido por Silvestre Urbón.

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