Las pirámides poblacionales de cada país del mundo, plasmadas en estas fascinantes esculturas

Nada define mejor la naturaleza de un país que su estructura demográfica. A partir de ella es posible explicar y entender todas sus demás variables. Desde la economía hasta la política, pasando por la historia o los cambios sociales, la pirámide poblacional de un estado es una foto siempre en movimiento de su pasado, presente y futuro. La de España, por ejemplo, habla de un país progresivamente envejecido y modernizado sobre cuyo horizonte se dibuja un gran elefante en la habitación: las pensiones.

Pero cada país cuenta con sus particularidades. De la pirámide invertida de naciones muy avanzadas en la última transición demográfica, como Japón o Italia, a la gigantesca base infantil de naciones aún muy jóvenes y pobres. Suyos son regímenes poblacionales anclados en un pasado donde las madres tenían muchos hijos y la mortalidad había comenzado a descender, propulsando un crecimiento demográfico sin precedentes. Hemos hablado en alguna ocasión del fenómeno y de cómo la revolución fértil, o la caída del número de hijos por mujer, está llegando a África.

Quizá obsesionado por el fascinante universo de la demografía, el artista y diseñador francés Mathieu Lehanneur creó hace algunos años un conjunto de esculturas y vasijas dedicadas a las pirámides poblacionales de cada nación. Los objetos cerámicos, cromados en negro, llevaban al terreno del arte y de la abstracción el pasado y futuro de algunos de ellos. Si en Japón nos topábamos con una figura sugerente y errática, Egipto dibujaba un cono perfecto de amplia base y estrecho punto culminante. En aquellas figuras podíamos volcar nuestra imaginación política y económica.

Doce años después de su presentación en sociedad, Lehanneur ha actualizado aquel proyecto. Titulado ahora "State of the World", las piezas cerámicas se han transformado en esculturas de aluminio impresas en 3D. El resultado es una colección de 140 figuras dedicadas a 140 países distintos, todos ellos con sus particularidades. La colección fue exhibida por primera vez la semana pasada en Design Miami/Basel, una feria dedicada a la arquitectura, la escultura y el diseño en sus distintas variantes. Lanneur se ha basado en la base de datos de la ONU para crear las piezas.

"La idea era hacer visible y entender a todas las personas que están viviendo ahora mismo en el planeta", explicó hace unos días a Dezeen. "Quería convertir a estadísticas bidimensionales en objetos tridimensionales, como objetos giratorios. Se puede observar que cada una de las siluetas es distinta a todas las demás", añade.

Y ciertamente así es. La población del planeta se convierte en manos de Lehanneur en una colección de variopintas peonzas. Las hay achatadas y robustas; las hay completamente asimétricas, su base estrecha y su cuerpo central muy ancho, fruto de su decadencia fértil; y las hay como enormes embudos invertidos. La elección del aluminio, desarrolla el artista, se debe a su capacidad de moldeo: "Tiene sentido ser extremadamente preciso porque cada milímetro de las esculturas simboliza miles de años". En este sentido, State of the World sigue el camino de sus proyectos previos, en los que trasladaba al plano físico fenómenos del mundo real.

Aquí se puede ver cómo quedó la exposición. Y a continuación, algunos ejemplos:

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