La nueva capital de Egipto parecía una ambiciosa utopía. A día de hoy está bastante aterrizado

A Egipto se le quedaba pequeña su capital.

Es una cuestión que se repite en otra decena de países (España, Francia, México) pero hay algo que lo diferencia de los demás: la magnitud del problema. El Cairo es actualmente una megaurbe de casi 20 millones de habitantes que se espera que llegue a los 40 en 2050. Dos de cada tres de sus individuos tienen menos de 30 años, así que, para prevenir el colapso, está construyendo una nueva ciudad, la Nueva Capital Administrativa (NCA) de El Cairo (nombre temporal), el plan urbanístico más colosal a la otra orilla del Mediterráneo.

Parecía una quimera como lo fueron otros tantos proyectos fallidos previos como son la Ciudad Sadat o los planes de las gemelas villas Ibn Baitak de Hosni Mubarak. Y sin embargo hay partes muy avanzadas y ha sido sede en este último año de varios eventos ostentosos. La determinación del presidente Al Sisi es total.

Según las maquetas, estábamos ante una mezcla de Dubái y Vancouver. A los mandos del proyecto, una empresa pública financiada al 51% por el ejército (suyos son los terrenos donde se está construyendo la nueva ciudad) y en un 49% por el Ministerio de la Vivienda. A 40 km al este de El Cairo y a 60 del oeste del Canal de Suez te encontrarás este oasis en medio del desierto de 730 kilómetros cuadrados (Madrid capital ocupa 600).

En el tiempo que ha pasado desde que te presentamos la NCA (casi cinco años) han trabajado no menos de 150.000 operarios y se ha gastado el equivalente a 23.000 millones de euros. En realidad es una cantidad modesta, pero sólo refiere a la primera fase, que se terminará en 2030. Tendrá un coste final estimado de 50.000 millones de euros.

En cuestión de meses, lo más tardar 2022, fuentes gubernamentales afirman que empezarán a trabajar allí de manera forzosa 54.000 funcionarios a los que no se les facilitará una vivienda, pero sí se les ha garantizado la construcción de un enlace ferroviario (ya firmado con empresas como Siemens) o la posibilidad de alojarse en la cercana barriada satélite de Ciudad Bader. Serán los pioneros de un municipio que planea atraer a, al menos, cinco millones de habitantes.

Edificios residenciales en la Nueva Capital Administrativa (NAC) al este de El Cairo, Egipto, el 8 de marzo de 2021
Edificios residenciales. 8 de marzo de 2021.

¿Cómo va el resto del distrito gubernamental? El Parlamento está construido ya al 60% y el palacio residencial al 50%. Están en marcha también 18 ministerios y las embajadas. Todo esto está en el ala este. En el distrito financiero se terminarán 20 grandes torres antes de que finalice 2022. Como adelantamos, el diseño de la ciudad será en forma de radios y círculos para poder ampliar en el futuro a medida que la gente se mude.

¿Y qué queda por iniciar de entre todo lo prometido?

Vista general de la zona de la Iconic Tower, en el distrito financiero. 8 de marzo de 2021.

Los 200 kilómetros de carreteras que serán, además "inteligentes". Los 12 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, contrastando con la asfixiante realidad de El Cairo, uno de los países con peor calidad del aire del planeta. El Oblisco Capitale, obelisco de 1.000 metros que será el más alto del mundo, y la Iconic Tower, la "torre más alta de África". Los lagos artificiales, los 2.000 puntos de educación y formación, el parque tecnológico, el grueso de colegios, hospitales y mezquita y ese parque de atracciones cuatro veces más grande que Disneyland París, que se mantendrá con energía eólica.

Si te parece demasiado bueno para ser verdad, no estás solo, es lo que piensan millones de cariotas, que se mantienen con una filosofía del "si no lo veo, no lo creo", aunque, como hemos dicho, la parte administrativa está muy avanzada, con el primer ministro supervisando el amueblado de las instituciones públicas que ya está teniendo lugar.

No es lo único que les mosquea: desde el ascenso de Al Sisi en 2013, tras el golpe de Estado, el Ejército tiene cada vez más protagonismo político y económico, con empresas a su nombre en sectores que van desde hoteles, construcción, energía e invernaderos hasta equipos médicos. Da la casualidad de que esta NCA se va a financiar mediante la venta de suelo público a promotores privados, y todo el suelo a los alrededores de El Cairo son propiedad de los militares.

Porque esa es la otra cara de la moneda: esta Nueva Nueva Cairo no es, de momento, ni de los egipcios ni para los egipcios. Las lujosas residencias proyectadas y pensadas para venderse por el equivalente a entre 60.000 y 100.000 euros, no podría permitírselo en toda su vida el ciudadano medio, mucho menos esa tercera parte de la población que está en la pobreza, según cifras del Banco Mundial. Están pensadas para ser vendidas a Estados Unidos, China o Brasil. Según le contó un funcionario diplomático europeo a un periodista de El País, "el alto valor inmobiliario de las actuales sedes han llevado a muchos países de la UE a no pronunciarse aún sobre su traslado a la nueva capital".

Además, los constructores piensan que un 85% del distrito financiero está pagado por bancos chinos y construido por empresas chinas. Lo que parecía un proyecto ambicioso en 2017, en el mundo de 2021 tiene una pinta completamente distinta. Además, las cuentas del que no deja de ser un país en vías de desarrollo tienen una salud raquítica. En marzo de 2020, cuando el mundo dio un giro de 180 grados, Egipto sufrió una fuga de capitales que provocó que en tres meses sus reservas de divisas cayesen un 20%. Sus principales sectores de crecimiento son la industria extractiva, el turismo, la construcción y el canal de Suez.

Una obra digna de sus antepasados los faraones que habrá que ver si llega a suscitar el mismo nivel de asombro.

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