Irse del trabajo por la puerta grande: cartas de renuncia nivel DIOS

Sufrir un despido es una experiencia traumática y deprimente. Renunciar a un trabajo en el que no eres feliz es una experiencia liberadora. No es de extrañar, por tanto, que el ser humano haya derrochado ingenio a la hora de autodespedirse de los puestos laborales que ha detestado. Con frecuencia, las renuncias se han comunicado con una carta dirigida al superior de turno. Como es lógico, muchas de ellas han contado con un elevado grado de inspiración.

Rabia, ironía, elegancia, indignación. Hay mil formas de decirle a tu jefe que, con todos los respetos, puede irse a freír espárragos (fabulosa expresión). Aquí hemos recopilado algunas de las mejores.

Faulkner y el capitalismo

Mucho antes de comenzar a revolucionar la literatura del siglo XX, William Faulkner contaba con un trabajo en la oficina de correos de la Universidad de Misisipi. El joven escritor (24 primaveras en 1921) no encontraba la tarea, rutinaria y mecánica, demasiado excitante, de modo que se abstraía y abstenía de su trabajo con frecuencia, hasta el punto de abrir su oficina tan sólo una hora al día. Cansado de la tediosa carga que le suponía su trabajo, Faulkner se despidió tras tres (sorprentendes) años en su puesto laboral. Y lo hizo con una antológica misiva a sus jefes:

Mientras viva en el sistema capitalista sé que mi vida estará influenciada por las demandas de la gente adinerada. Pero maldito sea si me pongo a las órdenes y la disposición del primer canalla itinerante con dos centavos para invertir en una estampilla postal.

Esta, señor, es mi renuncia.

Me voy de Goldman Sachs, lo publico en el NYT

Hay trabajadores lo suficientemente quemados o resentidos no sólo para escribir una carta de renuncia, sino para ponerse en contacto con uno de los periódicos más influyentes del mundo (The New York Times) y publicar un largo artículo contando la espantosa experiencia que supone trabajar en una empresa. En este caso, la compañía es Goldman Sachs, y el trabajador, Greg Smith. Era uno de los directores ejecutivos, y despachó su salida en los siguientes términos:

Hoy es mi último día en Goldman Sachs (...) Creo que he trabajado aquí el tiempo suficiente para entender la trayectoria de su cultura, de su gente y de su identidad. Y puedo honestamente decir que el ambiente ahora es tóxico y destructivo como nunca lo había visto antes.

(...) Supe que era el momento de dejarlo cuando me di cuenta de que no podía seguir mirando a los estudiantes a los ojos y decirles que este es un gran lugar para trabajar. Cuando los libros de historia sobre Goldman Sachs sean escritos, tendrán que reflejar que el actual director ejecutivo, Lloyd C. Blankfein, y el presidente, Gary D. Cohn, perdieron la cultura de la firma durante su mandato. Creo firmemente que este declive en la esencia moral de la firma representa la más seria amenaza para su supervivencia a largo plazo.

Joey lo deja a ritmo de charanga zíngara

Trabajas en un hotel, pero estás descontento con las condiciones. Muy descontento. Demasiado cabreado como para largarte sin más de tu trabajo. Llamas a tus amigos, contratas a una charanga, te plantas en el hotel a medianoche por la puerta de atrás y, cuando tu jefe aparece, le entregas tu carta de renuncia y dejas a la banda que haga todo lo demás. Eclosión, orgullo, algo de vandalismo, juerga y ruido. Ah, y la sensación de que tu jefe, aunque sea por unos segundos, se ha marchado con el rabo entre las piernas. (Y de regalo, una campaña de boicot al hotel que aún dura).

Nada mejor que despedirse con un tuit

Jonathan Schwartz, un hombre multimillonario gracias a su posición en Sun Microsystems (los creadores del lenguaje Java), decidió abandonar su cargo como director ejecutivo de la compañía cuando Oracle adquirió la empresa en 2010. Dada su pasión por las redes sociales y la comunicación digital, decidió hacerlo con el siguiente haiku, a mitad de camino entre lo trágico y lo cómico: "Crisis financiera/Frenó a muchos consumidores/No soy CEO más".

Mario Vargas Llosa a su presidente

Durante el mandato de Alan García, el penúltimo Presidente del Perú, a Mario Vargas Llosa le fue encomendada la dirección y creación del Lugar de la Memoria del Perú, destinado a recordar a las víctimas mortales del conflicto violento desarrollado en el país desde los '80 hasta el 2000. Sin embargo, una serie de medidas tomadas por el gobierno peruano (una amnistía), Vargas Llosa renunció a su puesto. Lo hizo con una larga carta explicando sus razones, y con un último párrafo cargado de emotividad, dignidad e indignación:

Pese a haber sido reñidos adversarios políticos en el pasado, en las últimas elecciones voté por usted y exhorté a los peruanos a hacer lo mismo para evitar al Perú una deriva extremista que nos hubiera empobrecido y desquiciado. Y he celebrado públicamente, en el Perú y en el extranjero, su saludable rectificación ideológica, en política económica sobre todo, que tan buenas consecuencias ha tenido para el progreso y la imagen del Perú en estos últimos años. Ojalá tenga usted el mismo valor para rectificar una vez más, abolir este innoble decreto y buscar aliados entre los peruanos dignos y democráticos que lo llevaron al poder con sus votos en vez de buscarlos entre los herederos de un régimen autoritario que sumió al Perú en el oprobio de la corrupción y el crimen y siguen conspirando para resucitar semejante abyección.

Te echan de Groupon: finges una renuncia

Ok: esta no es una carta de renuncia. Andrew Mason, antiguo director ejecutivo de Groupon, fue despedido por la compañía y sustituido por otra persona. De modo que la renuncia no fue voluntaria. Eso no impidió a Manson, no obstante, enviar una misiva a todos sus antiguos subordinados explicando las causas de su salida. Pese a lo dramático de la decisión de la compañía, Manson optó por tomárselo con humor, redactando las siguientes palabras y fingiendo una renuncia:

Después de cuatro y medio intensos y fantásticos años como director ejecutivo de Groupon, he decidido que me gustaría pasar más tiempo con mi familia. Estoy de broma: he sido despedido hoy. Si os estáis preguntando por qué... No habéis estado prestando atención.

Cuéntaselo a tu jefe con un vídeo musical

2009: una concursante de American Idol interpreta 'Treated Me Kind' de Mariah Carey en bikini. Kevin Nalty, un incipiente youtuber que había ganado cierta atención en Estados Unidos gracias a un vídeo en el que se tiraba pedos en público (!), decide que no soporta más su trabajo en la farmacéutica Merck. Decide grabar un vídeo anunciando su renuncia. En el mismo, se quita la camisa mientras interpreta la versión American Idol de 'Treated Me Kind'. Escrito sobre el pecho: "Haz lo que amas".

A mitad de camino entre lo vergonzoso y lo admirable.

Tu jefe es un inútil: hazlo caer contigo

La alta política es un territorio bello y salvaje, donde la misericordia no tiene lugar. James Purnell fue uno de los ministros de Trabajo y Pensiones de los gabinetes de Gordon Brown, Primer Ministro del Reino Unido tras Tony Blair y hasta la victoria de David Cameron en 2009. Precisamente con el objeto de evitar esto último, Purnell presentó su renuncia y aireó su carta a Brown de forma pública. El objetivo era minar la imagen del primer ministro porque, a su juicio, su liderazgo significaba derrota.

Ambos amamos al Partido Laborista. He trabajado para él durante veinte años, y tú durante más tiempo. Sabemos que le debemos todo y que él no nos debe nada. Le debo a mi partido decir lo que creo sin importancia de lo duro que pueda ser. Y ahora creo que la continuidad de tu liderazgo hace la victoria de los conservadores más, no menos probable. Por ello te solicito mantenerte al margen para dar a nuestro partido la posibilidad de luchar por una victoria. Y por ello renuncio del Gobierno.

No fue la única que salió del gobierno de Gordon Brown echando pestes de él. Caroline Flint, ministra de asuntos europeos en su gabinete, escribió una misiva aún más hiriente que la de Purnell, acusando a Brown de ejercer un machismo discriminatorio contra alguna de sus ministras:

Creo que los logros del gobierno laborista hasta la fecha han sido monumentales, y que tú has jugado un papel inmenso en la obtención de esos logros. Sin embargo, estoy extremadamente decepcionar por tu fracaso para obtener un gobierno inclusivo. Tienes un gobierno de dos equipos. Tu círculo cercano y luego lo que queda del gabinete (...) Varias de las mujeres en el gabinete, yo incluida, hemos sido tratadas por ti como poco más que maniquíes. No estoy dispuesta seguir trabajando con una capacidad periférica.

No todo es odio: también hay amor y tartas

De forma literal. Cuando Neil Berrett decidió marcharse de su trabajo por motivos de salud y para atender las necesidades de su familia, lo hizo al mismo tiempo con una enorme gratitud por la experiencia que había tenido durante tres años en Hunters Point Naval Shipyard (San Francisco). Para probarlo, escribió no una carta de renuncia, sino una tarta de renuncia. Gigante, y con el siguiente texto en letras verdes (comestibles) sobre el gran pastel:

He decidido pasar más tiempo con mi familia y atender algunos problemas de salud que han surgido de forma reciente. Estoy orgulloso de haber sido parte de un equipo sobresaliente y deseo a esta organización sólo los mejores esfuerzos futuros. Por favor, acepte esta tarta como notificación de que estoy dejando mi trabajo.

La foto ha acumulado más de 400.000 visitas en Flickr.

Haz que Mario lo cuente por ti

Sí. Mario. ESE Mario. Un programador australiano tenía bastante tiempo libre y estaba razonablemente harto del lugar en el que trabajaba. La combinación de ambos factores, y de una imaginación un tanto fuera de lo común, le empujó a crear su propia versión de Super Mario. Cada vez que pasas de nivel, el juego te devuelve un sonoro y brillante: "I QUIT!". Al parecer, envió tan feliz carta de renuncia a todos los trabajadores y jefes de su oficina.

Puedes jugar aquí.

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