Una IA estatal para encontrar pareja: la enésima ocurrencia de Japón para fomentar la natalidad

Japón está a las puertas de entrar en una crisis demográfica sin precedentes. La sociedad del viejo imperio del sol es la más envejecida del mundo y sus tasas de natalidad están por los suelos desde hace años. Cifras que, además, se han reducido aún más con la llegada de la pandemia. ¿La solución? Al gobierno nipón se le ha ocurrido una extravagante idea para combatir esta crisis: impulsar programas de inteligencia artificial para que sus ciudadanos puedan encontrar pareja y reproducirse.

¿Suena a capítulo de Black Mirror, verdad? Veamos cómo.

El proyecto. "Aunque es posible que no evoque pensamientos románticos, la tecnología de inteligencia artificial puede igualar a una gama más amplia e  inteligente de posibles pretendientes", explicaba en su presentación un portavoz del gobierno. El programa se basa en una base de datos en la que los usuarios podrán completar los formularios típicos que se rellenan en las apps de citas, como los puntos de vista políticos, gustos, objetivos, preocupaciones, etc. De esta manera, se podrán conectar las coincidencias más compatibles y emparejar a los usuarios.

El ejecutivo va a desembolsar unos 15 millones de euros para su desarrollo. Algunos de los sistemas que ya se están usando en el país se limitan a considerar criterios como los ingresos y la edad, y sólo facilitan un resultado positivo si hay una coincidencia exacta. No obstante, la idea del gobierno es desarrollar sistemas avanzados más potentes que tengan en cuenta factores como las aficiones o los valores personales. Vamos, un Tinder a la japonesa, y de manera oficial.

Polémica. La idea ha despertado críticas por todo el país. Hay expertos que alertan de que sería mejor opción mejorar las condiciones laborales que gastar el dinero en tecnología. Sachiko Horiguchi, antropóloga sociocultural de la Universidad del Templo de Japón, considera que hay mejores formas de que el gobierno aumente la tasa de natalidad que subvencionar la búsqueda de pareja con Inteligencia artificial. Y una de ellas pasa por ayudar a los jóvenes que ganan bajos salarios.

La investigadora hace hincapié entre la relación de bajos niveles de ingresos y la pérdida de interés en las relaciones amorosas. "Si no están interesados en salir con alguien, las citas románticas probablemente sean ineficaces", comentaba la experta. El problema no es el desempleo (por debajo del 3%), sino la estabilidad. Pocas son las ofertas que permitan trabajar en el mismo lugar hasta la jubilación. Los jóvenes japoneses obtienen trabajos temporales, a tiempo parcial, salarios bajos y escasos beneficios.

¿Por qué? Los planes de Japón no llegan sin motivo. La situación demográfica del país es alarmante. El número de bebés nacidos en el país asiático en el último año quedó por debajo de los 865.000, lo que supone un récord a la baja. El mismo ex-primer ministro Shinzo Abe lo calificaba como una "crisis nacional". En total, el número de nacimientos en 2019 se redujo un 5,8% respecto último año, la cifra más baja de la historia.

Así, se prevé que la población de Japón disminuya del máximo de 128 millones a menos de 53 millones a finales de siglo. Menos de la mitad de población. Los datos se veían venir. En octubre de 2019, la población de Japón era de 126.167.000 personas, según datos del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones, lo que suponía un declive de 276.000 personas en comparación con 2018. Es el noveno año consecutivo que se produce un descenso y el margen más amplio de decrecimiento.

Envejecimiento. Japón tiene la sociedad más envejecida del mundo, y se espera que más del 35% de su población tenga 65 años o más en 2050, una tendencia que plantea riesgos para el crecimiento económico y agota las finanzas públicas. El número de personas de 65 años o más se situó en un total de 35,9 millones en 2019 con una marca histórica al alza de un 28,4% del total de la población. La población de 75 años o más aumentó en el último año en 515.000 personas hasta alcanzar un total de 18,5 millones.

Miedo. En la sociedad nipona, más que el miedo a la muerte, existe un miedo a ser una carga. Se trata del concepto de "meiwaku", o "ser una molestia". Una idea que retumba en la mentalidad japonesa desde la juventud y que introduce un halo de culpa en la sociedad. Para combatirlo, la actitud no-meiwaku se ha convertido en un esfuerzo obstinado por permanecer independiente, tanto financiera como mentalmente, el mayor tiempo posible.

Según datos del gobierno japonés, un 70% de las personas de entre 60 a 69 años y alrededor del 50% de las personas de más de 70 años está trabajando o participando en actividades de voluntariado, actividades comunitarias y hobbies. Para dar cuenta de este cambio, el 70% de las empresas han ampliado la edad de jubilación, influyendo en una mayor tasa de empleo para las personas de la tercera edad. ¿No querer ser una carga lleva a deshacer nodos sociales, no tener pareja, no tener hijos, etcétera?

La brecha. Otro de los problemas que acechan al país asiático y que tiene su impacto en la crisis de natalidad es la brecha de género. Japón se clasificó en el puesto 121 de 153 países en un informe sobre la igualdad de género realizado por el Foro Económico Mundial. Esto se traduce en falta de apoyo a las madres trabajadoras, una sociedad que tradicionalmente ha esperado que las mujeres hagan todas las tareas domésticas, críen a los niños y, además, cumplan con su trabajo profesional.

La existencia de términos como christmas cake (mujeres de más de 25 años sin perspectivas de matrimonio), shokuba no hana (literalmente, flor de oficina) u OLs (office ladies),  que sirven a sus compañeros masculinos, ilustran cómo Japón está lejos de vencer la discriminación laboral. Los datos lo demuestran. Un 63% de las japonesas afirma dejar el trabajo en cuanto tienen hijos por insatisfacción laboral, mientras que un 49% lo hace al ver que no tiene opciones de crecimiento. Su brecha salarial era de 24,5% en 2018, la segunda después de Corea del Sur dentro de la OCDE.

Situación. El problema final, para poner la guinda a la mala suerte de Japón, ha sido la llegada de la pandemia. Los datos oficiales muestran que el número de embarazos notificados entre abril y julio de este año cayó un 11,4% respecto al año anterior, mientras que el número de matrimonios durante el mismo período cayó un 36,9%. El marcado descenso de los matrimonios es importante porque la mayoría de los bebés en Japón nacen dentro del matrimonio.

Los legisladores del país están luchando ya para abordar esta crisis demográfica, bien cubriendo el tratamiento de fertilidad con seguro médico o duplicando el límite superior de una asignación gubernamental única para los recién casados ​​a 4.744€. Habrá que esperar a ver cuál es el resultado de estas iniciativas, y de si su nuevo programa de Inteligencia Artificial da resultados. Por mucho que parezca una idea más propia de una película de ciencia ficción.

Imagen: Unsplash

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