Francia no está contando a los muertos en residencias de ancianos. Y sólo en una provincia ya hay 570

¿Hasta qué punto estamos infraestimando las muertes ocasionadas por el coronavirus? Acerquémonos a Francia, uno de los países más afectados, para descubrirlo. Desde el inicio de la crisis, las autoridades han optado por contabilizar sólo a los pacientes fallecidos en los hospitales. Ayer, una de sus regiones desveló el verdadero alcance de la pandemia en las residencias de ancianos.

570 muertos sólo en el Grand Est, no incluidos en los más de 4.000 oficiales.

Las cifras. El gobierno regional ilustra así el profundo impacto del coronavirus en los centros de cuidados a mayores. Más de cuatrocientos han notificado contagios, el 66% del total en todas sus provincias. Dada la extrema vulnerabilidad de la población anciana a la enfermedad, el resultado ha sido estrepitoso: 570 fallecidos, a sumar a los 1.126 muertos registrados en los centros hospitalarios.

1.696 en total.

Totalidad. Un aumento del 50% de un día para otro. Si extendiéramos sus cifras al resto del país (el hexágono se compone de doce regiones similares en población), Francia estaría minusvalorando el impacto mortal gravemente. Al menos un tercio de los fallecidos no aparecerían en la contabilidad difundida día a día, y que ayer superaba los 4.000, sólo por debajo de España, Italia y Estados Unidos.

Tendencia. Todos los países están contando de menos. Volvamos a España: ayer El Confidencial publicaba las cifras de mortalidad totales de Castilla y León durante el mes de marzo. Es la única comunidad que las ha hecho públicas. Resultado: provincias como Soria, Salamanca, Segovia y Valladolid han duplicado su número de muertos respecto a la media, en ocasiones muy por encima de los atribuidos al COVID-19.

En Soria, por ejemplo, se han contado 90 fallecimientos más que en años anteriores. Pero sólo 44 han sido identificados "por coronavirus".

El caso italiano. La provincia de Bérgamo, uno de los epicentros de la pandemia, ofrece otro ejemplo muy ilustrativo. Frente a las 900 personas fallecidas en marzo de 2019, las más de 5.400 registradas en marzo de 2020. Un exceso de 4.500 decesos, de los cuales sólo 2.060 son explicables oficialmente por COVID-19. Menos de la mitad.

Hay 2.500 muertos más que los ordinarios en cualquier año precedente no incluidos en el recuento oficial de fallecidos por coronavirus. Son cifras que sencillamente no cuadran, porque no hay ningún otro factor que contribuya a explicar tamaño pico de mortandad.

El alcance real. Como explica el periodista Ferdinando Giugliano en Bloomberg, está sucediendo lo mismo en el resto de Italia. No se trata únicamente de que el volumen total de contagiados sea muy superior al registrado por las autoridades (algunas estimaciones elevan la cifra a 500.000 sólo en España), sino también de la suma de muertos.

Imagen: AP

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