Francia €1.458; España, €757; Suiza, €0: así afecta el salario mínimo al resto de la economía

Actualización, 11/10/2018. El reciente pacto presupuestario entre Unidos Podemos y PSOE ha vuelto a poner de actualidad el salario mínimo, al plantear su subida a los 900€ al mes. Aún no está aprobado.

El salario mínimo es la cantidad mínima que tiene que recibir un trabajador que preste sus servicios en una empresa a jornada completa. Este salario mínimo es una facultad que tienen los diferentes gobiernos para colocarle un suelo a la retribución de la masa salarial y es una tónica en muchos países. En España se ubica en los 757€ al mes, una cifra que algunos grupos políticos y sindicales reclaman subir. Se encuentra en la parte media de la UE, a la altura de Eslovenia o Malta.

Por ejemplo, en la tabla que acompaña el post, vemos los salarios mínimos en Europa, expresados para todos los países en 12 pagas mensuales, con 52 semanas de trabajo y jornadas de 40 horas para poder comparar entre los diferentes países. Sin embargo, los efectos de los salarios mínimos sobre la economía de un país es uno de los temas controvertidos dentro de los análisis económicos por diferentes factores. Veámoslo a fondo.

¿Cómo es la tendencia en Europa?

Salarios mínimos - Enero 2015 Euros/mes

Las tendencias en Europa son dispares. Tenemos países como Finlandia, Suecia, Noruega, Italia, Chipre o Suiza que no tienen salario mínimo alguno y otros países como Alemania que han fijado en 2015 un salario mínimo mensual de 1.473 euros desde este año, dejando atrás la libertad salarial entre patronal y sindicatos que tenía el país germano hasta el año pasado.

El salario mínimo en modelos teóricos

Los efectos del salario mínimo sobre el empleo ya presentan resultados dispares en diferentes estudios económicos. No existe un consenso claro de la idoneidad o no de fijar un salario mínimo porque las muestras de estudio no son nunca comparables ni extrapolables de manera generalizada en la economía. Las variaciones que se introducen en modelos teóricos en la economía no tienen un resultado homogéneo.

La evolución del empleo y de la inflación son los factores fundamentales que se modulan con las variaciones del salario mínimo.

El mapa europeo.

Para explicar estas divergencias en la teoría económica, tenemos que analizar primero qué mercados laborales tenemos en cada zona de análisis. Los estudios realizados a lo largo de la historia apuntan a que en mercados laborales competitivos, el aumento del salario mínimo destruye empleo, pero en el caso de mercados de trabajo no competitivos, aumentos en el nivel del salario mínimo, provocan aumentos de empleo.

Un mercado de trabajo competitivo es aquel en el que todos los trabajadores son homogéneos, con el mismo nivel de cualificación y que todos desarrollan el mismo esfuerzo. También se parte de la base de que la remuneración de cada trabajador coincide con el valor de su productividad marginal. Con este escenario, que es un escenario perfecto de curvas de oferta y demanda, incrementos en el salario mínimo provocan reducciones en el empleo.

En un escenario de mercado de trabajo competitivo, incrementos en el salario mínimo provocan reducciones en el empleo

Este modelo competitivo de trabajo es el equivalente al que podemos ver, por ejemplo, en una fábrica con producción en serie donde las diferencias entre la masa laboral son mínimas, la productividad se mide fácilmente en relación a la fuerza laboral y la cualificación es prácticamente equivalente.

El extremo al mercado de trabajo competitivo lo tenemos en el monopsonio. En este mercado sólo existe un comprador de trabajo. En este supuesto, tenemos los efectos equivalentes al mercado de trabajo competitivo, en el que el nivel salarial viene determinado por la productividad marginal de cada trabajador y por el coste marginal de cada unidad laboral. Aquí, subidas del salario mínimo generan caídas de empleo y viceversa.

La importancia del índice de Kaitz

Tal y como podemos ver, los mercados de trabajo actuales ni son mercados competitivos, puesto que ni cualificación ni capacidad de la fuerza laboral es la misma, ni tenemos monopsonios, puesto que existen multitud de agentes empleadores que demandan trabajadores. Para hablar de un modelo empírico debemos definir como variable a medir el índice de Kaitz. Este índice se define como el cociente entre el salario mínimo y el salario medio de la muestra tomada del mercado de trabajo.

¿Cómo analizar empíricamente** las consecuencias** del salario mínimo? Montando una función que relacione el mercado a analizar (por ejemplo, mujeres desempleadas) con el índice de Kaitz y el resto de factores exógenos que afecten a ese mercado laboral (como número de ofertas de trabajo y evoluciones de series temporales de estos datos en el tiempo).

(Anthony Ginsbrook/Unsplash)

Aplicando diferentes modelos econométricos, se llegan normalmente a conclusiones dispares, puesto que bien no se tiene calidad comparativa en series históricas de empleo, bien los efectos exógenos que se usan para montar la curva de variación de empleo contienen unos parámetros u otros. No obstante, hay que destacar que todos los estudios académicos que existen son estudios en escenarios precrisis en donde la variación de efectos exógenos no son comparables con los escenarios económicos que podemos tener ahora mismo.

De muestra un botón. Tenemos por ejemplo este paper de Arindrajit Dube, en el que se concluye para ciertas regiones de EEUU que subidas entre el 4% y el 7% en el SMI favorece la productividad y el empleo o bien éste otro de Gustavo Hernández, que concluye que las subidas en el SMI han desplazado a la masa laboral de los jóvenes.

Comparando el salario mínimo entre países

Tal y como hemos explicado, el índice de Kaitz y el ajuste del salario mínimo a estándar de poder adquisitivo son dos claves para comparar el nivel de los salarios mínimos entre los países y la evolución que estos tienen.

Salarios mínimos en PPS por mes

Cuando proyectamos el ajuste en poder adquisitivo, vemos que el orden de los países en el SMI cambia bastante. Lo primero importante es que la diferencia 1:10 que tenemos en el SMI en términos monetarios se reduce en torno a 1:4 y el segundo efecto claro es cómo países con SMIs más bajos, tienen términos de precios mucho más bajos.

SMI en proporción salario medio Datos 2013

El siguiente factor para determinar si el SMI es un salario elevado o no, respecto a la masa salarial, lo tenemos en la proyección del índice de Kaitz. Aquí podemos observar cómo EEUU es el país que tenía un salario mínimo más bajo en proporción al salario medio en 2013 y cómo Eslovenía era el país cuyo salario mínimo supera el 50% del salario medio. Por último, el dato más importante quizá a efectos económicos es el porcentaje de trabajadores que reciben un salario mínimo.

En el siguiente gráfico, podemos ver el porcentaje de trabajadores que reciben un 105% o menos del SMI.

Porcentaje trabajadores con salario 105% o menor que SMI

Esta tabla se ha construido limitando los trabajadores a jornada completa de 21 años o más que trabajan en empresas de diez empleados o más, excluyendo la administración pública, la defensa y el régimen obligatorio de seguridad social. En España, el porcentaje de trabajadores que cobran menos del 105% del SMI es del 0,2%, estando en la posición más baja de toda la tabla. La explicación a este porcentaje la tenemos en que prácticamente toda la población laboral está sujeta a un convenio colectivo que tiene unos mínimos salariales muy por encima del SMI.

Por tanto, una subida importante del SMI en España tendría unos efectos sobre el empleo prácticamente nulos porque este suelo salarial legal está muy lejos de la realidad de los salarios reales en España.

Imagen: Stephen Philpott/Unsplash

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