"Con esas orejas vas a tener que estudiar mucho para poder casarte": la alucinante historia de Kenzaburo Oé

José Perié, el hombre que se esconde detrás de la cuenta de Academia de Chimpancés en Facebook y de Hombre Revenido en Twitter, está abrumado. Si has pasado los últimos días por esta red social, entenderás a qué nos referimos. Decenas de miles de compartidos de su hilo, pero además de ello multitud de mensajes de cariño y de apoyo, tal y como él mismo nos confirma cuando hablamos con él.

Perié ha conseguido con su positiva prosa hacer llegar a miles de personas la vida del premio Nobel de Literatura japonés Kenzaburo Oé e Hikari, su hijo autista. No le interesa plasmarla a un texto tradicional alejado de los códigos de Twitter ya que, como él mismo opina, quizá haya tenido tanto éxito porque es perfecta tal y como está escrita, pensando en el medio social y sus posibilidades. Sí echa en falta, por darle mayor contexto, contextualizar un poco más lo que la esposa de Oé también logró por su cuenta.

Como verás a continuación, Kenzaburo nació en el contexto de la posguerra, en el contexto cultural de una nación humillada que se toma muy en serio sus derrotas. Uno de siete hermanos, y el menos agraciado físicamente. Hikari, su hijo, nació con una discapacidad intelectual y un autismo severo.

Pero nada de ello impidió que el tesón y el cariño que se profesaba la familia les hiciera triunfar ante las expectativas personales que les anticipaban, cosechando incluso un éxito de público que lograron en buena medida gracias a la exposición de sus propias vidas, como se vio en Una cuestión personal o Un amor especial, dos de las novelas más populares de Oé fuera de sus fronteras.

Además de hablar de mostrar esta historia de superación, el trabajo literario de Oé acerca de su hijo intenta mostrar que la discapacidad del mismo no deja de ser muy parecida a la que experimenta el padre en su dimensión emocional. En al menos tres de sus novelas se plasma la misma premisa: Oé intenta reconstruir la vida de su propio padre para contársela a Hikari, pero al hacerlo descubre que su propia incapacidad para hablar de la figura paterna a la que nunca comprendió, sobre la que le faltaba demasiada información, pero intentando repetitivamente y sin tesón hacer esa reconstrucción, le pone en el mismo punto que a su hijo en sus pequeños fracasos del día a día.

Y aquí te dejamos la aventura personal de la familia Oé que ha conmocionado a Twitter:

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