La Voyager 2 logra la hazaña al adentrarse en el espacio interestelar: la misión activa más larga de la NASA

Es oficial. Hoy la NASA informó que la sonda exploratoria multiplanetaria Voyager 2 ha entrado en el espacio interestelar, convirtiéndose así en el segundo objeto creado por el hombre que más lejos ha llegado en espacio.

Como ya se había anticipado en octubre pasado, la Voyager 2 ya acompaña a su hermana la Voyager 1 tras haber salido de la heliosfera, la burbuja de plasma creada por nuestro Sol que abarca la mayor parte de nuestro sistema solar.

El segundo objeto creado por el hombre que más lejos ha llegado

Curiosamente la Voyager 2 fue la primera sonda en lanzarse en 1977, 16 días antes que la Voyager 1, aunque ésta última llegó al espacio interestelar primero, el 25 de agosto de 2012, lo que la convirtió en el primer objeto fabricado por el ser humano que alcanzaba el espacio interestelar.

Tras detectar un aumento en las cantidades de rayos cósmicos, se determinó que la Voyager 2 cruzó la heliopausa, que es el límite entre la heliosfera y el espacio interestelar, el 5 de noviembre de 2018 y ahora la sonda está a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.

La Voyager 2 ha estado en el espacio durante 41 años viajando a una velocidad estimada de 55.000 kilómetros por hora, lo que la convierte en la misión en activo más larga de la NASA. La razón del porqué la Voyager 1 llegó mucho antes al espacio interestelar a pesar de haber sido lanzada después, es porque salió antes de la eclíptica y en un ángulo diferente.

Un punto a favor de la Voyager 2 es que, a diferencia de su hermana, mantiene operativo el Experimento de Ciencia de Plasma (PLS), el cual dejó de funcionar en la Voyager 1 en 1980, y que sirve para tomar diversas medidas del viento solar. Junto a éste, otros tres instrumentos a bordo, el subsistema de rayos cósmicos, la sonda de partículas cargadas de baja energía y el magnetómetro, también habrían registrado datos que apuntarían a la salida de la sonda de la heliosfera.

A pesar de todo esto, ambas Voyager aún están, técnicamente, dentro del sistema solar al no haber abandonado la Nube de Oort, región donde todavía habría objetos afectados por la gravedad del sol. A día de hoy no se sabe bien cuánto abarca la Nube de Oort, por lo que la NASA estima que el Voyager 2 tardará unos 300 años en llegar al borde interior y quizás 30.000 años en salir del borde exterior.

La NASA estima que ambas Voyager continuarán funcionando aproximadamente hasta 2025, cuando sus fuentes de energía se apaguen. Sin embargo, llegados a ese punto, las sondas habrán enviado datos durante casi 50 años, todo un hito digno de celebración.

Suzanne Dodd, project manager de la misión Voyager en JPL (Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA), mencionó:

"Creo que todos estamos contentos y aliviados de que las sondas Voyager hayan operado el tiempo suficiente para superar este hito. Esto es lo que todos hemos estado buscando. Ahora estamos esperando con ansias lo que podremos aprender al tener ambas sondas fuera de la heliopausa."

Por otro lado, Nicola Fox, director de la División de Heliofísica de la NASA, añadió:

"Las Voyager tienen un lugar muy especial para nosotros en nuestra flota de heliofísica. Nuestros estudios comienzan en el sol y se extienden a todo lo que toca el viento solar. El hecho de que las Voyager envíen información sobre el borde de la influencia del sol nos dará una visión sin precedentes de un territorio verdaderamente inexplorado."

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