España tiene un plan para mover cientos de miles de litros de agua contra la sequía: una flota de barcos

Pese a las lluvias, los embalses de Almería están por debajo del 10% y las reservas del área metropolitana de Barcelona en el 11%.

Si todo sigue así, más pronto que tarde, una barcelonesa, un malagueño o una sevillana van a abrir el grifo de su casa y no va a salir nada. Y si sale algo, si sale agua... probablemente venga de barco.

¿Tan mal está la situación? La respuesta corta es sí, muy mal. La respuesta larga es que basta con mirar las estadísticas para comprobar que, pese a las lluvias de las últimas semanas, los embalses siguen estando seis puntos por debajo de la media de la última década.

No obstante, los datos generales son engañosos porque durante estos meses ha llovido mucho en el extremo noroeste. Si bajamos a nivel de cuenca, comunidad o provincia, la imagen se vuelve aún más severa. Andalucía se encuentra al 21% de su capacidad (con Almería por debajo del 10%) y las cuencas interiores de Cataluña están en el 16% (con Barcelona en el 11%).

Murcia, Castilla - la Mancha, la Comunidad Valenciana y Cantabria también están en situaciones complicadas. Las reservas de agua de Albacete, por ejemplo, no superan el 15%. Ante esto, la administración parece que solo tiene una solución: traer agua en barcos.

A falta de un milagro: barcos. La Generalitat de Cataluña ya ha planteado que, si no hay suficientes precipitaciones, a partir de marzo podrían empezar a abastecer de agua el área metropolitana de Barcelona (y la comarca de Girona) con barcos. La Junta de Andalucía ya se ha pronunciado en el mismo sentido. Podríamos decir que la cuenta atrás ha comenzado.

Y no sería la primera vez. El año pasado, sin ir más lejos, se movió agua entre el puerto de Bilbao y el puerto de Bermeo, a unos 40 km de distancia. Y en 2008, las autoridades catalanas ya tuvieron que recurrir a un buque cisterna para reabastecer las reservas de agua del área metropolitana de Barcelona con agua procedente de Tarragona y Francia.

Una solución lenta, limitada y cara. Es decir, se puede mover agua en barcos (y es algo relativamente habitual en las islas), pero no está claro si se puede mover el agua necesaria para cubrir con las necesidades del país. Desde la Junta de Andalucía estiman que se pueden “usar barcos para transportar entre 40.000 y 100.000 m3 de agua hasta puertos andaluces”.

Solo el área de Málaga, gasta 66.000 al día. Y este caso parece sencillo. En Barcelona reconocen que con "cada barco puede desembarcar alrededor del 8% del consumo diario de toda esa área" como mucho. El problema logístico es, consecuentemente, enorme.

Además, ese agua es mucho más cara. Según explicaba Raúl Rejón, la Generalitat estima que el coste de cada metro cúbico de agua que llegue a Barcelona en barco estará entre cuatro y diez euros por metro cúbico. En cambio, "el precio más habitual ahora en Cataluña es de dos euros" por metro cúbico.

¿Y de dónde saldría todo ese agua? Por lo que sabemos hasta ahora, Cataluña espera sacarla de nuevo de Tarragona y Marsella, y Andalucía de las desaladoras murcianas o de Portugal. Sin embargo, es complejo porque, como señalaba más arriba, hablamos de mucha agua.

Hace unos años, Robert Glennon, profesor de la Universidad de Arizona, suele repetir esta idea, explicaba aquí en Xataka que en los próximos años el "mercado del agua2 se iba a convertir en uno de los más lucrativos del mundo. Lo que no esperábamos es que lo íbamos a sufrir en nuestras propias carnes.

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